Un pozo de extracción de gas mediante la técnica de fracking |
La
Agencia de Sustancias Químicas reconoce que carece de un control sobre los
productos que se utilizan para la fractura hidráulica o sobre su peligrosidad.
- En un
estudio de la Comisión Europea, los productores de químicos no dieron
detalles sobre las sustancias, aunque otro organismo de la UE afirma que
pueden provocar alergias, dificultades respiratorias o aumentar el riesgo
de cáncer.
- La
desregulación ha dado vía libre a prospecciones ya previstas en España,
Polonia o Gran Bretaña.
Raúl
Rejón⎮El
Diario⎮23/11/2014
Litros
y litros de agua cargada de productos químicos recorren el subsuelo de Europa a
la búsqueda de gas sin que la Unión Europea pueda asegurar cuáles son esas
sustancias o sus potenciales efectos tóxicos. El fracking está
dando sus primeros pasos en Europa pero la decisión de la Comisión Europea de no regularesta
técnica y limitarse a dar recomendaciones que cada Estado puede aplicar a su
manera ha dado vía libre a los proyectos mineros que aguardaban en España,
Polonia, Gran Bretaña o Rumanía.
La
Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) ha admitido que no tiene
identificados los compuestos aplicados en la fractura hidráulica ni los
peligros que entraña para la población y el medio ambiente. Samuel Martín,
responsable del Área de Internacional de Ecologistas en Acción, explica que
“cuando se registra una sustancia hay que determinar el riesgo que ese químico
supone en la actividad para la que se registra: en este caso el fracking“.
Esa
es la información que no existe a día de hoy a pesar de que hay pozos en marcha
en varios países. En España hay cientos de proyectos previstos y el Gobierno incluyó esa actividad
minera entre las explotaciones viables en el territorio. La empresa BNK anunció
su primer pozo en Burgos para 2015. De hecho, el Gobierno trata de mantener el control legal sobre
el fracking y
ha bloqueado cualquier iniciativa que intente prohibir la extracción gasística,
como las leyes autonómicas de Cantabria o Navarra (ambas recurridas ante el
Tribunal Constitucional).
Fue precisamente un correo electrónico en
respuesta a las demandas de Martín lo que dejó patente la falta de control por
la agencia sobre las sustancias inyectadas por las empresas de fractura. No hay
una “categoría concreta para fractura hidráulica”, informó la ECHA. Pero es
que, además, el organismo europeo encargado de la supervisión de químicos
también reconoció que carece de protocolos para evaluar el riesgo de las
sustancias que pudieran estar penetrando en las rocas subterráneas. “No hay
datos disponibles”, fue la respuesta oficial. Es decir, no existen modelos para
elaborar informes sobre cómo se repartirán esos productos químicos por el agua,
el terreno o la atmósfera y su toxicidad sobre los organismos. “Ni van a estar
antes de 2016, según nos cuenta la agencia”, explica Samuel Martín.
En este escenario desregulado, las
empresas mineras que ya están fracturando el subsuelo europeo para liberar gas
pueden utilizar las sustancias que más les interese y que pueden haber pasado
los controles bajo epígrafes muy genéricos como por ejemplo “minería”.
Un
ejemplo de este panorama es el de la empresa Cuadrilla Resources –que trabaja
en pozos de Gran Bretaña– y que admitió a la agencia Bloomberg estar usando
poliacrilamida, una sustancia incluida entre las más peligrosas por sus efectos
mutagénicos y cancerígenos. Sin registro trasparente de sustancias ni un
control específico, el fracking opera
sin riendas legales.
“Son
las empresas las que están marcando el camino”, analiza Martín. Lo cierto es
que hace un año, la Comisión Europea encargó un informe al Joint Research Centre sobre
16 sustancias que suelen utilizarse en explotaciones de fracking en
el mundo y que están registradas en la agencia europea. La sospecha era que
podían estar colándose bajo otros usos. El estudio debía servir para “proveer
de apoyo técnico y científico a la dirección general de Medio Ambitente en
ciertos aspectos de la implementación del reglamento de registro de químicos”,
explicaron.
