En contra de lo que
las religiones predican, al fin sabemos que existe la reencarnación, que es un
proceso en el que el alma encarna una y otra vez hasta cubrir un cupo de
experiencias que le permitan crecer y evolucionar. Estas experiencias físicas
se suceden una tras otra a lo largo de los tiempos, cubriendo algunas de ellas,
espacios de tiempo, de miles y miles de años de encarnaciones. Esto te lleva a
plantearte un par de cosas ¿Cuántas encarnaciones son necesarias para cubrir el
espectro experiencial necesario? Y ¿Tan torpes somos que después de miles de
encarnaciones seguimos sin aprender? Yo personalmente no lo creo, y empiezo a
pensar que hay un componente con el que no contamos y que nada tiene que ver
con el Karma.
Uno de beneficios de
poder recordar vidas pasadas, aunque solo sean breves episodios, es que te
terminas dando cuenta de que no todas esas vidas desperdiciadas han sido
nefastas, cargadas de errores, no pueden ser tomados como acumuladores repletos
de karma que purgar más adelante, sino todo lo contrario. Muchos de nosotros
hemos sido poco más o menos como somos ahora, seres humildes trabajadores que
hicieron lo que pudieron con lo que tuvieron, formaron sus familias, criaron a
sus hijos y murieron dejando una pequeña huella en los que lo amaron, pero en
la mayor parte de esas vidas no hubo grandes debacles, fueron vidas comunes y
mundanas, lo que yo llamo las tres H, honradas, humildes y honestas. ¿Entonces qué
está pasando? ¿Por qué estamos tantos aquí? ¿Por qué no podemos salir de esta
rueda?
Existen dentro de las
filosofías orientales fórmulas que se limitan a predicar la inacción como
método anti-Karma, este método es del todo inútil, ya que la inacción es solo
un tipo de acción más y tu inacción desembocara en situaciones que
irremediablemente causen Karma, por lo tanto nos olvidamos de esto. También nos
son poco útiles las leyes espirituales para comprender este bucle sin sentido y
sin fin, estas leyes se basan en el constante fluir de las energías y la
reencarnación tal cual está ahora, no es más que un reciclaje sin sentido.
Tenemos que entender que estamos en un holograma, vivimos en una falsa realidad
y lo único que tiene sentido, es que la muerte física no supone una garantía de
escapatoria de ese holograma.
Se tiene poca
información de cómo opera y desde donde, se dice que existe una triangulación
que la formarían, La Tierra, la Luna y Saturno, por la cual estarían emitiendo
desde nuestro satélite y Saturno ese holograma sobre La Tierra, pero parece
poco probable y la sensación que existe es que estaríamos en una especie de
capsula, una jaula con barrotes electromagnéticos que impedirían la salida de
este holograma. También puede que en esa ecuación participe el famoso caballero
negro que órbita también alrededor nuestro y no se sabe muy bien cuál es su
cometido. Este componente y la Luna, estarían controlando nuestro planeta, esta
realidad que conocemos y que a su vez efectuarían un control mental y
espiritual, para mantener a todos los seres que aquí habitamos, literalmente
presos.
Es probable que la
alta acumulación de almas en este planeta, tanto encarnadas, como
desencarnadas, se deba a que literalmente no hay escapatoria de momento. Debe
de ser bastante difícil escapar de la Matrix, pero no imposible. Se sabe que
una vez desencarnamos, se inician unos procesos que son muy comunes, pero que
no les ocurren a todos. El famoso proceso en el que se ve un túnel y una luz al
final de él, también nos invade una sensación de paz y bienestar, y por regla
general, viene a buscarnos un ser querido o un ser de luz. La primera duda que
me invade fue ¿Que ven los que no ven esto? y ¿qué pasa al otro lado de ese
túnel? En las ECM, al individuo desencarnado por regla general se le dice que
no es su momento y que vuelva, por lo tanto estos testimonios muchas veces no
satisfacen totalmente mi curiosidad.
Quizá ir hacia la luz
no sea la mejor opción.
El holograma como
sabemos, nos somete, nos adormila y nos controla mentalmente, durante nuestro
periodo consciente, y durante la noche, la Luna cubriría quizá, ese periodo más
peligroso y difícil de controlar que es cuando nuestra alma abandona nuestro
cuerpo al iniciarse la fase REM. Se sabe que durante ese periodo nocturno
viajamos por el astral. Si estuviéramos en la Luna y pudiésemos verlo, quizás
veríamos durante los periodos de oscuridad como millones de almas abandonan sus
vehículos físicos para realizar ciertas tareas en el astral, que al acabar el
periodo de “sueño” no recordamos. Quizá la Luna monitoree esas breves escapadas
e impida que salgan del holograma, quizá no solo impida que salgan del
holograma, si no que a su vuelta ejerza esa labor de borrado de memoria. Nos
despertamos y no logramos recordar esos sueños por norma general, solo unos
instantes que rápidamente se difuminan y desaparecen, no les damos importancia porque
no conocemos eso que hemos hecho y nos parece, sin sentido, así que inconscientemente
colaboramos en ese borrado. Solo son recordados los sueños recurrentes, los que
se repiten una y otra vez, que nos tratan de decir algo que no logramos a
discernir sin ayuda.
