Las nueve familias más poderosas del
mundo
La humanidad está
sometida a un Gobierno Mundial Invisible conformado por banqueros, petroleros,
financistas, poseedores de inmensas fortunas y propietarios del Banco
Privado de la Reserva Federal de Estados Unidos. Es el Gobierno
Todopoderoso que impone y ordena a los demás Estados nacionales. El estadista
inglés, Benjamín Disraeli que sabía de lo que hablaba sostuvo: “el mundo está
gobernado por personajes muy diferentes a los que creen, los que no ven más
allá de sus ojos”.
El senado de los
Estados Unidos aprobó en 1913 un proyecto por el que la famosa y poderosa
familia de los Rothschild quedaba facultada para unir sus riquezas y
objetivos económico-financieros a la familia Morgan dueña de la banca e
inmensamente influyente y a los célebres Rockefeller de incalculable fortuna.
Hasta ese momento, estaba prohibido que capitales extranjeros se involucrasen
en la banca estadounidense, como era el caso de los Rothschild, poseedores de
capital alemán.
El 23 de Diciembre de
1913, el Banco Privado de la Reserva Federal adquirido por esas tres familias,
se apoderó de los Estados Unidos de Norteamérica. Por voluntad de ellos se
declaran guerras, se financian atentados terroristas de funestas consecuencias
como los de las Torres Gemelas, según algunas hipótesis, los atentados en
Londres y en Madrid, o se asesinan presidentes como los del ecuatoriano
Jaime Roldós Aguilera, del panameño Omar Torrijos, de J.F. Kennedy, Warren
Harding, McKinley, Jonas Garfield, del africano Patricio Lumumba o de decenas
de atentados para acabar con la vida de Fidel Castro.
Esas familias, junto a
grupos que ejercen innegable poder, trafican con armas de destrucción masiva o
siembran de muerte y destrucción en cualquier parte del mundo. Esos grupos son
Carlyle, Bechtel, Lookheed Martin, Raytheon, General Dynamics, McDonnel
Douglas, Boeing, Northrop Grumman.
En 1913, el famoso
aviador Charles Lindbergh, que en su calidad de senador se opuso al proyecto de
los multimillonarios, refiriéndose al proyecto aprobado, declaró: “…con esta
ley se constituirá el Consorcio más gigantesco de la Tierra. Cuando el presidente
la firme, legalizará el Gobierno Invisible de los amos del mundo”. Algunos
analistas sostienen que como consecuencia de estas afirmaciones, su hijo fue
secuestrado y asesinado.
Hace algunos unos
años, James Warburg, banquero asociado a los Rothschild y a los Rockefeller,
con absoluto convencimiento no exento de cinismo, anunció en el senado
norteamericano que “guste o no, tendremos un gobierno mundial. La cuestión es
si se logrará mediante consentimiento o por imposición”.
Son nueve familias las
que tienen dinero y ejercen un poder absoluto. Han desarrollado la
infraestructura necesaria para que la maquinaria de control de la humanidad
funcione. Miles de millones de dólares pagan la infraestructura humana y una
organización que domine los medios de comunicación y controle la información.
En su libro “Tragedia
y Esperanza”, Carrol Quigley escribía: “la red de conspiración que mueve los
hilos del mundo, está formada por banqueros y capitalistas internacionales: es
decir el alto mundo de las finanzas. Reúnen a su alrededor un ejército de
científicos, tecnócratas, políticos y agentes marionetas, para hacer desde las
sombras su alta política”.
Y agregando datos muy
interesantes, remata con que “los imperios económicos internacionales están
interesados en promover el endeudamiento de los Gobiernos. Cuanto más alta sea
la deuda, más caros serán los intereses. Pero además pueden exigir al
presidente de turno privilegios fiscales, monopolios de servicios o contratos
de obras. Si este no acepta, provocarán su caída, promoviendo disturbios y
huelgas que, al empobrecer a la nación, les obliga a claudicar ante lo que
piden”.
Cuando a George Bush
padre le preguntaron luego del derrumbe de la Unión Soviética qué sucedería,
respondió “What we says, goes” (“Lo que decimos, sucede”). Ese “we” (nosotros)
no hacía referencia específica al Gobierno de Estados Unidos, sino -según una
teoría del investigador Garry Adler- al CFR, que es una agencia financiada por
los Rockefeller conocida en el “establishmen” norteamericano, por “El Gobierno
Invisible”. El propio Adler escuchó de boca de unos de sus dirigentes la
siguiente afirmación “no importa a quien voten los pueblos, siempre nos votará
a nosotros…”. Las principales “delegaciones” de la CFR están en Alemania y en
Tokio.
