Cartas amenazantes y llamadas intimidatorias: un juzgado de Barcelona
sentencia a Vodafone por prácticas ilegales
Publicado en: jun 22 2014
Miriam
Carneros | Vozpópuli |
22/06/2014
Un juzgado de Barcelona sentencia a la empresa de telecomunicaciones Vodafone por haber vulnerado derechos tan esenciales del
usuario como recibir información en el momento de la
contratación del servicio, conocer las cláusulas de permanencia, y posteriores
consecuencias que se derivan si se solicita la baja antes de cumplir el tiempo
establecido o poder disponer de manera gratuita de facturas detalladas donde
aparezcan las cantidades a abonar. Le obliga a pagar 536€ en concepto
de daños y perjuicios por el incumplimiento del deber para con
las obligaciones que tiene el consumidor. A través de este caso concreto de uno
de sus usuarios, que acaba con una demanda contra dicha empresa, se pueden
observar las prácticas abusivas, y en la mayoría de los casos ilegales, que
llevan a cabo estas compañías del sector y las dificultades a
las que se tienen que enfrentar los consumidores para poder ejercer dichos
derechos y poder resolver sus problemas.
Para darse de alta y comenzar a ser un nuevo cliente no hay problema, el
alta se tramita en cuestión de horas y se puede empezar a disfrutar del
producto sin, aparentemente, ninguna dificultad. El problema llega cuando hay algún contratiempo que
impide al usuario disfrutar plenamente del servicio, tal y como se puede ver en
la sentencia y demás documentos a los que Vozpópuli ha tenido acceso.
Esto es lo que le ocurrió a este usuario, quien nunca pudo disfrutar de su
conexión a internet desde su ordenador porque en ningún momento supo que el
servicio de internet que estaba contratando era sólo compatible con ordenadores
que funcionasen vía satélite y que, por el contrario, aquellos dispositivos que
no estuviesen configurados mediante este sistema no podrían acceder a internet.
Se trata de una falta de información en el momento de la firma
del contrato en referencia a varias partes; en primer lugar en
cuanto a las características del producto pero también en cuanto a las condiciones generales del contrato, ya que en ningún
momento se le informó de que con esa firma se establecía una permanencia de 18
meses y que darse de baja en ese servicio le supondría una penalización máxima
de 150€.
Todo ello demuestra la
mala praxis en el proceso de contratación y la falta de coordinación entre el
operador y el usuario
Pero el problema no solo es la falta de información, el caso de que la
condición de permanencia estuviese en el ángulo derecho final de la hoja, algo
que pasa totalmente desapercibido, y que no todas las hojas del contrato
estuviesen firmadas por el interesado, lo que quizás puede demostrar que no
fueron mostradas a cliente, demuestran la mala praxis en el proceso de
contratación y la falta de coordinación entre el
operador y el usuario.
Es ante este problema a la hora de poder disfrutar del servicio contratado
por lo que el cliente decide ir a la misma tienda de Vodafone donde se dio de
alta con intención de devolver el ‘módem’ que se le había facilitado y poder
dar de baja el servicio. Para su sorpresa, en el establecimiento no sólo no le
quisieron aceptar la devolución asegurando que “ellos no son Vodafone” sino
que no le dieron una solución ni le explicaron a quién podía
dirigirse. Simplemente quedó constancia en la tienda de lo
ocurrido. Días más tarde, recibe un nuevo cargo en el banco
en concepto de ‘factura Vodafone’ pero en ningún caso recibe una factura
detallada por lo que no sabe a qué corresponde el mismo. Finalmente, tras reiteradas llamadas, con tiempo de espera y música de fondo,
al servicio de atención al cliente, descubrió que se trataba de la
cláusula penal correspondiente al incumplimiento del periodo de permanencia.
Obviamente, después de lo ocurrido se vio obligado a volver a llamar a la
empresa con el fin de aclarar la situación: “yo quería seguir siendo cliente de
Vodafone con mi servicio de móvil y estaba dispuesto a pagar lo correspondiente
al servicio de internet que di de alta, pero en ningún caso la penalización de
la cual no tenía constancia” ya que era abusiva e injusta y la cual aumentó
pavorosamente en el último momento sin saber por qué, por lo que dio orden al banco para devolver ese último cargo.
“Lo que más me
sorprende de todo es que siendo una empresa con tantos beneficios como Vodafone,
no tenga a nadie que pueda atender al usuario en estos casos”, asegura el
afectado
Al poco tiempo de lo ocurrido fue cuando comenzaron los acosos, la
intimidación y las coacciones y amenazas por parte de Vodafone:
“es increíble, al principio no hay nadie que te atienda cuando tienes un
problema –momento en el que puede ser solucionado sin llegar a instancias
mayores- y después –una vez llegados a este punto de
sentencias- se gastan un dineral para que te coaccionen y te amenacen”.
Y por si fuera poco, pasados unos meses, Vodafone le cortó la línea móvil
impidiéndole realizar llamadas, motivo por el que el cliente se dio de baja en
todos los servicios de esta compañía y decidió darse de alta en otra pero aun
así, tuvo que seguir aguantando llamadas de la antigua compañía en las que le
preguntaban qué podían hacer para volver a tenerle como cliente.
Por su parte, Vodafone asegura que cualquier queja,
reclamación o duda que puedan tener los usuarios es solucionada gracias a los
trabajadores del departamento de atención al cliente o a través
de un número de fax que también suelen ofrecer para poder resolver cualquier
problema.
Un año
después la situación continúa
Todo esto ocurre en diciembre de 2013, hace ya más de un año, y todavía dicho usuario sigue recibiendo llamadas y cartas
amenazantes que le auguran el peor de los destinos sino paga la cuantía que le
piden y que no generan otra cosa que un “efecto demoledor” en
aquellas personas que pasan por la misma situación. Tal y como explica el
cliente “se trata de un comportamiento propio de una mafia pero lo que más me
sorprende de todo es que siendo una empresa con tantos beneficios como
Vodafone, no tenga a nadie que pueda atender al usuario en estos casos”.
La finalidad de dicha demanda contra Vodafone no es económica ya que la cantidad solicitada por el afectado irá destinada a la
organización Médicos Sin Fronteras, aun así, es importante que este
tipo de prácticas se difundan porque el hacerlas públicas seguramente sea “lo
único que puede hacer cambiar la actitud de estas grandes empresas”, asegura
este consumidor.
Vodafone
es el operador peor valorado por sus clientes
Resulta alarmante que el sector de las telecomunicaciones, al que
pertenecen grandes empresas como Vodafone, sea uno de los que más beneficios
generan -por su gran cantidad de usuarios- pero, a la vez, sea uno de los ámbitos con mayor número de quejas y reclamaciones por
parte de los consumidores.
Vodafone ha sido este año, por segundo consecutivo, una de las nominadas
a “peor empresa del año”, premios que desde 2010 lleva
organizando la asociación de consumidores FACUA y que demuestran el descontento que existe por parte de los usuarios con este tipo de
empresas. Sus irregularidades, ofertas engañosas y carencias de
información a los usuarios son algunas de las prácticas que seguramente hayan
hecho a Vodafone optar a este galardón y ser el operador
de telecomunicaciones móviles peor valorado por sus clientes, tal
y como explica FACUA.