Definitivamente
los animales muchas veces tienen más corazón que el propio ser humano y saben
ser muy, pero que muy agradecidos aun siendo salvajes. Este ejemplo es buena
muestra de ello. No hay más que ver la gratitud que tiene este chimpancé con los seres que le salvaron la vida, lo curaron
y luego lo devolvieron a su origen . El momento de la despedida es emocionante.