Un ex presidente del
gobierno albano en el exilio también declaró “…un puñado de personas y la CFR
toman las decisiones. Es un poderoso “club privado” que domina todos los
gobiernos del mundo. Están confabulados. Quieras o no, hay que hacer lo que
ellos dicen…”.
Los amos del poder
mundial; es decir los poderosos entre los poderosos y que actúan –no siempre
dentro de la legalidad-, sino como verdaderas familias con prácticas al estilo
mafioso y, en calidad de dueñas de la Reserva Federal estadounidense, son:
1.- Familia Rothschild
con sede en Estados Unidos y tentáculos en Inglaterra, Alemania e Israel.
2.- Familia
Rockefeller desarrollada en Estados Unidos y con fuerte influencia en el
imperio y en Israel.
3.- Familia Morgan
propietaria, además, de poderosos bancos en Estados Unidos, Inglaterra y otros
países del mundo.
4.- Familia Warburg
con sede en Estados Unidos y poderosas extensiones en Alemania.
5.- Familia Lazard de
Estados Unidos y grandes influencias e inversiones en Francia.
6.- Familia Mosés
Israel Seif de origen judío ortodoxo con poderes económicos y políticos en
Estados Unidos, Italia e Israel.
7.- Familia Kuhn, Loeb
con sede en Estados Unidos y fuertes intereses en Alemania
8.- Familia Lehman
Brothers con sede e influencia en Estados Unidos
9.- Familia Goldman de indudable poder
en Estados Unidos
A estas familias es
necesario agregar al grupo Bildenberg. Todas son miembros de selectos “clubes”,
integrados por los quinientos hombres y organizaciones más ricas e influyentes
del mundo que se proponen la instauración del un “Nuevo Orden Mundial”,
sostenía Martha González, periodista y directora del Círculo Bolivariano de
Galicia. El “club Bildenberg” está integrado por titereteros que, por encargo
de las nueve familias, mueven los hilos del gobierno mundial invisible.
La misma periodista,
refiriéndose a un documento sobre el tema señalaba: “También hay una
estrecha vinculación entre estos grupos de los Estados Unidos y el mundo judío.
La enigmática secta judía “B’Nai B’Rit” cuenta entre sus miembros de elite a
todos los “poderosos” nombrados anteriormente y por supuesto a Henry Kissinger.
Fundadores de “La Triateral” o del mismísimo “Lyons Internacional”, extienden
su poder por todo el planeta”. Estos son los aliados incondicionales en la
lucha para derrotar a los árabes y palestinos. Es más, al actual Estado de
Israel se lo conoce con el mote de “el acorazado de arena” en clara
alusión a su subordinación estratégica en Medio Oriente con respecto a los
intereses del imperio gobernado por las nueve familias y sus tétricas actividades:
Desestabilizar
naciones y Estados libres, soberanos e independientes, derrocar gobiernos,
planificar y ejecutar asesinatos, encarcelamientos, torturas, desapariciones
forzadas de personas y, en especial de líderes políticos, sindicales, sociales,
de intelectuales, periodistas y hasta religiosos son sus actividades
cotidianas. Esas actividades cuestan mucho dinero, tanto como practicar el
terrorismo de Estado en contra de otros Estados, pueblos y sus dirigentes u
organizar actos de sabotaje, pagar chantajes y sobornos a civiles, militares y
policías. Pero dinero es lo que les sobra y esas inmorales inversiones son
recuperadas con intereses de usura, luego de cada acto criminal.
Violar los derechos
humanos, provocar genocidios, imponer bloqueos como el violento y genocida
bloqueo a Cuba, provocar otros genocidios en cualquier parte de la tierra,
burlarse de elementales principios delderecho internacional y aparecer, en
tanto imperio, como guardián de las libertades, de las democracias y defensores
de los derechos humanos, cuesta mucho dinero y dinero por montones es lo que
les sobra a esa familias.
Desatar guerras,
cometer toda clase de crímenes por horrendos y execrables que sean, incluso los
de lesa humanidad y quedar impunes cuesta mucho dinero tanto como crear,
organizar y movilizar fuerzas de intervención en cualquier parte y contra
cualquier Estado o mantener más de mil bases militares, aéreas y navales
esparcidas por los cinco continentes, en mares e islas cuesta mucho dinero y el
imperio y los propietarios del imperio tienen todo el dinero del mundo,
precisamente acumulado por el sistema de explotación impuesto a nivel global y
por la incesante e inmisericorde depredación de los recursos naturales y
humanos.
La impunidad impuesta
por Estados Unidos en convenios y tratados con otros países es una garantía
para el cometimiento de todos los atropellos y crímenes. Recuérdese que Estados
Unidos no es miembro de la Corte Penal Internacional porque se negó a suscribir
el Tratado de Roma.