Quizá este control
también se produzca a la hora de la muerte, reproduciendo la Matrix la famosa
escena del túnel y la luz, el ser de luz o el familiar que nos acoge y “nos
guía” dentro de ese espacio idílico de paz y amor que se abre ante nosotros,
provocando el resultado que todos conocemos. Posteriormente ese alma sería
sometido a una revisión de su vida, una especie de rebobinado en el que se le
señalarían sus faltas y se le imbuiría un sentimiento de culpa y se le
provocaría una reentrada al plano físico. Sabemos que las almas recién
descarnadas deben pasar por un proceso de descanso, para purgar todos los
apegos y sanar ese cuerpo energético que puede haber quedado tocado después de
una vida física extremadamente densa, llena de procesos sentimentales y
emocionales complejos.
En el oriente se dice
que el alma reencarna a los 49 días, esto no me parecería descabellado, si
sumamos a la ecuación, este teatro del túnel y la luz, recordemos también que
49 son los días que tarda el proceso de división celular hasta su eclosión y el
inicio de formación del feto, por lo tanto prácticamente sería un bucle
constante de encarnación, des-encarnación, reencarnación, por eso se dan tantos
casos de personas que tienen traumas de vidas pasadas por sanar, fobias,
enfermedades, culpas, un catálogo inagotable taras que todos traemos, por no
haber sanado debidamente todo eso antes de encarnar. Son muchos los casos de
niños que recuerdan vidas muy recientes, demasiado recientes quizá, para que
salten todas las alarmas. Por lo tanto, el proceso sería más o menos así,
morimos, vemos y vamos hacia la luz, nos acompañan hacia esa especie de juicio,
donde nos recomiendan volver a encarnar para rectificar cualquier causa, nos
someten a un borrado de memoria y volvemos a nacer, esto a groso modo. El
famoso velo entre vidas, no sería más que un mecanismo para evitar que logremos
dar con la clave y eludamos esta trampa, como polillas vamos a una luz que no
es en realidad más que un cebo.
Por lo tanto el
holograma no solo estaría controlándonos conscientemente, y durante los
periodos de sueño, sino también en el proceso de la muerte, ahora bien, como
dije, este sistema no es perfecto, hay muchas, muchísimas almas desencarnadas
que quedan atrapadas, por no querer ir hacia esa luz, por distintas razones,
apegos a sus posesiones, sus familias o sus propios sentimientos encontrados,
el caso es que muchos viajeros del astral han reportado las ingentes cantidades
de almas que están ahí perdidas, con sus particulares diatribas. Esas almas no
fueron hacia la luz y quedaron en tierra de nadie, almas de distintas épocas,
de tiempos distintos, que se vieron en esa vicisitud y el holograma nos les
permite continuar su camino, eludieron sin querer la trampa de la reencarnación
y sus guías perdieron el contacto con ellos. Existen operaciones en el que
humanos están ayudando a evacuar poco a poco a esas almas perdidas, con ayuda
de sus guías y que están consiguiendo salir de esta Matrix y volver a casa.
El holograma continua
emitiendo desde alguna parte y provocando que sigamos encarnando una y otra vez
sin sentido, Las oleadas de almas voluntarias que están trabajando por la
elevación de la vibración del planeta, no llegara a buen puerto hasta que la
baja vibración que es emitida al planeta por la Matrix quede liquidada, la
elevación de la frecuencia de la tierra parece que está siendo producida muy
lentamente, debido a este lastre que arrastra, esto nos limita también a
nosotros como humanos y nos impide despertar del todo. En la biblia se habla de
que los ángeles que fueron castigados cayeron y quedaron atrapados, se habla
del Infierno o quizás en La Tierra, puede que esa trampa, esa prisión sea este
holograma que impide que ciertas entidades convivan con nosotros y se alimenten
de nosotros y estén tan atrapados como nosotros, esos demonios o ángeles
caídos, esos reptiles quizás, solo son unos compañeros de celda, los malos de
la prisión, los que mandan sí, pero que son tan presos como nosotros.
Como dije esta es solo
una reflexión no una verdad categórica, es una posibilidad que de ser
confirmada, nos podría en el apuro, de cómo debemos actuar a la hora de morir,
si no queremos volver a quedar atrapados aquí. De continuar todo como a día de
hoy (espero que no) se plantea la duda de seguir hacia esa luz como polillas o
tratar de eludirla y quedar en esa especie de tierra de nadie. Otra de las
causas por las cuales surge esta duda es cuando se pide cierta información a un
desencarnado y suele decir todos y cada uno de ellos que lo que se cuestiona no
se les está permitido revelarlo. ¿Quién no se lo permite? Al principio pensaba
que era porque esa información podría intoxicar el proceso experiencial de
aquel que pregunta, pero quizá y solo quizá, es que la Matrix impide que
sepamos cómo opera.
Puede ser difícil
asumir que quizá estamos siendo engañados, que la esperanza de una vida mejor
tras la muerte sea una utopía, mientras nuestra realidad provenga de una
simulación programada, en una capsula planetaria que nos mantiene prisioneros e
indefensos. Tu instinto hará que te reveles ante la sola idea de que esto pueda
llegar a existir. No poder escapar de esta densidad sería una total
desesperanza, pero no debemos dejar de luchar y buscar el verdadero camino de
vuelta a casa.
Fuente: http://lacosechadealmas.blogspot.com.es/2014/08/viviendo-en-un-holograma-2-la-trampa-en.html