"Las frutas
ácidas no se deben mezclar entre sí, ni con frutas dulces, porque elevan la
acidificación del organismo"
Experto en
frutoterapia explica por qué no se debe comer naranja con kiwi o mandarina
Un mal uso de las
frutas puede ocasionar problemas al organismo, advierte el bioquímico Albert
Morales, que lleva casi 40 años estudiando las dos caras de la moneda: los
beneficios y las contraindicaciones de estos alimentos. Uno de sus
descubrimientos es que las frutas ácidas no se deben mezclar entre sí, ni con
frutas dulces, porque elevan la acidificación del organismo. Entre estas está
la naranja, mandarina, limón, pomelo. Lo mejor es comerlas por separado y
solamente en las mañanas. "Pese a que son de la misma familia y tienen
ácido cítrico, todas tienen ácidos diferentes que al mezclarse con la fructosa
y los jugos digestivos, produce una elevación de la acidificación, alto índice
de fermentos y alcohol dentro de nuestro organismo que conlleva problemas
vesiculares. Es una bomba molotov lo que se produce allá adentro",
ejemplifica.
No hay que comer
frutas cítricas luego de una comida abundante en grasas por creer,
erróneamente, que el ácido las corta. Según Morales."Al contrario, hace
que el metabolismo las asimile y el hígado se engrase, lo que puede terminar en
cirrosis".
El higienista chileno
Mauricio Esteban, quien lleva también varios años estudiando y practicando la
correcta asociación de los alimentos, concuerda: "Las mezclas de los
alimentos generan venenos. Si comes mal y además agregas frutas sin mezclar
adecuadamente, te estás enfermando más que si no comieras fruta". Y
agrega: “Lo ideal es comer la fruta de una sola. El tutti frutti es peor que un
pollo con papas fritas. Y mezclar un kiwi con un plátano es peor que una
hamburguesa, peor, peor. Mejor cómete la hamburguesa".
La explicación es que
son bioquímicamente antagónicas, porque el plátano es un almidón con múltiples
nutrientes y el kiwi es un potente antioxidante, con más vitamina C que un kilo
de limones. Incluso postula que jamás hay que combinar frutas con verduras y
que solamente la manzana va bien con éstas últimas.
El melón y la sandía
no se llevan bien con la leche, ni entre ellas ni con otras frutas, según
pruebas de laboratorio. "Por eso hay un adagio popular que dice que la
sandía y el melón en la mañana son oro, al mediodía son plata y por la noche,
matan", pregona Albert Morales. El melón es mejor comerlo solo y preferiblemente
en las mañanas porque se metaboliza bien cuando hay sol: "Es la fruta del
aparato digestivo. Le hemos encontrado sustancias diuréticas que ayudan a
controlar el problema de retención de líquidos, que sirve a personas
obesas".
La sandía produce
arsénico al rato de abierta y la piña junto con la leche puede matar
cucarachas, son algunas de las advertencias de Albert Morales. Que las frutas
se oxidan al contacto con el aire es algo que todos sabemos, pero que la sandía
a los 30 minutos de abierta produce 0,5% de arsénico, y que éste sube al 3% si
se combina con otras frutas o con alcohol, es algo que pocas personas conocen.
Semillas: vitaminas y
veneno
Con las semillas pasa
también algo curioso. Las de damascos, ciruelas, duraznos, frutas cítricas y
las almendras son ricas en ácido cianhídrico, según investigaciones en Estados
Unidos, que Morales difunde con entusiasmo. Eso sí, habría que comer 3 o 4 kilos
para que sean tóxicas, mientras que tras masticar unas pocas, una enzima
digestiva convierte ese ácido en vitamina B17, buena contra el cáncer. La
semilla de la sandía contiene una sustancia que ayuda a limpiar el riñón,
activa la corteza suprarrenal y permite corregir problemas inflamatorios.
"Activa todo el sistema celular del riñón, haciendo que tenga funciones,
si no similares, al menos del 50% de su funcionamiento normal", promete el
experto en frutas.
Por las mañanas,
Albert Morales recomienda comer cítricos como naranjas, mandarinas, kiwis,
piñas, moras o pomelos, solos, sin combinaciones, y luego de media hora,
ingerir una ensalada de frutas dulces o tomar desayuno.
A mediodía, lo mejor
son las frutas proteicas oleaginosas como nueces, almendras, maní, sésamo,
pistachos, macadamia, avellanas, coco, palta. "Contienen entre un 25 y 30%
de proteínas y todas tienen entre ocho y diez aminoácidos esenciales".
En la noche y a
cualquier hora del día, viene bien una buena ensalada de frutas dulces: papaya,
plátano, pera, manzana, durazno, cereza, fresas, frambuesa, mangos. ¿Qué
cantidades comer? Todo exceso es malo. Según Albert Morales, por ejemplo, mucha
palta produce diarrea, los cítricos causan acidosis y problemas en el tejido
mucoso intestinal, demasiadas almendras o similares provocan estreñimiento y
otros problemas digestivos.
El aguacate. Una de
sus recomendaciones más insistentes es el consumo de palta (aguacate) a
cualquier hora: "Es una de las frutas más espectaculares, porque es rica
en clorofila y la única diferencia con la sangre humana es que la nuestra es
rica en hierro en magnesio. Comer palta es como consumir sangre", asegura.
La mandarina es
por excelencia la "fruta ecológica", porque es "la única capaz
de arrastrar del organismo metales pesados como el mercurio, cadmio y plomo. Y
además es la más rica en ácido fólico, por eso también la llamamos "la
fruta de la embarazada", previene los problemas de la espina bífida,
iatrogénicos y mutagénicos en el bebé". Maravillado por estos y otros
descubrimientos de laboratorio, el investigador colombiano residente en España
desde hace 10 años, escribió 4 libros sobre el tema.
El terapeuta confiesa:
"Me he alimentado durante un mes con puras frutas, comiendo al desayuno,
almuerzo y cena y en cantidades que quedo satisfecho. Pero si una persona se
come cinco kilos de fruta de una vez, eso ya no es bueno".
Algunos libros de Albert Morales:
"Frutoterapia, los frutos que dan la vida",
"Frutoterapia, nutrición y salud",
"Frutoterapia y belleza"