Los dueños del mundo,
jefes del Gobierno Mundial Invisible, en tanto banqueros, financistas,
petroleros son, también, dueños de los medios de comunicación que forman los
grandes monopolios como: FOX, CNN, NBC, ABC, CBS, BBC, de las agencias
transnacionales de prensa, entre ellas, la UPI, AP, Reuteres, AFP que se
manejan, inclusive con capitales judíos, son copropietarios de inmensos
estudios de cine o de los periódicos New York Times, Washington Post y un largo
etcétera. El mini imperio Murdoch, comparado con los demás, sirve muy bien a
los intereses conservadores de los amos de la tierra.
Todos se
especializaron en utilizar estrategias tendentes a distraer a la población con
la prensa amarillista, con cursis programas de televisión caracterizados por la
superficialidad, para ofertar productos tecnológicos de corta duración, reality
shows y dibujos animados violentos que ridiculizan los valores fundamentales de
la familia o menosprecian los valores esenciales del humanismo universal,
además, con la difusión de noticias violentas de agresiones bélicas que son
transmitidas en vivo y en directo para demostrara el “poder invencible” de las
fuerzas imperiales o difunden asesinatos y crímenes que colman el amarillismo
noticioso que terminan por destruir poco a poco la confianza en el próximo,
evitan la unión, solidaridad y fraternidad entre las personas, y con sus
técnicas manipuladoras tratan de impedir una revuelta popular mundial.
Las familias de la
Reserva Federal, son propietarias de la NSA, la CIA, el Pentágono y son
accionistas mayoritarias del Banco Interamericano de Desarrollo, Fondo
Monetario Internacional, Banco Mundial, en tanto que sus delegados y sirvientes
ejercen, además, el derecho al voto en la Organización de las Naciones Unidas y
en la OTAN; en la primera con derecho a veto.
Las nueve familias
mega- ricas y sus descendientes son intocables por la justicia y exoneradas de
impuestos de por vida. Son dueñas de la paz, la guerra y las finanzas, por eso,
cada vez que “conmovedoramente”, hacen un “salvataje económico” en realidad
compran los bancos y financieras del mundo, y así se apropian poco a poco del
país al que “salvan”, para luego llevarse los recursos naturales que les
permite multiplicar, hasta la gula, sus desmesuradas fortunas.
Los Estados Unidos y
las familias que los gobiernan poseen los recursos económicos, tecnológicos,
fuerzas militares, sistemas de inteligencia con la CIA a la cabeza, para
realizar todo clase de operaciones públicas o clandestinas, “legales” o
criminales con el agravante de que los pueblos del mundo terminan por pagar las
carreras armamentistas, las intervenciones armadas y los crímenes imperiales,
por intermedio del atraco a sus recursos. Absurda e infame ironía es que los
pueblos “salvados” deban quedar agradecidos por los intervencionismos e
injerencias que liquidan “la barbarie, el caos, la anarquía”, en defensa de los
derechos humanos, las libertades y las democracias al estilo occidental y
cristiano. Los pueblos pagan con muertos y heridos esos salvajes “salvatajes”.
Las nueve familias y
sus millonarios sirvientes y empleados anglosajones se constituyen en la “clase
superior” gobernante. Al respecto, bien se puede afirmar que la famosa Revista
Forbes es una farsa porque muestra millonarios populares de segundo nivel como
Bill Gates o Warren Buffet, logrando desviar la atención sobre las actividades
ilícitas que cometen los verdaderos mega-ricos dentro de la Reserva Federal.
El gobierno invisible
es una realidad innegable y está conformado por los multimillonarios y magnates
que son los que realmente gobiernan los Estados Unidos en su rol de imperio. No
existe gobierno, presidente o ejército que esté por encima de ellos porque en
verdad son los jefes del gobierno de Estados Unidos. Ellos, organizan unas
veces, otras dirigen o controlan los poderosísimos grupos como los Bilderberg,
la CFR, el Instituto Tavistok, y la CIA. Son la “clase superior” en el
ejercicio del poder real y, lógicamente, forman la élite que decide qué guerra
planificar y ejecutar, qué invasión realizar o qué país atacar, qué presidente
matar, qué “atentado terrorista” por monstruoso o infame que sea financiar o
cometer, qué crisis económica planear y desatar, qué “pandemia” inventar.
El
escritor-investigador estadounidense G. William Domhoff, en su obra “Quién
gobierna Estados Unidos”, sostiene que la clase superior anglosajona de Estados
Unidos es la clase de multimillonarios que constan en la lista anual
especializada “Social Register”, de mejor calidad que la Forbes. Esta “clase superior”
social, económica y política es el poder del poder, y ejerce férreo control
sobre la CIA inclusive, y, por tanto, sobre la agencia transnacional del
crimen.
