martes, 9 de diciembre de 2014

Viviendo en un Holograma 2 : La trampa en la Reencarnación.



En contra de lo que las religiones predican, al fin sabemos que existe la reencarnación, que es un proceso en el que el alma encarna una y otra vez hasta cubrir un cupo de experiencias que le permitan crecer y evolucionar. Estas experiencias físicas se suceden una tras otra a lo largo de los tiempos, cubriendo algunas de ellas, espacios de tiempo, de miles y miles de años de encarnaciones. Esto te lleva a plantearte un par de cosas ¿Cuántas encarnaciones son necesarias para cubrir el espectro experiencial necesario? Y ¿Tan torpes somos que después de miles de encarnaciones seguimos sin aprender? Yo personalmente no lo creo, y empiezo a pensar que hay un componente con el que no contamos y que nada tiene que ver con el Karma.
Uno de beneficios de poder recordar vidas pasadas, aunque solo sean breves episodios, es que te terminas dando cuenta de que no todas esas vidas desperdiciadas han sido nefastas, cargadas de errores, no pueden ser tomados como acumuladores repletos de karma que purgar más adelante, sino todo lo contrario. Muchos de nosotros hemos sido poco más o menos como somos ahora, seres humildes trabajadores que hicieron lo que pudieron con lo que tuvieron, formaron sus familias, criaron a sus hijos y murieron dejando una pequeña huella en los que lo amaron, pero en la mayor parte de esas vidas no hubo grandes debacles, fueron vidas comunes y mundanas, lo que yo llamo las tres H, honradas, humildes y honestas. ¿Entonces qué está pasando? ¿Por qué estamos tantos aquí? ¿Por qué no podemos salir de esta rueda?

Existen dentro de las filosofías orientales fórmulas que se limitan a predicar la inacción como método anti-Karma, este método es del todo inútil, ya que la inacción es solo un tipo de acción más y tu inacción desembocara en situaciones que irremediablemente causen Karma, por lo tanto nos olvidamos de esto. También nos son poco útiles las leyes espirituales para comprender este bucle sin sentido y sin fin, estas leyes se basan en el constante fluir de las energías y la reencarnación tal cual está ahora, no es más que un reciclaje sin sentido. Tenemos que entender que estamos en un holograma, vivimos en una falsa realidad y lo único que tiene sentido, es que la muerte física no supone una garantía de escapatoria de ese holograma.
Se tiene poca información de cómo opera y desde donde, se dice que existe una triangulación que la formarían, La Tierra, la Luna y Saturno, por la cual estarían emitiendo desde nuestro satélite y Saturno ese holograma sobre La Tierra, pero parece poco probable y la sensación que existe es que estaríamos en una especie de capsula, una jaula con barrotes electromagnéticos que impedirían la salida de este holograma. También puede que en esa ecuación participe el famoso caballero negro que órbita también alrededor nuestro y no se sabe muy bien cuál es su cometido. Este componente y la Luna, estarían controlando nuestro planeta, esta realidad que conocemos y que a su vez efectuarían un control mental y espiritual, para mantener a todos los seres que aquí habitamos, literalmente presos.
Es probable que la alta acumulación de almas en este planeta, tanto encarnadas, como desencarnadas, se deba a que literalmente no hay escapatoria de momento. Debe de ser bastante difícil escapar de la Matrix, pero no imposible. Se sabe que una vez desencarnamos, se inician unos procesos que son muy comunes, pero que no les ocurren a todos. El famoso proceso en el que se ve un túnel y una luz al final de él, también nos invade una sensación de paz y bienestar, y por regla general, viene a buscarnos un ser querido o un ser de luz. La primera duda que me invade fue ¿Que ven los que no ven esto? y ¿qué pasa al otro lado de ese túnel? En las ECM, al individuo desencarnado por regla general se le dice que no es su momento y que vuelva, por lo tanto estos testimonios muchas veces no satisfacen totalmente mi curiosidad.

