CUATRO AMORES
DAÑINOS… ¡HUYE DE ELLOS! por Walter Riso.
Ni que decir tiene que a lo largo de nuestra vida
relacional habremos vivido alguno de esos amores dañinos y al leer las
características seguro que hasta ponemos la cara de aquel o de aquella con
quien compartimos un rato de nuestro caminar.
El primer paso, como siempre, es darse cuenta. Si uno
no se da cuenta, ya le pueden decir. Y por lo que a mí respecta, son las
vísceras las que me informaron de ello.
El segundo paso es no ponerse excusas ni
justificaciones. Luego haremos lo que tengamos que hacer pero sabiendo dónde
estamos y con quién. Obviamente, paso fundamental es mirarse a uno mismo cómo
se relaciona porque a lo mejor estamos tirando balones fuera y el foco de
infección lo tenemos en nuestro “particular” modo de relacionarnos.
Como vemos esto es un no parar, ji, ji. ¿Brindamos por
el vuelo libre? En compañía o no pero libre.
CUATRO AMORES DAÑINOS…
¡HUYE DE ELLOS! (WALTER RISO)
Walter Riso aboga por
tomar las riendas de la propia autonomía emocional junto y al lado de ese o esa
compañero/a especial, que cada uno disfrute de su espacio en esta vida con
respeto, sin ataduras que anulen el desarrollo de la personalidad. Dice Riso
que el amor debe ir «ligero de equipaje, libre y vital». Por eso, en sus
páginas desgrana las señales que emiten aquellos que se dejan llevar y siente
un amor dañino para la relación y para el otro. Además, ofrece sus consejos
y reflexiones para afrontar esos sentimientos que pueden envenenar
una pareja hasta destruirla.
El psicólogo considera
que estos son los amores más dañinos para una relación.
El amor obsesivo
«La obsesión implica
que el amor se vuelve insaciable en la relación. Uno de los miembros de la
pareja nunca está satisfecho con su relación, no puede hacer nada sin su
pareja, y demuestra una gran dependencia», explica Riso. Un amor de estas
características «es empalagoso y no tiene límites», con lo cual genera adversión
con el tiempo. Es una de las sensaciones que sentirá la persona que sufre una
relación así: al final se verá obligada a dar lo que quiere o no puede ofrecer,
a estresarse por lo que exige esa relación amorosa, y hasta sentirse acosada.
«Los que aman
demasiado no soportan estar lejos de la persona amada ni un minuto, una
separación de días se les convierte en un suplicio», afirma el autor de
«Enamorados o esclavizados». Eso conlleva a que sienten la necesidad de estar
cada vez más tiempo junto al otro; a tener pensamientos obsesivos (¿qué estará
haciendo ahora?); a magnificar las virtudes del amado y creer que roza la
perfección; e incluso a aumentar la frecuencia e intensidad de las relaciones
sexuales. «Un error —dice Riso—, porque una relación necesita más cosas aparte
del deseo: comunicación, buen humor, proyectos, gustos comunes, sintonía y
respeto».
Amor fusionado
«Una pareja totalmente
fusionada implica que ha perdido la identidad de uno mismo, se pierde el amor
propio. Una persona no puede renunciar a lo que es», explica Riso. Si ese rol
se establece en la relación es que uno no ama o ama mal, dice el psicólogo.
Amar significa dejar que el otro sea como es y uno mismo ser como es.
Muchos enamorados de
este tipo terminan adoptado los mismos gestos, chistes y hasta la forma de
vestir de su pareja. La imitan. Pero puede llegar a más: aun instinto de
posesión (¡eres mío/a!) y a pensar que uno mismo es parte de la otra persona.
El amor temeroso
«El miedo a la pérdida
de la relación denota una persona insegura que tiene miedo al fracaso y al
abandono», cuenta Walter Riso. Ese mismo miedo trae consigo otros muchos: el
miedo a que la persona amada decepcione, a que el amor decaiga sin razón
aparente, a que nos sea infiel y a que nos abandonen. «Este es el miedo que más
caracteriza a los dependientes emocionales», afirma Riso.
Para hacer frente a
todos estos temores, el psicólogo recomienda aceptar y concienciarse de que en
el amor no hay certezas, de que es necesario asumir la incertidumbre.
El amor opresivo
Para Walter Riso «el
amor debe respeta la Carta de los Derechos Humanos, en el sentido de respetar
la libertad de cada uno». Es uno de los principios fundamentales para un amor
sano e inteligente según aconseja este psicólogo. Y eso consiste en «respetar que
el otro tenga sus propios amigos, actividades, sus propias preferencias, gustos
y opiniones». En definitiva, que cada uno respete el desarrollo de la libre
personalidad, sus principios, valores, metas esenciales y vitales.
Los cuatro pilares del amor perfecto
Walter Riso cree que
el amor puede ser para toda la vida, pero no el enamoramiento. Sólo se trata de
construir los pilares que pueden hacer la relación duradera hasta el fin de
nuestros días. Estos son los firmes pilares que siempre deben mantenerse en la pareja.
1. La confianza es básica.
«La certeza de que el otro nunca te va a hacer daño intencionadamente,. Si no
tienes esta certeza vas mal», explica Riso.
2. El erotismo, «que fluya
el deseo por el otro como un postre».
3. La amistad. Ser
compinches, cómplices, tener humor en común y ganas de proteger al otro.
4. El afán de cuidado hacia
el otro, «que tu dolor me duela».
Por: M. J. PÉREZ-BARCO - abc.es