Francia aprueba castigar penalmente la obsolescencia programada 07/10/14 Por Gonzalo Garteiz
Los diputados franceses han aprobado en la
Asamblea que establecer una duración determinada de un producto por un
fabricante, la denominada obsolescencia planeada, se puede castigar penalmente,
acarreando una pena de prisión de dos años y una multa de hasta 300.000 euros
que se añadiría a otras ya integradas en la Ley de Consumo.
La introducción del
castigo penal en una práctica de la cual se abusa en muchos procesos
productivos, la fabricación de electrodomésticos
y aparatos electrónicos, bombillas, etcétera, se debe a una enmienda de los
Verdes en el proyecto de ley de la transición energética, que considera la obsolescencia realizada
premeditadamente un engaño y un fraude. Los Verdes son el grupo político que
más ha combatido esta práctica por considerarla muy dañina para el
medioambiente y la sostenibilidad.
El Comité Económico y
Social de la UE exige su prohibición en toda Europa La posición francesa trae
el debate a toda la Unión Europea. El próximo 17 de octubre, el Comité Social y
Económico Europeo (EESC, por sus siglas en inglés) organiza una mesa redonda
sobre la obsolescencia planificada
de la que se espera surja la presión necesaria sobre la Comisión Europea para
que se castigue esta práctica. El EESC ya hizo una llamada a la prohibición
total en un pleno en octubre del año pasado.
El pasado mes de
junio, tras una reunión organizada por la Comisión Consultiva de
Transformaciones Industriales , que preside el español Carlos Trias Pinto, y
que se encuadra en el citado Comité, se promulgó la Declaración de Madrid, en
la que se reclamaban fundamentos de sostenibilidad en
todo el modelo productivo.
La nueva economía
colaborativa es de bienes duraderos, no perecederos El experto
español en políticas públicas de Consumo, Alejandro Salcedo
Aznal, deja claro en un estudio licitado por el Consejo Social y Económico, que
la expansión de la nueva economía colaborativa de consumo compartido , la
auténticamente sostenible, necesita para su viabilidad el tránsito de una
sociedad industrial de bienes perecederos a otra de bienes duraderos. Quedaría
así fuera del circuito la obsolescencia planificada
y se trataría de enfocar la lucha contra la obsolescencia psicológica, que se
marca al consumidor con la implantación de modas.
El aumento de los
plazos de garantía, el fomento del alquiler en lugar de la compra, la exigencia
de piezas de recambio para periodos muy largos y la reducción de los costes de
reparación, además de la estandarización de algunos productos (como es el caso
ya reglamentado de los cargadores de móviles) son medidas que ya se están
exigiendo en los países más avanzados en sostenibilidad.
La asimilación que hace ahora Francia de la obsolescencia planeada
con el engaño es un gran paso. Ecoportal.net
La Celosía
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