Científicos estadounidenses han descubierto un nuevo marcador para seguir
el curso del ciclo solar: pequeños puntos brillantes en la atmósfera del Sol
que les permiten observar los movimientos constantes del
material en el interior de la estrella.
Aproximadamente cada 11 años, el Sol experimenta un cambio completo de
personalidad y pasa de la tranquilidad y la calma, a la violencia activa. La
intensidad tope de la actividad del sol, conocida como ‘máximo solar’, es un
tiempo en el que su superficie se llena de numerosas manchas solares se las que
salen profundas erupciones que envían radiación y partículas hacia los confines
del espacio.
Sin embargo, las
etapas por las que pasa el ciclo solar están lejos de ser exactas. Los expertos
comenzaron a registrar regularmente las manchas solares en el siglo XVII y, en
este tiempo, el tiempo entre máximos solares sucesivos ha variado entre los 9 y
los 14 años, una diferencia de la que no se conoce la causa, informa la NASA..
Por ello, los
investigadores han buscado este nuevo marcador. Según han explicado, los
pequeños puntos de la atmósfera solar permiten ver la forma en que los campos
magnéticos evolucionan y se mueven a través de la estrella. También muestran
que puede ser necesario un ajuste sustancial a las teorías establecidas sobre este
ciclo.
Históricamente, las
teorías sobre lo que ocurre en el interior del Sol para conducir el ciclo solar
se han basado en un único conjunto de observaciones: la detección de las
manchas solares y un registro de datos que se remonta siglos atrás. En los
últimos decenios, al darse cuenta de que las manchas solares son áreas de
intensos campos magnéticos, los investigadores también han podido incluir
observaciones de mediciones magnéticas del Sol.
“Las manchas solares
han sido el marcador perenne para la comprensión de los mecanismos que rigen el
interior del Sol”, ha indicado uno de los autores, Scott McIntosh. “Sin
embargo, estos procesos no hacen que las manchas solares se conozcan bien, ni,
mucho menos, rigen la migración y lo que impulsa su movimiento”, ha añadido.
Según ha indicado, con
el nuevo marcador se puede ver “que hay puntos brillantes en la atmósfera solar
que actúan como boyas ancladas a lo que está pasando” y tienen “mayor
fiabilidad”. “Ellos nos ayudan a desarrollar una imagen diferente del interior
del Sol”, ha indicado el investigador.
En el transcurso de un
ciclo solar, las manchas solares tienden a migrar progresivamente a latitudes
menores, moviéndose hacia el ecuador. La teoría predominante es que dos grandes
bucles de material solar en cada hemisferio las barren, como cintas
transportadoras enormes, desde los polos hasta el ecuador, donde se hunden más
profundamente en el Sol y luego se dirigen de nuevo a los polos. Estas ‘cintas
transportadoras’ también se mueven el campo magnético a través de la atmósfera
solar.
La teoría sugiere que
las manchas solares se mueven en sincronía con este flujo. Pero los autores de
este trabajo, que ha sido publicado en ‘Astrophysical Journal’, señalan que aún
es poco lo que se conoce. Ahora los puntos brillantes del Sol abren “una nueva
forma de realizar un seguimiento de los flujos de material en el interior del
Sol”.
EL PROCESO
EL PROCESO
Gracias a
observaciones realizadas por el Observatorio Solar y Heliosférico de la NASA el
equipo ha monitoreado el progreso del último ciclo solar y el comienzo del
actual. Encontraron que las bandas de estos marcadores y, por lo tanto, los
grandes campos magnéticos, también se mueven de manera constante hacia el
ecuador a la par que las manchas, pero comenzando a una latitud de unos 55
grados. Además, detectaron que cada hemisferio del Sol, por lo general, tiene
más de una de estas bandas presentes.
McIntosh ha explicado
que en el interior del Sol existe una compleja interacción de líneas de campo
magnético que se esconde a la vista. Las observaciones recientes sugieren que
la estrella se rellena con cuatro bandas de material magnético polarizado que,
una vez que se forman, se mueven constantemente hacia el ecuador desde las
altas latitudes. Estas bandas tienen una polaridad magnética norte o sur y sus
signos alternativos en cada hemisferio, de tal manera que las polaridades
siempre se cancelan.
Con esta cancelación,
el Sol se queda con sólo dos grandes bandas que han emigrado a unos 30 grados
de latitud. Las líneas de campo magnético a partir de estas bandas son mucho
más largas y, por lo tanto, las bandas en cada hemisferio se sienten menos la
una a la otra.
En este punto, las
manchas solares comienzan a crecer rápidamente en las bandas, aunque este
proceso no dura mucho tiempo debido a que en altas latitudes ha comenzado a
generarse una nueva banda de polaridad opuesta. Cuando esa nueva banda comienza
a aparecer, la compleja relación de cuatro bandas se inicia de nuevo y el
número de manchas solares comienza a disminuir en las de latitudes bajas.
En este escenario, es
el tiempo de vida de cada banda lo que realmente define todo el ciclo solar.
“Por lo tanto, el ciclo solar de 11 años se puede ver como el solapamiento
entre dos ciclos mucho más largos”, ha indicado otro de los expertos, Robert
Leamon.
Con este trabajo, se
ha pronosticado que el Sol va a entrar en el mínimo solar en algún lugar de la
última mitad de 2017, mientras que las manchas solares del ciclo siguiente
aparecerán al final de 2019.
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