Domhoff señala: “La
relación entre los conceptos de “clase gobernante” y “élite del poder” es
perfectamente clara, pero es cierto así mismo que puede producirse confusión al
respecto a menos que se los compare y se los contraponga. Repitámoslo: La
“clase gobernante” se refiere a la clase social superior que posee una cantidad
desproporcionada de la riqueza del país (Estados Unidos), recibe una parte
desproporcionada del ingreso anual del país, y proporciona una cantidad
desproporcionada de miembros a los cargos del gobierno. Sin embargo, puede
ocurrir que algunos de los miembros de este grupo no se ocupen de otra cosa que
de criar caballos, asistir a las carreras de galgos o codearse con la nata de
la colonia extranjera. La “élite del poder”, por otra parte, comprende a todos
aquellos que ocupan cargos de mando en instituciones controladas por miembros
de la clase superior (gobernante). Todo miembro de la “élite del poder” podrá
pertenecer a no a la clase superior. (Caso Obama). Lo importante es si la
institución a la que sirve está o no regida por miembros de dicha clase…”
Para ser miembro de la
clase superior estadounidense, si no pertenece a las nueve sagradas familias,
debe ser anglosajón-hombre o mujer de empresa al mejor estilo de la iniciativa
privada; es decir sin principios éticos, controlar algún sector de las
industrias o financieras, los sistemas de producción y los mercados, los bancos
y comercios de importación y exportación; y en especial dirigir o controlar el
inmenso complejo industrial-militar o poseer o ser parte de las compañías
autoescogidas por el Departamento de Defensa o el Pentágono para fabricar y
producir todo tipo de armas, desde las convencionales hasta las de destrucción
masiva como las nucleares, químico-bacteriológicas, armas satelitales, armas
dotadas con tecnología de punta o de última generación.
Naturalmente que el
Departamento de Defensa, como la totalidad del gobierno, están controlados por
la misma “clase superior” que gobierna férreamente al Ejecutivo, Legislativo,
Judicial, Electoral, la economía nacional y transnacional, las finanzas
públicas y privadas para lo que cuenta con políticos, diplomáticos, abogados,
periodistas, científicos y técnicos, a la vez que es propietaria o accionista
de las principales cadenas de radio y televisión, de las agencias
transnacionales de prensa y de los periódicos y revistas más influyentes en
todos los idiomas, medios a los que controlan, también, con miles de millones
de dólares entregados a través de las más grandes agencias mundiales de
publicidad de las que, curiosamente, son dueños o accionistas o por lo menos
las dirigen económicamente por medio de sus agentes.
Tan inmenso es el
poder económico y político de las nueve familias y sus grupos que si se hiciese
un ligero cálculo intelectual, sólo si la fortuna de las familias Rothschild y
Rockefeller se repartiera entres seis mil millones de personas de las más de
siete mil que pueblan el planeta tierra, a cada una le correspondería la suma
de tres millones de dólares. Para defender ese poder económico, mantenerlo y
acrecentarlo, el Gobierno Mundial Invisible no conoce barreras de la ética o la
moral y, por tanto, no hay acto criminal que esté decidido a cometerlo, por
monstruoso que sea.
La periodista y
directora del Círculo Bolivariano de Galicia, Martha González, en su
correspondencia de cortesía señala que Terry Meyssan, saltó a la luz pública
cuando salió a la venta su libro “La Gran Impostura”. Este autor afirma que
“los atentados del 11-S fueron llevados a cabo por un sector del Ejército de
Estados Unidos. Meyssan, cuyo libro fue uno de los best sellers a nivel mundial,
difundió fotos aéreas del Pentágono, probando que ningún avión se hubo
estrellado allí y afirma que el 10 de septiembre de 2001, Osama Ben Laden
estaba internado en un hospital de Pakistán, realizándose una diálisis, y que
ese mismo día recibió la visita de un alto funcionario de la CIA en ese país.
“Me gustaría -declaró
Meyssan en una rueda de prensa en Madrid- que los ciudadanos volvieran a
desempeñar un papel más activo y a meditar sobre lo que sucede, sin creerse
cualquier estupidez que se les diga, aunque venga del Departamento de Defensa
de Estados Unidos.
González afirma que el
1° de Agosto de 1972, después de “el sábado de las brujas” Philip von
Rothschild anunció en el Casino Building de San Antonio, Texas (el Estado de
los Busch) y ante los “honorables” miembros del “Consejo de los Trece”, los
planes establecidos para dominar al mundo desde 1980 en adelante. La siguiente
sentencia marcaba el punto de partida: “Cuando vean apagarse las luces de Nueva
York, sabrán que nuestro objetivo se ha conseguido” ¿casualidad? No. Imposible
creer en ese tipo de casualidades.
