En estos últimos tiempos, estamos presenciando un incremento notorio de las reservas de petróleo a escala global.
La explicación a este fenómeno se achaca principalmente a cuestiones meramente económicas, pero en aras de realizar un análisis equilibrado de la situación, haríamos bien en considerar también la posibilidad de que estas acumulaciones de reserva de petróleo se estén produciendo como estrategia para una posible guerra.
En los años previos a la invasión alemana de Polonia, el mundo fue testigo de una disminución drástica en el precio del petróleo, así como de un aumento masivo de los inventarios de petróleo, sobre todo porque los campos de Texas comenzaron a producir en notables cantidades.
Estos cambios en los mercados mundiales del petróleo corrieron paralelos a la deflación que se había iniciado en octubre de 1929.
Si nos fijamos, podemos ver el mismo patrón repitiéndose hoy en día: los precios del petróleo colapsan, los inventarios están creciendo, y la deflación mundial se profundiza.
Los Estados Unidos y China están aumentando sus reservas estratégicas de petróleo; un ejemplo de ello son el almacenamiento de crudo que tiene lugar en Cushing, Oklahoma, y en las provincias de toda China.
Cushing, Oklahoma
La justificación oficial a todas estas maniobras es que Estados Unidos está buscando la independencia energética y China está tomando ventaja de los bajos precios del petróleo para aumentar sus reservas, ya que son un gran importador de energía.
Sin embargo, otros países de todo el mundo también están almacenando petróleo y sus derivados; así es como podemos ver desde la construcción de enormes tanques de almacenamiento en Nigeria, a cientos de barcos petroleros llenos de crudo flotando ante las costas.
El almacenamiento de Crudo y de productos derivados del petróleo están aumentando hasta niveles récord.
Éstos son sólo algunos enlaces que hablan de este fenómeno del incremento de existencias (en inglés):
Hay numerosas razones por las que reservas de petróleo están aumentando.
La más obvia es la oportunidad manifiesta de capitalizar los bajos precios actuales del petróleo, y una segunda tendría que ver con la disminución de la demanda mundial, a medida que continúa la peligrosa lucha entre los productores de petróleo a bajo precio y aquellos que no lo pueden producir tan barato.
Pero hay una tercera posibilidad que no se debe ignorar y de la que mucha gente es reacia a hablar, sobre todo porque alimenta la histeria que se promueve en muchos sitios alternativos; y esa es la posible preparación para una guerra.
Para cualquier campaña militar se requiere un suministro grande y estable de petróleo y de sus derivados.
Los materiales y productos que se consumen más rápidamente en tiempos de guerra son los siguientes:
Combustible (incluso el caucho sintético como los alemanes intentaron en WW2) Lubricantes (como la grasa y desengrasantes) Todas las formas de plástico Caucho (utilizado en diversas aplicaciones, tales como neumáticos de los vehículos y aviones) Producción de Etanol Agentes anticongelantes Acrílicos Resinas Nylon (para su uso en paracaídas, etc...)
Algunos de los propósitos primarios del uso de petróleo, se encuentran en:
Aeronaves Equipos de Construcción Buques Navales Vehículos de carretera
Esto puede parecer muy obvio, pero su definición nos ayuda a formular un enfoque adecuado al considerar las implicaciones más amplias de los preparativos para una posible guerra.
Otro aspecto vital de la preparación para una guerra son las relaciones que existen entre los gobiernos y la industria privada.
Por ejemplo, la estrecha relación entre la Alemania nazi y empresas como IG Farben, así como sucedió con otras grandes corporaciones occidentales, establecieron importantes alianzas estratégicas que se centraron en la realización de objetivos comunes que habían sido determinados antes incluso del comienzo de las hostilidades.
Al respecto, cabe la pena recalcar lo que dijimos en el artículo titulado HITLER - EL MONSTRUO CREADO POR LA BANCA INTERNACIONAL:
"Hitler y los nacionalsocialistas no habrían llegado al poder sin la ayuda de los banqueros internacionales y de las corporaciones estadounidenses y alemanas.
El profesor Antony C. Sutton, en su libro "Wall Street and the Rise of Hitler" muestra documentos que acreditan cómo financieros clave de Wall Street y otros banqueros internacionales, subvencionaron a Hitler y a los nazis.
Sutton documenta cómo,
JP Morgan TW Lamont Rockefeller a través de General Electric Company Standard Oil National City Bank los bancos Chase y Manhattan Bank Kuhn, Loeb and Company,...y docenas de otros intereses empresariales, apoyaron y subvencionaron a Hitler y a los nazis."