Quizá ir hacia la luz no sea la mejor opción.
El holograma como sabemos, nos somete, nos adormila y nos controla mentalmente, durante nuestro periodo consciente, y durante la noche, la Luna cubriría quizá, ese periodo más peligroso y difícil de controlar que es cuando nuestra alma abandona nuestro cuerpo al iniciarse la fase REM. Se sabe que durante ese periodo nocturno viajamos por el astral. Si estuviéramos en la Luna y pudiésemos verlo, quizás veríamos durante los periodos de oscuridad como millones de almas abandonan sus vehículos físicos para realizar ciertas tareas en el astral, que al acabar el periodo de “sueño” no recordamos. Quizá la Luna monitoree esas breves escapadas e impida que salgan del holograma, quizá no solo impida que salgan del holograma, si no que a su vuelta ejerza esa labor de borrado de memoria. Nos despertamos y no logramos recordar esos sueños por norma general, solo unos instantes que rápidamente se difuminan y desaparecen, no les damos importancia porque no conocemos eso que hemos hecho y nos parece, sin sentido, así que inconscientemente colaboramos en ese borrado. Solo son recordados los sueños recurrentes, los que se repiten una y otra vez, que nos tratan de decir algo que no logramos a discernir sin ayuda.
Quizá este control también se produzca a la hora de la muerte, reproduciendo la Matrix la famosa escena del túnel y la luz, el ser de luz o el familiar que nos acoge y “nos guía” dentro de ese espacio idílico de paz y amor que se abre ante nosotros, provocando el resultado que todos conocemos. Posteriormente ese alma sería sometido a una revisión de su vida, una especie de rebobinado en el que se le señalarían sus faltas y se le imbuiría un sentimiento de culpa y se le provocaría una reentrada al plano físico. Sabemos que las almas recién descarnadas deben pasar por un proceso de descanso, para purgar todos los apegos y sanar ese cuerpo energético que puede haber quedado tocado después de una vida física extremadamente densa, llena de procesos sentimentales y emocionales complejos.
En el oriente se dice que el alma reencarna a los 49 días, esto no me parecería descabellado, si sumamos a la ecuación, este teatro del túnel y la luz, recordemos también que 49 son los días que tarda el proceso de división celular hasta su eclosión y el inicio de formación del feto, por lo tanto prácticamente sería un bucle constante de encarnación, des-encarnación, reencarnación, por eso se dan tantos casos de personas que tienen traumas de vidas pasadas por sanar, fobias, enfermedades, culpas, un catálogo inagotable taras que todos traemos, por no haber sanado debidamente todo eso antes de encarnar. Son muchos los casos de niños que recuerdan vidas muy recientes, demasiado recientes quizá, para que salten todas las alarmas. Por lo tanto, el proceso sería más o menos así, morimos, vemos y vamos hacia la luz, nos acompañan hacia esa especie de juicio, donde nos recomiendan volver a encarnar para rectificar cualquier causa, nos someten a un borrado de memoria y volvemos a nacer, esto a groso modo. El famoso velo entre vidas, no sería más que un mecanismo para evitar que logremos dar con la clave y eludamos esta trampa, como polillas vamos a una luz que no es en realidad más que un cebo.
Por lo tanto el holograma no solo estaría controlándonos conscientemente, y durante los periodos de sueño, sino también en el proceso de la muerte, ahora bien, como dije, este sistema no es perfecto, hay muchas, muchísimas almas desencarnadas que quedan atrapadas, por no querer ir hacia esa luz, por distintas razones, apegos a sus posesiones, sus familias o sus propios sentimientos encontrados, el caso es que muchos viajeros del astral han reportado las ingentes cantidades de almas que están ahí perdidas, con sus particulares diatribas. Esas almas no fueron hacia la luz y quedaron en tierra de nadie, almas de distintas épocas, de tiempos distintos, que se vieron en esa vicisitud y el holograma nos les permite continuar su camino, eludieron sin querer la trampa de la reencarnación y sus guías perdieron el contacto con ellos. Existen operaciones en el que humanos están ayudando a evacuar poco a poco a esas almas perdidas, con ayuda de sus guías y que están consiguiendo salir de esta Matrix y volver a casa.
El holograma continua emitiendo desde alguna parte y provocando que sigamos encarnando una y otra vez sin sentido, Las oleadas de almas voluntarias que están trabajando por la elevación de la vibración del planeta, no llegara a buen puerto hasta que la baja vibración que es emitida al planeta por la Matrix quede liquidada, la elevación de la frecuencia de la tierra parece que está siendo producida muy lentamente, debido a este lastre que arrastra, esto nos limita también a nosotros como humanos y nos impide despertar del todo. En la biblia se habla de que los ángeles que fueron castigados cayeron y quedaron atrapados, se habla del Infierno o quizás en La Tierra, puede que esa trampa, esa prisión sea este holograma que impide que ciertas entidades convivan con nosotros y se alimenten de nosotros y estén tan atrapados como nosotros, esos demonios o ángeles caídos, esos reptiles quizás, solo son unos compañeros de celda, los malos de la prisión, los que mandan sí, pero que son tan presos como nosotros.
Como dije esta es solo una reflexión no una verdad categórica, es una posibilidad que de ser confirmada, nos podría en el apuro, de cómo debemos actuar a la hora de morir, si no queremos volver a quedar atrapados aquí. De continuar todo como a día de hoy (espero que no) se plantea la duda de seguir hacia esa luz como polillas o tratar de eludirla y quedar en esa especie de tierra de nadie. Otra de las causas por las cuales surge esta duda es cuando se pide cierta información a un desencarnado y suele decir todos y cada uno de ellos que lo que se cuestiona no se les está permitido revelarlo. ¿Quién no se lo permite? Al principio pensaba que era porque esa información podría intoxicar el proceso experiencial de aquel que pregunta, pero quizá y solo quizá, es que la Matrix impide que sepamos cómo opera.
Puede ser difícil asumir que quizá estamos siendo engañados, que la esperanza de una vida mejor tras la muerte sea una utopía, mientras nuestra realidad provenga de una simulación programada, en una capsula planetaria que nos mantiene prisioneros e indefensos. Tu instinto hará que te reveles ante la sola idea de que esto pueda llegar a existir. No poder escapar de esta densidad sería una total desesperanza, pero no debemos dejar de luchar y buscar el verdadero camino de vuelta a casa.




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