LAURA MARTÍNEZ ALARCÓN | COLABORADOR
Estudió periodismo y comunicación en la UNAM. Desde hace 6 años vive en
Madrid y ha colaborado en distintos medios. Disfruta de las 3 Bs: buena
lectura, buena comida y buenos amigos.
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Contrario a lo que suele pensarse, el feminicidio no es un problema local
que compete a los países pobres o atrasados. Por desgracia, se trata de un
fenómeno que ocurre en todo el mundo, particularmente en aquellas sociedades
patriarcales en las que las mujeres son tratadas como simples objetos,
convirtiéndolas en seres utilizables, fácilmente reemplazables y, ¿por qué no?,
desechables.
Es un hecho que el feminicidio, la tortura y la violencia sexual contra las
mujeres conforman una realidad recurrente en muchos territorios del mundo y una
flagrante violación de sus derechos humanos.
La situación en México
Lamentablemente, México, como muchos países del mundo, no cuenta con un
sistema de estadísticas fiable que permita conocer con exactitud el número de
feminicidios cometidos. Sin embargo, según fuentes oficiales citadas por el
portal Feminicidio.net, en los últimos 25 años en nuestro país se han producido
más de 34.000 muertes violentas de mujeres (una media de 20 mujeres asesinadas
por día).
Fue Ciudad Juárez, Chihuahua la que desató la alarma hace casi 20 años, en
1993, tras el asesinato de Alma Chavira Farel y otros crímenes que tuvieron
gran impacto social como los de Lomas de Poleo, Cristo Negro, Lote Bravo o
Campo Algodonero. Aunque Chihuahua no es la región con mayor número de
feminicidios ni de mujeres desaparecidas del país (el Estado de México ya
encabeza la terrible lista), el caso de Ciudad Juárez es paradigmático por el
alto nivel de denuncias de las familias y activistas, la constante exigencia de
justicia que sigue sin recibir una respuesta satisfactoria y la
internacionalización del fenómeno.
Aunado a lo anterior, la ciudad fronteriza es un caldo de cultivo ideal
para que la violencia machista quede impune debido a sus características
propias: narcotráfico, alto flujo migratorio, maquilas, zonas de tolerancia,
cercanía con Estados Unidos, corrupción, impunidad, machismo, falta de
garantías jurídicas y de seguridad, urbanización deficiente, desidia
institucional y gubernamental, falta de voluntad política, entre otros
factores.
El feminicidio en América Latina
Aunque cuando se habla de feminicidio, las primeras imágenes que vienen a
nuestra mente son las de Ciudad Juárez, en otros países como Guatemala, El
Salvador, Honduras y Colombia, en Latinoamérica; Burundi, Congo, Afganistán o
Timor Oriental, la violencia social y el machismo se alían de forma macabra
contra las mujeres.
No hay que olvidar también que la violencia machista se agrava cuando el
país atraviesa una situación de conflicto y la violencia sexual se utiliza como
parte de la estrategia de guerra: ya sea por motivos religiosos, legales,
culturales o políticos, miles de mujeres son asesinadas anualmente en todo el
mundo. Dos ejemplos claros los encontramos en El Salvador donde en la última
década ha aumentado exponencialmente el número de feminicidios debido a la
proliferación de las maras que consienten el asesinato de mujeres como rito de
iniciación para pertenecer a las pandillas.
Del mismo modo, tras el golpe de estado de 2009 en Honduras, la violencia
política y social se incrementó considerablemente y ello dio origen a una
creciente escalada de feminicidios (como los asesinatos de muchas activistas
feministas y pro derechos humanos). Según datos de la Fiscalía de la Mujer, tan
solo en el primer trimestre del año 2010 se reportaron 62 muertes violentas de
mujeres (los asesinatos de mujeres triplican al aumento de homicidios
masculinos durante el mismo periodo de tiempo).
El feminicidio en Europa
Pareciera que los asesinatos de mujeres por razones de odio sólo pudieran
darse dentro de una cultura machista y un sistema patriarcal enquistado en un
marco de impunidad, inoperancia del Estado y desorganización administrativa.
Sin embargo, también en el Primer Mundo existen los feminicidios y la violencia
sexual contra las mujeres, aunque el término no está asentado en Europa,
básicamente por una cuestión de mentalidad neocolonialista de la que cuesta
desprenderse respecto a otros países donde sí se ha conceptualizado sobre el
feminicidio.
No obstante, Jean Michel Bouvier, padre
de una joven turista francesa asesinada en la Quebrada de San Lorenzo (España)
junto a una amiga en julio del 2011, ha emprendido una campaña para reclamar a
los poderes públicos franceses la inclusión en el Código Penal de la figura del
crimen de feminicidio con el propósito de convertir los asesinatos machistas en
un delito contra la humanidad.
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Feminicidio, "el
principal problema para las mujeres latinoamericanas"
Gerardo LissardyBBC Mundo, Brasil
Por su
trabajo cotidiano, la mexicana Carmen Moreno, secretaria ejecutiva de la
Comisión Interamericana de Mujeres, es una de las personas que más conoce sobre
feminicidio en América Latina y no duda en definirlo como "el principal
problema para las mujeres en la región".
"Es una de las
cosas más graves que le pueden suceder a una mujer: morir por su género",
dice, y agrega que a su juicio el feminicidio es una forma de violencia
anterior a otras que han llamado más la atención recientemente, como el
narcotráfico o las pandillas.
Y aunque se sabe que
en América Latina el índice es bastante alto, reconoce que existen serias
dificultades para medir el fenómeno con exactitud.
