QUE ES LA ENFERMEDAD? LA SALUD Y
LAS EMOCIONES
*LA SALUD Y LAS EMOCIONES*
Qué es la enfermedad?
Es un maestro, una oportunidad
para organizar una armonía superior en nuestra propia vida, a nivel físico,
emocional, mental y espiritual.
¿Qué enferma primero, el cuerpo o
el alma?
El alma no puede enfermar, porque
es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende
En realidad, buena parte de las
enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y
mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es
cuando enfermamos. La Salud y Las Emociones
¿Hay emociones perjudiciales para
la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70 por ciento de las
enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional. Las
enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas,
reprimidas. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad,
el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando
el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a
los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.
¿Nos hacemos los fuertes y
descuidamos nuestra salud?
De héroes están llenos los
cementerios. Te tienes que cuidar.
Tienes tus límites, no vayas más
allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los
reconoces, vas a destruir tu cuerpo. ¿Cómo nos afecta la ira?
La ira es santa, es sagrada, es
una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación n, a la búsqueda de tu
territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se
vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y
afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico. ¿La alegría por
el contrario nos ayuda a estar sanos? La alegría es la más bella de las
emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más
sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de
tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a
contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.
¿La alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las
otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría
pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido
ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente. ¿Y la
tristeza? La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión
cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La
tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno.
Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos
negativas cuando las reprimimos. ¿Es mejor aceptar esas emociones que
consideramos negativas como parte de uno mismo? Como parte para
transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se
pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón
hasta la cabeza.
¡Qué difícil! Sí, es muy difícil.
Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de
amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o
destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que
sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.
¿Cómo prevenir la enfermedad? Somos
creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos
salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque
seremos salud.
¿ Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla
porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y
no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa
espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que
enfermar es fracasar.
El fracaso y el éxito son dos
maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e
incorporar la lección de la enfermedad en tu vida. Cada vez más personas sufren
ansiedad. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un
hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial
que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando
buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos
externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos
la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a
experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero
como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta. ¿Y qué podemos
hacer para liberarnos de esa angustia? La angustia no se puede pasar
comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera.
La angustia se pasa cuando entras
en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La
angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos,
entonces estamos en el "debería ser", y no somos ni lo uno ni lo
otro. El estrés es otro de los males de nuestra época. El estrés viene de
la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero
dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede
competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser
único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.
El estrés destructivo perjudica
el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te
permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una
oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia. ¿Qué es para usted la
felicidad? Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida,
encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer,
es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser
felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en
nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende
el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos un sentido que va
más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos
desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y
con nuestra conciencia. Vivir el Presente
¿Es importante vivir en el
presente? ¿Cómo lograrlo? Dejamos ir el pasado y no
hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser
y no en el tener. Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización,
y ésta con la capacidad de habitar la realidad. Y vivir en realidad es salir
del mundo de la confusión. ¿Tan confundidos estamos, en su opinión? Tenemos
tres ilusiones enormes que nos confunden. Primero creemos que somos un cuerpo y
no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la
muerte. Segundo, creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer
no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo.
Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer. La tercera
ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir.
¿Y qué necesitamos realmente para
vivir?, ¿acaso el amor?
El amor, tan traído y tan
llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora.
El amor es magnífico porque crea
cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En
el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay
usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque
cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces
se restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con
la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando entendemos que
alguien a quien amamos no nos ama. Hay una gran confusión en nuestra
cultura.
Creemos que sufrimos por amor,
que nuestras catástrofes son por amor. Pero no es por amor, es por
enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente
amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la
morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en
vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme. El verdadero
amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la
libertad. Pero a veces nos sentimos atados a un amor. Si el amor conduce a la
dependencia es eros.
Eros es un fósforo, y cuando lo
enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay
muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para
encender el leño del verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el
fuego, Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor. ¿Puede darnos algún
consejo para alcanzar el amor verdadero? Solamente la verdad. Confía en la
verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes
que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el
derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el
error es tu maestro. Ámate, sincérate y considérate..
Si tú no te quieres, no vas a
encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a
encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno
de ti. La clave entonces es amarse a sí mismo. Y al prójimo como a ti mismo. Si
no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás
condicionando al otro. Acéptate cómo eres; lo que no aceptamos no lo podemos
transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.
Entrevista al Dr. Jorge Carvajal Médico
Cirujano de la U. de A. Pionero de la Medicina Bioenergética