Así, algunos analistas
e investigadores científicos afirman que la obra maestra de los dueños de la
Reserva Federal fue el atentado de las Torres Gemelas en New York. Sostienen
que “utilizando el poder de convencimiento de la televisión, se mostró un falso
video en donde un actor se hizo pasar por Osama Bin Laden, para autoproclamarse
autor del atentado, cuando en verdad, las Torres contenían poderosos explosivos
colocados por agentes especializados de la CIA y aviones previamente preparados
por el ejército estadounidense para que chocaran contra las Torres. De llegar a
comprobarse fehacientemente esta hipótesis, la humanidad habría sido testigo de
uno de los hechos de mayor brutalidad y sanguinario de la historia de la
humanidad.
Para abundar en
detalles, los investigadores que sostienen la tesis del autoatentado, presentan
las siguientes pruebas:
1.- Derrumbe al estilo
demolición controlada de ambas torres. Ese derrumbe se constata a simple vista.
2.- Desaparición de
videos que muestran explosivos, muy por debajo de donde chocaron los aviones y
donde se ve metal derretido. El combustible inflamado de los aviones jamás
derrite el acero ni pulveriza el concreto que requieren temperaturas de mayor
magnitud.
3.- Derrumbe a las 5
pm (17H00) de una Tercera Torre: la WWC 7, sin que ningún avión la haya tocado,
hecho que casi pasó desapercibido.
4.- Restos de
“thermite”, poderoso explosivo usado por la industria de la demolición, que
fueron encontrados en el lugar de la ubicación de las Torres Gemelas.
5.- Al Qaeda es el
nombre que le dio la CIA al movimiento de los mujaidines que combatió a las
tropas soviéticas en la década de los 80s ¡La más hipócrita acusación de la
historia!
6.- Estados Unidos se
está quedando sin petróleo y planeó el atentado para saquear los campos
petroleros de Irak, comercializar con órganos humanos, apropiarse de los campos
de droga amapola/opio de Afganistán, para exportar a Europa y Asia. Se ha
denunciado que aviones de la OTAN transportan el opio hacia los mercados
europeos.
7.- Lo que impactó en
el Pentágono no fue un avión. Testigos silenciados por la CIA, vieron un misil
teledirigido a un área en construcción del Pentágono donde casi no había
oficinas. Por eso se vio sólo un agujero y no las marcas de las alas de un
supuesto avión. Nunca pudieron presentar los restos del avión estrellado y
tampoco cuerpos de tripulantes o pasajeros.
8.- Luego del atentado
a las Torres Gemelas que sirvió de pretexto para que Bush declarara la guerra
global contra el terrorismo, el propio gobierno de Estados Unidos dio
facilidades a la familia del verdadero Osama Bin Laden, socio, además, en los
negocios petroleros de Bush, para que abandonara Estados Unidos y para que no
se presentara o contactara con la prensa.
9.- Presentación en
televisión de una fraudulenta lista de supuestos “terroristas” que pilotearon
los aviones, cuando la mayoría de ellos, ni siquiera estaba en Estado Unidos,
según se comprobó posteriormente.
10.- El testimonio del
famoso cineasta y político Aaron Russo sobre el anuncio que le hiciera, durante
una fiesta, Nick Rockefeller al informarle sobre un “evento” (atentado
terrorista”) que le ayudaría a Estados Unidos a llevarse el petróleo de Irak,
nada menos que nueve meses antes de que ocurriera la destrucción de las Torres
Gemelas.
La mafia
banquero-petrolera de la Reserva Federal es el origen de los males de nuestro
mundo actual. Todas las guerras, todos los atentados, provocaciones por ejemplo
contra Corea del Norte e Irán o el cuento de la pandemia de la Gripe AH1 para
favorecer a la empresa farmacéutica Gileas Sciencies de propiedad de Donald
Rumsfeld quien fuera Secretario de Defensa de Bush II, la crisis económica
mundial anticipada por la supercomputadora High Frecuency, instalada en Wall
Street, son obra de las familias de la Reserva Federal.
Todos estos actos y
muchos más que quizá nunca sabremos, tienen su origen en las decisiones que
toman las familias banquero-petroleras de la Reserva Federal. “Al parecer, los
acontecimientos que hoy vivimos están programados desde hace más de doscientos
años por una elite de personajes famosos, cuyos seguidores siguen actuando en
las sombras”.
El gobierno en las
sombras es una realidad. En el último libro del escritor estadounidense, Daniel
Estulin, “El Imperio Invisible. La auténtica conspiración del gobierno mundial
en la sombra”, constan informaciones espeluznantes, pero al parecer muy bien
documentadas.