¿Por qué es tan difícil cuantificar el feminicidio?
Para Carmen Moreno, el feminicidio es la forma más
fuerte de violación de los derechos humanos.
El problema principal
es que no tenemos cifras confiables y comparables entre todos los países.
Algunos países sí dan
las cifras. Otros las sacan de homicidios de mujeres, pero no se sabe si fue un
homicidio por cualquier causa o si fue precisamente porque eran mujeres: no
toman ese cuidado. Otros simplemente sacan homicidios de hombres y mujeres
todos juntos.
No hay realmente cifras.
Nosotros estamos emprendiendo un esfuerzo para identificarlas.
En Guatemala, por
ejemplo, no las identifican y sabemos que el índice es bastante alto. Entonces
estamos tratando de que hagan un desglose de los homicidios para saber cuándo
es porque son mujeres y cuando es simplemente un homicidio en el que mataron a
varias personas.
También hay países en
que el feminicidio ni siquiera está tipificado como delito. O sea, simplemente
no existe. Entra dentro de la cifra de homicidios; no está diferenciado. En
otros países ya está la figura y hay penas especiales cuando lo consideran como
un agravante del homicidio.
¿Cuán grave se calcula que es el problema en América Latina?
Es el principal
problema para las mujeres en la región: el feminicidio... la violencia contra
las mujeres.
Por ejemplo, en el
caso de México siete de cada diez han sido víctimas de violencia. En otros
países son cinco de cada diez y en otros ocho.
Es un problema para el desarrollo y la seguridad nacional. Porque no
podemos hablar de que tenemos un país con gran seguridad cuando las mujeres no
pueden estar en su casa tranquilas y ahí las empiezan a golpearCarmen Moreno
Y la violencia es de
muchas formas: incluye la psicológica, la económica… Entonces es la forma más
fuerte de discriminación y violación de los derechos humanos. Es el gran
problema que tienen las mujeres para realmente estar en pie de igualdad con los
hombres.
(El feminicidio) es
como la suma de todas las violencias. O sea, la violencia acaba en feminicidio.
Es como la muestra de lo más grave que hay.
Que haya violencia
contra las mujeres es un problema para el desarrollo y la seguridad nacional.
Porque no podemos hablar de que tenemos un país con gran seguridad cuando las
mujeres no pueden estar en su casa tranquilas y ahí las empiezan a golpear.
La seguridad empieza
en la casa, sigue en la calle, el trabajo, la escuela. Y si usted está
violentando a las mujeres en todas esas etapas, no tiene una sociedad con
seguridad ciudadana o derechos humanos.
¿Dónde está focalizado el problema? ¿Es más grave en México y Centroamérica
que en Brasil y Argentina, por ejemplo?
Una mujer protesta contra el feminicidio en La Paz,
Bolivia.
Es más grave en los
países de Centroamérica. En Guatemala, Honduras… Por ejemplo, si en México
tenemos más o menos tres mil muertas en un año y en Honduras 1.500, entonces
imagínese que la proporción respecto de la población es brutal.
Ahora están sacando las
cifras por 100 mil habitantes y ahí es donde El Salvador salió en un estudio
que hizo una ONG como el lugar más grave: tiene 12 muertas por 100 mil mujeres.
Es cierto que hay
zonas donde es más grave, pero no tiene una relación exclusiva con la situación
geográfica. En las zonas donde ha habido conflicto armado, como Guatemala o
Colombia, por ejemplo, se acentúa bastante el tema de los feminicidios.
Pero Centroamérica también es una de las regiones más violentas del mundo,
con todo el problema de las pandillas y el narcotráfico. ¿El feminicidio es
parte del mismo problema o es diferente?
Es un problema
diferente y previo a todo lo que está pasando ahora con pandillas y crimen
organizado.
La violencia contra
las mujeres está ahí desde hace mucho. Y está en todo el mundo: también hay
mujeres muertas porque son mujeres en Francia.
El problema es que es
un tema que la gente quiere mantener invisible: no se habla mucho, porque es un
problema social muy fuerte.
Pero, ¿cómo se explica que América Latina tenga estadísticas más altas que
otras regiones?
El Salvador salió en un estudio que hizo una ONG como el lugar más grave:
tiene 12 muertas por 100 mil mujeres.Carmen Moreno, secretaria ejecutiva de la
Comisión Interamericana de Mujeres, de la OEA.
Esto procede de lo que
son las relaciones desiguales de género, de poder: esa idea ancestral de que
los hombres son superiores a las mujeres, esos estereotipos que están muy
extendidos.
¿Hay medidas que los países deban tomar para reducir el problema del
feminicidio en la región?
La legislación ayuda
mucho.
Ayuda más que la
impartición de justicia sea pronta y expedita.
Ayuda más todavía que
a los que son violadores, perpetradores de violencia los condenen y metan en la
cárcel.
Ayuda más que cuando
hay un homicidio tipificado como feminicidio, que esa pena sea mayor, porque
entonces van a tener un poco más de cuidado.
También ayuda mucho la
educación, la sociedad, los mecanismos de apoyo a las mujeres, que las mujeres
puedan trabajar y entonces ya no tengan que depender de un hombre que las
golpea.
Si usted evita que
haya violencia, obviamente vamos a evitar que haya feminicidios, porque hay
muchos que son consecuencia de una violencia que ya existía.
En el contexto de esa
precariedad de datos que existe respecto del feminicidio, BBC Mundo preparó un
mapa que -usando diferentes fuentes- intenta echar luz sobre la magnitud del
problema en la región. Haga clic en los distintos países para ver la
información (este gráfico no funciona en Internet Explorer).