Sin duda, es uno de los grandes enigmas de nuestro tiempo. La existencia de
unos fabulosos fondos, cuyo testaferro es el antiguo agente de la Reserva
Federal Americana y embajador por Somalia, Leo Wanta, divide a los
investigadores..
En los años ochenta y durante la administración Reagan, Leo Wanta trabajaba
como asesor y agente secreto en la Reserva Federal. La absoluta confianza que
se ha ganado durante su carrera, hace que le encarguen administrar unos
descomunales fondos, creados para sostener una hipotética guerra con la Unión
Soviética o ayudar a destruirla y que, al terminar la guerra fría, deberían
servir para beneficio de la población. La cifra inicial era de 25 trillones de
dólares pero, con los intereses debidos en todos estos años, se habrían
convertido hoy en 75 trillones de dólares.
Para evitar que esos fondos fueran liberados, Leo Wanta, que posteriormente
fue embajador de Somalia, estuvo encarcelado en Suiza y los Estados Unidos,
siendo envenenado repetidamente en sus estancias en la cárcel.
Ninguna de esas intimidaciones evitaron que, al salir de la cárcel, Leo
Wanta siguiera reclamando su derecho legal como testaferro de esos inmensos
fondos, a través de la AmeriTrust Groupe Inc. El código que así lo demuestra es
el “título 18 USC Section 6 offshore bank accounts, authorised under President
Reagan’s Executive Order 12333”.
En 2003, un juzgado federal de Alexandria, Virginia, confirmó el status de
testaferro de Wanta y los derechos del pueblo Americano sobre esa inmensa
cantidad de dinero.
Entre sus muchos opositores dentro de las altas esferas se encuentran la
agente de la CIA, Hillary Roadham Clinton y el ex presidente de los Estados
Unidos y ex director de la CIA, George Bush señor, quienes manejan cuentas
derivadas de estos fondos. La primera, conocida por el sobrenombre de
“Witch” (bruja) en la CIA estaba a cargo de la “Fundación para la defensa de la
infancia” por orden ejecutiva 12333 del Presidente Reagan, la misma que la de
los fondos Wanta. Los servicios secretos eran autorizados por el “título 16,
sección 6 USG de corporaciones para operaciones de inteligencia” a manejar
tales fondos, pudiendo negar cualquier relación con estos servicios, a efectos
de salvaguardar su condición de agente secretos. Según Christopher Story, la
fuente periodística más cercana a Leo Wanta, “es conocido que Hillary se
acostumbró a utilizar estos fondos como su fortuna privada”.
Cuestión internacional
Esos fondos de seguridad “anticomunista” no pertenecían únicamente a los
Estados Unidos. Bajo los protocolos redactados por la administración Reagan, a
cada uno de los siguientes países se le deben otorgar cinco mil millones de
dólares: Canadá, Francia, Alemania, Grecia, Italia, México y España. Y
adicionalmente se le deben pagar treinta mil millones de dólares a la
Federación Rusa. China es acreedora de treinta millones de millones de dólares
que tienen su origen en otros acuerdos hechos con el Ministerio de Hacienda de
EE.UU. que están ligados al Fondo de Leo Wanta. Al parecer, el origen sería la
compra por parte de China de obligaciones del tesoro del banco de los Estados
Unidos.
Los Fondos se manejan a través de instrumentos llamados CHIPS (New York
Clearing House Interbank Payments System) (instrumentos de pagos entre bancos).
Durante años de negociaciones y acciones judiciales, en varias ocasiones se han
realizado acuerdos tanto con Leo Wanta como con los países involucrados, pero
estos CHIPS están huecos, es decir, aparecen en los libros contables como existentes
pero al momento de hacerlos líquidos no hay dinero que los respalde. La razón
es que los bancos donde residen esos fondos los han desviado a otras cuentas
por medio de testaferros falsos como Hillary Clinton o el propio George Bush.
Este hecho ha provocado el enojo de los países involucrados. Durante todo este
tiempo en el que no se ha permitido a Leo Wanta tener acceso a sus fondos,
Clinton, Bush y sus cómplices han utilizado complejos sistemas financieros para
“desaparecer” los fondos de Leo Wanta.
Las noticias del analista inglés Christopher Story relatan que estos
dineros han sido tratados en las últimas cumbres del G-8, y su impago ha hecho
que China haya dejado de utilizar el dólar en sus transaciones de petróleo,
fundamentalmente, con su mayor proveedor, la república islámica de Irán.
Los puntuales informes de Story revelaron que en junio del año pasado esos
fondos, supuestamente usados en operaciones de terrorismo de estado, deberían
haber vuelto a la jurisdicción de Wanta, bajo supervisión del Tribunal de La
Haya. Desde entonces, un sinfín de dilaciones y delaciones han tenido lugar,
implicando a la Familia Rockefeller, la Familia Rothschild, la Reina Isabel de
Inglaterra, la canciller alemana Angela Merkel, abogados, jueces y presidentes
de diversos países, impidiendo la liberación de esos fondos, con los que se
podrían solucionar gran parte de los problemas del Planeta.
Actualmente, numerosos bancos del mundo han congelado las cuentas secretas
de esos 1.500 operativos en el mundo, de manera que los conspiradores ya no
pueden operar con ellas como anteriormente, que comerciaban con estas cuentas
libres de impuestos. El diputado inglés en la UE, Ashley Mote, ha sido el único
que ha denunciado públicamente la existencia de esos fondos.