“Estulin aborda varios
temas, todos ellos desde la misma perspectiva de un gobierno mundial en la
sombra que lo controla todo y que su única razón de ser es la de proteger los
intereses económicos y de poder de una elite mundial que ha estado ahí desde
siempre, y ésta parece ser su autolegitimación para hacer todo lo que hacen. El
autor sostiene: “Desde ese punto de vista, sus planes para la destrucción de la
demanda y el cataclismo económico tenían sentido. Si el Imperio Invisible no
hubiera realizado ese tipo de intervención para ralentizar el ritmo del crecimiento
económico, las naciones-Estado comprometidas con el progreso científico y
tecnológico se habrían convertido en dominantes. Eso habría significado la
muerte de la oligarquía. Implicaría el final del Imperio Invisible. Las
naciones que fomentan el desarrollo mental y creativo de sus pueblos producen
personas que no tolerarán indefinidamente las formas de gobierno oligárquicas.
Los pueblos analfabetos, tecnológica e intelectualmente atrasados, sí lo
harán”.
“En el último capítulo
del libro, el más inquietante, habla sobre terrorismo atómico. Sostiene que se
han venido llevando a cabo en los últimos años, unos cuantos atentados con
minibombas nucleares, entre los cuales destacan:
El edificio federal
Alfred P. Murrah, en Oklahoma en 1995.
El club nocturno de
Bali (Indonesia), el 12 de octubre de 2002.
El asesinato del ex
primer ministro libanés Rafiq Hariri, en Beirut (Líbano) en 2005.
El de las Torres
Khobar, en Dhahran (Arabia Saudí) en 1996.
El del aparcamiento de
la T-4 del aeropuerto de Madrid-Barajas en 2004.
E incluso menciona
como ataques atómicos el “desastre nuclear” de Chernóbil, las embajadas
estadounidenses en Kenia y Tanzania en 1998, el 11-S de las Torres Gemelas o la
embajada australiana en Yakarta en 2004”. Asombroso, espeluznante,
inquietante. Cabe preguntarse aún con un poco de escepticismo: ¿Es verdad o
ficción o el escritor sufre de alucinaciones? Perro conociendo al imperio y sus
actos criminales, todo es posible.
Beatriz Navés, de
conformidad con un estudio reseñado, sostiene que el Grupo Bilderberg es parte
del gobierno mundial en la sombra, que decide el futuro del mundo en absoluto
secreto.
El Grupo Bilderberg o
Club Bilderberg es una conferencia anual no oficial de alrededor de 130 invitados.
El grupo de elite se encuentra anualmente, en el mes de mayo, en un exclusivo
hotel de 4 o 5 estrellas en Europa, y una vez cada cuatro años lo hacen en
Estados Unidos o Canadá.
Los asistentes a esta
conferencia incluyen banqueros, expertos en defensa, barones de los medios,
ministros de gobierno, primeros ministros, financistas internacionales y
líderes políticos, que se encuentran durante cuatro días en total reclusión, y
no permiten el acceso de la prensa.
El nombre “Bilderberg”
viene del Hotel de Bilderberg, en Oosterbeek, Países Bajos, donde se llevó a
cabo la primera reunión en 1954. Actualmente tienen una sede no oficial en
Leiden, Holanda.
Los fundadores fueron
el Príncipe Bernardo de Holanda y David Rockefeller pero fue Joseph Retinger,
un consultor político polaco preocupado por el crecimiento del
anti-americanismo en Europa occidental, quien finalmente propuso hacer una
conferencia internacional con el propósito de promover el entendimiento entre
las culturas de los Estados Unidos y Europa occidental. La lista de invitados
incluyó dos asistentes de cada nación que representaran los puntos de vista de
los partidos conservador y liberal.
El éxito de la reunión
los llevó a organizar una conferencia anual. Se formó un Comité Directivo de 39
miembros que nombraron a Joseph Retinger como secretario permanente hasta que
murió en 1960, siguiendo en el cargo Ernst van der Bengel. El Príncipe Bernardo
de Holanda fue su Presidente hasta su muerte en 2004. El Comité mantiene un
registro de asistentes para crear una red informal de gente importante.
Sus asistentes más
famosos son: Juan Carlos I y la Reina Sofía de España, Henry Kissinger, la
Reina Beatriz de Holanda, Tony Blair, Bill Clinton, David Rockefeller, Angela
Merkel, George Soros, Jacques Chirac, Donald Rumsfeld, pero también concurren
los presidentes del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Reserva
Federal y el Banco Central Europeo.
Otros asiduos
visitantes son los presidentes de las mayores compañías globales: Coca Cola,
Pepsi Co., Ford, General Motors, Nokia, Motorola, American Express, Microsoft,
Oracle, Ericsson, Shell, JP Morgan, Xerox, directores de la CIA y el FBI,
secretarios generales de la OTAN y muchos representantes de los principales
bancos de todo el mundo.
