A principios de esta semana en Tailandia,
se dio un sorprendente giro de los acontecimientos. Enviados para hostigar y
bloquear los manifestantes, los policías cedieron a la revuelta pacífica,
bajaron sus barricadas y abandonaron sus cascos como muestra de la
solidaridad.
Los manifestantes explicaron que su
objetivo es destruir la maquinaria política del ex primer ministro Thakskin
Shinawatra, acusado de corrupción y abuso de poder. La actual Primera Ministra,
Yingluck Shinawatra, es la hermana de Thakskin y es vista como un títere de su
hermano. En un movimiento para derrocar al gobierno de Shinawatra, los
manifestantes planeaban asaltar la oficina de la Policía Metropolitana de
Bangkok. Este acto fue ideado y dirigido por el líder de la protesta, Suthep
Thaugsuban.
Pero lo que hizo la policía sorprendió a
todos. Al bajar sus armas y unirse a los manifestantes, marcaron un punto de
inflexión en las protestas y un cambio potencial del poder.
El siguiente vídeo muestra la
fusión triunfal de ambos lados. Es un acto de inspiración para los
trabajadores encargados de hacer cumplir la ley, para tomen la iniciativa y
defiendan lo que realmente es correcto. ¿Quién sabe qué cambios podrían tener
lugar, si otros países siguieran su ejemplo?
Vox populi