miércoles, 23 de julio de 2014

El cerebro ciego



Existe un proceso psicológico muy importante llamado “sesgo de confirmación”. Se trata de una tendencia del cerebro a favorecer cierta información, que sirve para avalar nuestras opiniones y creencias y para descartar todo aquello que potencialmente podría refutarlas. Permite a su vez, interpretar de manera ambigua los datos, con el objetivo de seguir “colocando fichas” en nuestra ideología en vez de desecharla.
El sesgo de información nos “ciega” frente a las evidencias más confirmadas, perpetua los puntos de vista en un ángulo erróneo, elimina todo aquello que puede atacar el sistema de creencias ya armado. Una de las consecuencias más graves es la limitación a la hora de tomar decisiones correctas. Esto es así porque contar con información certera y veraz es un requisito “sin equa non” para poder actuar mejor.

La pregunta que surge frente a ello es ¿por qué se desarrolla el sesgo de confirmación? Es bueno saber que nuestro sistema de creencias va formando un “todo” con los datos que recoge a diario sobre los demás y nosotros mismos. Las experiencias, opiniones, vivencias y creencias están muy unidas entre si, influenciadas por las emociones. El cerebro puede procesar información todo el tiempo pero esa capacidad es algo limitada. Para poder evitar “desbordarse”, con todos los estímulos que recibe, opta por trabajar con lo que ya tiene en su “base de datos”.

Es por esta razón que tenemos patrones de conducta o de comportamiento innatos, los cuáles nos predisponen a actuar de ciertas formas y a minimizar la tarea de procesamiento de la información externa.

Según la investigación del psicólogo cognitivo Walter Riso, el sistema de procesamiento de información del ser humano es “económico”, ya que se autorregula y se adapta con lo que tiene. Esto significa que la mente se auto mantiene con estereotipos, esquemas, creencias religiosas, ideologías políticas, prejuicios, etc. Esa es la razón por la cual somos “insensibles” y reticentes a las nuevas experiencias o cambios. Además, es por ello que tomamos decisiones en base a las teorías que ya hemos construido una y otra vez.

Una vez explicado el fenómeno del sesgo de información, vale la pena hablar sobre su relación con la búsqueda de datos o bibliografía, por decirlo de algún modo. Las consecuencias de ambos procesos hacen mella en las decisiones que tomamos o la capacidad que tenemos de “desconfirmar” lo que creíamos. Entonces, ¿podemos ser capaces de buscar información imparcial, que no esté afectada por las creencias previas que tenemos al respecto de esa temática? La respuesta, al parecer, es negativa. Es más que difícil que podamos huir de las experiencias, expectativas y emociones previas.

Para combatir el sesgo de información es preciso, en primera instancia, saber que existe y la forma en que trabaja. Precisamos de un pensamiento más crítico y analítico, que nos permita darnos cuenta la manera en que pensamos.

Algunos consejos para minimizar los efectos del sesgo de información:

*Intentar formar una visión más global sobre un tema y conocer diversos argumentos, a favor y en contra.
*No conceder la credibilidad absoluta a un dato hasta que no compruebe o analice en profundidad.
*Tener en cuenta cuáles son los intereses que pueden estar “escondidos” en ciertos informes o marcos teóricos o ideológicos.
*Considerar las implicancias prácticas de cada punto de vista.
*Analizar si la información considerada es dogmática, alienta el diálogo, permite hacer un examen de diferentes opiniones, acepta lo alternativo, etc.
*Evitar la “impresión” que logra el exceso de tecnicismos para desacreditar otros puntos de vista.
*Nunca limitar la búsqueda de información a una misma disciplina, área, género, etc.
*Asumir que existen diversas teorías sobre un tema en particular y que la perspectiva “de moda” puede ser menos certera pero más popular.
*Verificar cada punto de vista puede ser un trabajo imposible de realizar por una sola persona. Es bueno buscar ayuda y colaboración de los demás (personas de confianza).
*Tomarse un tiempo para examinar un punto de vista, ya que no todos los argumentos se pueden asimilar con la misma facilidad.

Foto cortesía de Jezper