El propósito declarado
de los integrantes del Grupo Bilderberg es promover la cooperación y el
desarrollo económico entre los países occidentales, contra el peligro comunista
global, pero se sabe que realmente su fin es el petróleo y el gas natural del
planeta, porque los que controlan el petróleo controlan la Tierra.
El periodista
estadounidense de investigación Daniel Estulin, un estudioso de los planes del
Grupo, dice que “todo eso forma parte de un conflicto global para controlar a
la Humanidad: el objetivo final es un futuro que transformará la tierra en un
planeta con un mercado único globalizado, controlado por un gobierno mundial
único.
Nada escapa al poder
del Gobierno Mundial Invisible que aspirfa a controlar todo cuanto ocurre sobre
la epidermis terrestre y sus habitantes humanos. Así creó el famoso Instituto
Tavistok. En un trabajo presentado por el Dr. Byron T. Weeks, MD, se afirma que
el Instituto Tavistok tiene como objetivo fundamental desarrollar campañas de
insidiosa propaganda y la manipulación de la opinión pública a nivel global.
Uno de los puntos fundamentales de su agenda es desarrollar programas
científicos que permitan el control mental de las personas, para lo que
efectúan tenebrosos experimentos que incluyen el lavado cerebral o facilitan
conocimientos y técnicas a la CIA para la ejecución de sus experimentos como el
secreto proyecto MK-ULTRA.
El fundador de la
Corporación Rand, Herman Kahn, fundó también el Instituto Hudson en1961. En
Educating for the New World Order, B.K. Eakman cuenta acerca del manual de
entrenamiento para los "agentes del cambio" desarrollado para el
gobierno estadounidense por la Corporación Rand.
El autor John Quinn
(NewsHawk) se refiere a un artículo de Byron Weeks, que informa lo que sucede
“exactamente en muchos niveles con los extraordinariamente extendidos
"viajes de control" actualmente dirigidos contra las personas
del mundo por elementos del gobierno global en la sombra. Weeks, con muchos
documentos permite una ojeada del Instituto Tavistok, un instituto británico
globalmente activo, que maneja todo movimiento político/ gubernamental de
relieve en la mayor parte del mundo desde hace 50 años. Por ejemplo, ¿nunca se
preguntaron quién está "detrás" de, digamos, la CIA? Bien. No le
juran lealtad a América, eso es seguro. Prueben con la familia real británica,
decía. Quinn expresaba que “Constituido en 1947, el Instituto Tavistock (30
Tabernacle Street, London EC2A 4DD) es una organización que combina la
investigación en las ciencias sociales con la práctica profesional. Se abordan
problemas de construcción institucional y de diseño y cambio organizativo, en
todos los sectores: gobierno, industria y comercio, salud y bienestar,
educación, etc., tanto nacionales como internacionales, y los clientes van
desde grandes multinacionales a pequeños grupos comunitarios. La ideología de
las fundaciones americanas fue creada por el Instituto Tavistockof de
Relaciones Humanas de Londres. En 1921, el Duque de Bedford, Marqués de
Tavistock, el 11º duque, regaló el edificio al Instituto para el estudio del
efecto traumático, causado por los bombardeos, en los soldados británicos
supervivientes de la Primera Guerra Mundial. Su propósito era establecer el
"punto de rotura" de los hombres bajo estrés, bajo la dirección del
Departamento de Guerra Psicológica del Ejército Británico.
Sir John
Rawlings-Reese señala que el trabajo pionero de Tavistock es la ciencia
comportamental, siguiendo las líneas freudianas de "control" de los
seres humanos, lo colocó como centro mundial de la ideología fundacional.
“Su red de trabajo se
extiende ahora desde la Universidad de Sussex hasta Estados Unidos, a través
del Instituto de Investigación de Stanford; Esalen; el M.I.T.; el Instituto
Hudson, la Fundación Heritage; el Centro de Estudios Internacionales y
Estratégicos de Georgetown, donde el personal del Departamento de Estado recibe
formación; el Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea estadounidense, y las
corporaciones Rand y Mitre.
El personal de las
corporaciones debe seguir adoctrinamiento en una o más de las instituciones
controladas por Tavistock. Una red de grupos secretos: la Sociedad Mont
Pelerin, la Comisión Trilateral, la Fundación Ditchley, y el Club de Roma, es
dirigida siguiendo las instrucciones de la red Tavistock.