Un ejemplo de ello a nivel actual, son los objetivos industriales estadounidenses en Ucrania y Siria, donde los conflictos están siendo alimentados en gran parte, por el intento de asegurar el acceso a los recursos, a la vez que también podrían representar los primeros signos de una futura guerra directa entre Rusia y Occidente, sin los países intermediarios a los que nos tenían acostumbrados durante la guerra fría.
Sede central del Banco de Pagos Internacionales,
Basilea
Un actor importante en los conflictos pasados y venideros, ha sido siempre el sistema financiero y bancario global y más concretamente, el Banco de Pagos Internacionales.
El Banco de Pagos Internacionales (BPI; en inglés Bank for International Settlements o BIS) es el banco central de bancos centrales con sede en Basilea (Suiza).
El BPI fue fundado en 1930. Los principales actores en la constitución del BPI fueron el Gobernador del Banco de Inglaterra, Montagu Norman y su colega alemán Hjalmar Schacht, ministro de finanzas de Adolf Hitler.
Hjalmar Schacht (izquierda),
Montagu Norman (derecha)
El banco fue inicialmente creado con la intención de facilitar transferencias pecuniarias que pudieran surgir en el marco de las obligaciones de compensación que aparecieran a raíz de los tratados de paz.
Dicho en otras palabras:
creado antes de la Segunda Guerra Mundial por los dos bandos que estaban a punto de protagonizar la conflagración en Europa.
El Banco de Pagos Internacionales tuvo la capacidad de dirigir el curso de la 2ª Guerra Mundial mientras hacía negocio con los intereses industriales y gubernamentales en ambos lados del conflicto. La banca internacional se enriqueció enormemente durante la guerra, capturando y transfiriendo grandes cantidades de oro y otros activos.
Si relacionamos todo lo dicho con el Global de las Reservas Estratégicas de Petróleo, veremos que el 33% de todas estas reservas están en manos de los gobiernos, y el resto de las reservas estratégicas están en manos de la industria privada.
Y esa misma industria privada es la que recibe sus fondos del sistema bancario internacional.
Recordemos, por ejemplo, que la Liga de las Naciones, en los años previos a la segunda guerra mundial, a medida que Italia y Alemania estaban construyendo sus reservas estratégicas, no incluyeron los productos derivados del petróleo en la lista de sanciones económicas contra esos países.
Reunión de la Liga de las Naciones,
1936, Ginebra
Y, por supuesto, la Sociedad de Naciones, precursora de las Naciones Unidas, era una extensión de los intereses bancarios internacionales representadas por el Banco de Pagos Internacionales.
El colapso del Baltic Dry Index, y otros indicadores económicos, podrían ser las primeras manifestaciones de una relocalización de productos y recursos, que podrían estar siendo absorbidos para hacer frente a una guerra que aún no ha comenzado abiertamente.
Tengamos la esperanza de que la arquitectura multilateral del mundo globalizado surja de forma pacífica, con una amplia participación de los principales actores mundiales, como son Estados Unidos, China y Rusia, evitando una guerra entre ellos.
No obstante, no cerremos los ojos a la realidad:
el Banco de Pagos Internacionales, podría obtener grandes ventajas geopolíticas y socioeconómicas, permitiendo y financiando una guerra a gran escala.
Reunión del Banco de Pagos Internacionales
Esperemos que el almacenamiento masivo de crudo y productos derivados del petróleo, junto con la deflación mundial y el colapso de la demanda de los consumidores, no signifiquen que nos estamos aproximando a una guerra mundial.
Si acabara estallando una guerra más amplia, ya sea en Europa del Este o en Oriente Medio, o tal vez incluso en el Pacífico Sur, cabría esperar que los primeros meses del conflicto serían salvajes e intensos, ya que las grandes potencias se apresurarían para asegurarse fuentes alternativas de petróleo antes de que sus propias reservas se agotaran.
De todas formas y tal y como están las cosas ahora mismo, las grandes potencias ya han almacenado Reservas Estratégicas de Petróleo en sus respectivas regiones del mundo, lo que sugeriría un equilibrio en la disponibilidad de productos derivados del petróleo en los primeros meses de una posible gran guerra...
por J.C. Collins Febrero 16, 2015 del Sitio Web PhilosophyOfMetrics
traducción de El Robot Pescador Febrero 24, 2015 del Sitio Web ElRobotPescador