Haití, el país más pobre de Occidente,
es el principal productor mundial de vetiver y es imposible ignorar su
presencia en el sudoeste de la nación caribeña. Pero los agricultores que lo
cultivan con dificultad podrían recibir un duro golpe con la llegada de una
nueva industria: la biología sintética.
De camino a Les Cayes,
una de las ciudades más grandes del sur haitiano, uno queda maravillado con los
campos de vetiver a ambos lados
de la ruta. Y lo mismo sucede yendo desde allí a Port Salut.
El vetiver haitiano
tiene buena fama entre los perfumistas y es un ingrediente clave de algunas de
las más finas y caras fragancias del mundo.
Pero la biología
sintética podría poner en peligro todo eso. Se la considera una
“ingeniería genética extrema”, pues su objetivo es diseñar y crear
microorganismos y sistemas biológicos sintéticos.
“En países como Haití, hay exportaciones
agrícolas de alto valor que constituyen una parte importante de la economía y
el volumen reducido de productos de alto valor comenzará a ser creado por
compañías como Evolva, reemplazando productos realmente naturales”, se lamentó
Dana Perls, de la campaña de alimentación y tecnología de la organización
Amigos de la tierra Estados Unidos.
“Evolva crea
fragancias y sabores con biología
sintética y podrá ofrecerlos a un precio mucho menor, lo que
terminará por eliminar la necesidad de agricultores especializados”, observó a
IPS en en el marco de la 12 Conferencia de las Partes (COP 12) del Convenio
sobre la Diversidad Biológica (CDB), que comenzó en esta ciudad surcoreana de
Pyeongchang el lunes 6 y se prolongará hasta el día 17.
El procesamiento del vetiver en Haití está a cargo de
10 destiladores, pero la actividad da trabajo a 27.000 familias agricultoras en
el sudoeste de país. Para ellas, el cultivo tiene importantes beneficios de conservación,
previene la erosión del suelo y ayuda a mantener la calidad del agua.
El valor global del
mercado de biología
sintética llegó a los 1.600 millones de dólares en 2011 y se
prevé que alcance los 10.800 millones para 2016, aumentando a una tasa de
crecimiento anual compuesta (TCAC) de 45,8 por ciento.
La participación de Haití en las
exportaciones mundiales de vetiver aumentó de 40
por ciento, en 2001, a más de 60 por ciento, en 2007.
Pero tras la crisis
económica mundial, las exportaciones haitianas cayeron en picada. Este país,
que comparte la isla de La Española con República Dominicana, produce entre 50
y 60 toneladas de vetiver al año, alrededor de 50 por ciento del suministro
mundial.
Unas 60.000 personas
en la zona de Les Cayes dependen del vetiver, que es su principal fuente de
ingresos. Este cultivo ocupa unas 10.000 hectáreas.
Antes de 2009, el
valor de las plantaciones de vetiver de Haití era de entre 15
y 18 millones de dólares al año. Pero en los últimos tiempos, los ingresos de
las exportaciones cayeron a unos 10 millones de dólares.
Si bien la
biotecnología se ha descrito como la panacea para el cambio climático y
otros males sociales, los detractores sostienen que eso todavía está por
probarse. Crédito: Bigstock.
Amigos de la Tierra
Internacional pidió cautela en el uso de la biología
sintética y realizó varias recomendaciones en la COP 12.
“Recomendamos una
moratoria sobre la liberación al ambiente y el uso comercial de la biología
sintética, en especial ante la falta de normas internacionales y la virtual ausencia
de evaluaciones ambientales y de seguridad”, explicó Perls.
“Instamos al CDB a
adoptar un enfoque cauteloso, que ya acordaron los países al suscribir” el
convenio, añadió.
“Este es un asunto
nuevo y emergente y debe tratarse como tal. Muchos de los motivos de
preocupación tienen que ver con el impacto ambiental, cultural y social de esta
nueva tecnología, como que pasaría si un producto como el ginseng aquí se
produjera mediante la biología sintética.
El daño para los
pequeños agricultores en todo el país sería inmenso”, ejemplificó Perls.
“También tendría
enorme impacto en países como Brasil, donde el alimento básico se cultivaría
para producir estos organismos mediante la biología sintética, los que
reproducirán cualquier cosa que hayas diseñado”, remarcó.
Si bien la
biotecnología se ha descrito como la panacea para el cambio climático y
otros males sociales, Amigos de la Tierra sostiene que todavía está por
probarse que los microbios y las plantas pueden secuestrar más carbón del suelo
y producir más combustible una vez procesados que los métodos convencionales.
La organización
remarcó que “después de esas promesas incumplidas” emerge la biología
sintética, una forma más extrema de ingeniería genética, que también se
presenta como la solución para la crisis climática.
Amigos de la Tierra
sostiene que la biología sintética no es una solución sostenible a la crisis
climática y tiene el potencial de crear un montón de problemas nuevos.
Filipinas es el mayor
productor mundial y exportador de aceite de coco.
Veinticinco millones
de personas, de los 100 millones de habitantes que tiene el país, dependen
directa o indirectamente de esta industria.
Neth Dano, gerenta de
programa de ETC Group, dijo a IPS: “Hay mucho en juego para Filipinas” porque
la biología sintética podría reemplazar el aceite de coco en el mercado global.
“En Filipinas, no se
produce el coco en vastas plantaciones, sino a pequeña escala. Y en la
estructura de la economía rural, sus productores están entre los más pobres”,
explicó.
Dano dijo que el CDB,
como órgano de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) responsable de
monitorear las posibles consecuencias del desarrollo sobre la biodiversidad y
su conservación, tiene mucho que hacer para atender las preocupaciones que
genera la biología sintética.
“El CDB es el único
órgano de la ONU que se ha ocupado de la biología sintética y atiende las
preocupaciones sobre sus posibles consecuencias en la biodiversidad”,
remarcó.
Dano mencionó que gran
parte de los inicios comerciales de la biología sintética estuvieron vinculados
al cambio climático.
“La primera
investigación y los esfuerzos de desarrollo se concentraron en algas que
pudieran producir biocombustibles,
considerados una solución para el problema de las grandes emisiones de gases
invernadero responsables del calentamiento global. De hecho, se presentó como
una solución al cambio climático y
como una estrategia de mitigación”, recordó.
“Las compañías
petroleras invirtieron tanto en el desarrollo de biocombustibles modificando
sintéticamente las algas, pero las inversiones no dieron resultados, así que
ahora se concentran en una reducida producción de alto valor y ahí es donde
entran los aceites láuricos”, añadió Dano.
Ecoportal.net
Editado por Kitty
Stapp / Traducido por Verónica Firme
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