El Instituto Tavistock
desarrolló las técnicas de lavado de cerebro masivo que fueron utilizadas por
primera vez de forma experimental en los prisioneros americanos de la guerra de
Corea. Sus experimentos en métodos de control de masas han sido ampliamente
utilizados en el público americano, un sutil aunque vergonzoso asalto a la
libertad humana, modificando el comportamiento individual a través de la
psicología de tópicos.
Todas las técnicas
fundacionales americanas y de Tavistock tienen un único objetivo: "romper
la fuerza psicológica del individuo, y dejarlo incapacitado para oponerse a los
dictadores del Orden Mundial. Cualquier técnica que ayude a romper la unidad
familiar, y los principios inculcados por la familia acera de la religión, el
honor, el patriotismo y el comportamiento sexual, es utilizada por los científicos
de Tavistock como arma de control de masas”. Como se ve, nada escapa al poder
imperial del Gobierno Mundial Invisible.
El Council on Foreign
Relations (CFR) conforma una organización discreta, de muy bajo perfil público,
y de alta efectividad, integrada por unos 3.600 miembros del más alto nivel,
prestigio e influencia en sus respectivas disciplinas y ámbitos de poder, tanto
en EEUU como en Europa. Reúne a los más altos directivos de instituciones
financieras, colosos industriales y medios de comunicación social,
investigadores, académicos, oficiales militares de máxima graduación,
políticos, funcionarios públicos, decanos de universidades y centros de
estudios. Un verdadero gobierno mundial invisible.
El Council on Foreign
Relations (CFR) es una organización poco conocida pero muy influyente en los
asuntos internacionales que ha ido creciendo en poder, prestigio y amplitud de
ámbitos de acción, hasta tal punto que ya en nuestros días podemos decir que
conforma el auténtico “cerebro del mundo” que direcciona el rumbo complejo e
incierto hacia el que se empuja y arrastra al planeta entero.
No existe pueblo,
región o segmento económico, social, o político que pueda extraerse a su
influencia y es, precisamente, el hecho de haber logrado permanecer “detrás del
telón” lo que le otorga al CFR su inusitada fuerza e influencia.
CFR reúne a altos
directivos de instituciones financieras, colosos industriales y medios de
comunicación social; a investigadores y académicos; a oficiales militares de
máxima jerarquía; y a políticos, funcionarios públicos y decanos de
universidades, facultades y centros de estudios.
Sus objetivos
fundamentales consisten en identificar y evaluar amplios conjuntos de factores
políticos, económicos, financieros, sociales, culturales y militares que
abarcan a toda faceta imaginable de la vida pública y privada de los Estados
Unidos, de sus Aliados y del resto del mundo. Hoy, gracias al enorme poder de
Estados Unidos, el ámbito de análisis del CFR abarca al planeta entero. En rigor
de verdad, el CFR conforma un poderoso centro de análisis y planeamiento
geopolítico y estratégico. Sus investigaciones y evaluaciones son realizadas
por distintos investigadores y grupos de trabajo conformados dentro del seno
del CFR, que se dedican a identificar amenazas y oportunidades del entorno
mundial, evaluar las fuerzas y debilidades de los intereses agrupados dentro
del CFR, y realizar amplios planes estratégicos, tácticos y operativos en todos
los ámbitos…
Son miembros del CFR
los máximos directivos de los grandes bancos como el Chase Manhattan de la
familia Rockefeller que se fusionó con el banco J. P. Morgan, el Bank of
America y el actual número, CitiGroup, cuya capitalización hoy excede los
250.000 millones de dólares; los directivos y formadores de opinión de los ocho
monopolios multimedia mundiales; los rectores y decanos de las grandes
universidades y facultades como Harvard, MIT Massachussets Institute of
Technology, Columbia, Johns Hopkins, Princeton, Yale, Stanford, y Chicago; y
-factor clave en esta verdadera rueda de poder planetario-, los 150 puestos
clave del gobierno estadounidense incluyendo los cargos más relevantes en sus
fuerzas armadas.”
La humanidad en su
conjunto debe poner fin a las guerras. Si la Reserva Federal no entregase el
dinero, la CIA no podría cometer tantos crímenes que permanecen en la impunidad
y tampoco se producirían las crisis mundiales que dejan tanto dolor y lágrimas
entre los pueblos empobrecidos que son los que pagan las gulas económicas de
los que se creen amos del mudo. Sin los dueños de la Reserva Federal, se
pondría a disposición de los necesitados las medicinas que ya existen contra el
cáncer y el SIDA y se pondrían en circulación los vehículos que no necesitan gasolinas
derivadas del petróleo, pero como esas transnacionales de la guerra y el crimen
son dueñas del negocio petrolero, el globo terráqueo seguirá contaminándose
hasta el fin de su existencia albergadora de la vida humana.
Es la hora de romper
el cerco de la desinformación. Hay que destruir el aislamiento.