Pero,
a la postre, el documento recogió que para 14 de las 16 sustancias no se habían
elaborado Informes de Seguridad Química (CSA) ya que las empresas que
registraban esos compuestos químicos despachaban el asunto con un simple “no se
identificó ningún peligro para la sustancia”. Revisadas en el servicio de Clasificación y Etiquetado de
la Agencia Europea, encargado de que “los peligros de los químicos sean
comunicados con claridad”, sí se observa que la mayoría son sustancias que
pueden provocar irritación, alergias, dificultades respiratorias o contribuir a
padecer cáncer. “Se puede concluir que las empresas han mentido”, sentencia el
ecologista.
En esta línea, la semana pasada, las
patronales del sector (Consejo Europeo de la Industria Química, la Asociación
Europea de Químicos Especializados en Petróleo y la Asociación Internacional de
Productores de Petróleo y Gas) informaron a las autoridades de la Unión Europea
de que están elaborando un documento sobre potenciales exposiciones y y
emisiones de compuestos durante el proceso de fractura hidráulica. Han
asegurado que lo podrán tener hecho para 2015.
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Las claves del documento sobre 'fracking' que el
Gobierno mantiene oculto
El Ministerio de Medio Ambiente silencia
un estudio que advierte de los riesgos que puede generar esta técnica de
extracción de gas
La guía, elaborada por el Instituto
Geológico y Minero, detalla los peligros de contaminación de aguas subterráneas
y asocia los terremotos a la fractura hidráulica
El documento incluye exigencias muy
amplias a las promotoras interesadas en explotar los yacimientos de gas
06/07/2014 - 20:18h
Un pozo preparado para la extracción de gas a través del fracking en Texas, Estados Unidos./EFE |
El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) elaboró en 2013 un estudio
para el Ministerio de Medio Ambiente sobre las medidas de prevención y
corrección que deberían adoptar las empresas que quisieran extraer gas en
España medianta la factura hidráulica, más conocida como fracking.
Su contenido subraya peligros sobre las sustancias que se inyectan al perforar
las rocas, sobre lacontaminación de acuíferos, la polución del
aire y los riesgos de terremotos. A pesar de reconocer haberlo
recibido en "julio de 2013", el ministerio lo mantiene oculto y
secreto. Fuentes del IMGE entienden que era demasiado proteccionista.
El informe no sólo avisa de los riesgos ya constatados en otros países que
llevan años practicando la extracción de gas mediante fractura, sino que
subraya algunas de las medidas legislativas, regulaciones y restricciones que
se han desarrollado en esos países, especialmente en Estados Unidos.
El pasado 9 de junio el Partido Castellano denunció la existencia de este
informe y su silenciamiento, el Ministerio de Medio Ambiente (MAGRAMA) contestó
mediante un comunicado que "es rotundamente falso que haya censurado la
guía elaborada por el IGME". 24 horas después, el insituto emitió su
propio texto que repetía: "En ningún caso el MAGRAMA ha presionado para
modificar el documento de trabajo". Un portavoz del instituto reconoció al
eldiario.es: "Tenemos el documento pero debe ponerlo a disposición del
público el ministerio, que es el propietario".
A pesar de estas declaraciones, el ministerio sigue sin hacer público el
documento, que eldiario.es ha solicitado formalmente desde hace más de un mes.
Este periódico ha tenido acceso al informe a través del Partido Castellano y
también en el buzón de Fíltrala.org, la herramienta de filtraciones
anónimas en la que colabora con Diagonal, La Marea y la revista Mongolia. El
texto debería servir para establecer las declaraciones de impacto
ambiental obligatorias para abrir un pozo de fractura hidráulica. El
IGME pertenece orgánicamente al Ministerio de Economía y Competitividad.
Un pozo de extracción de gas no convencional en Brasil. |
El Partido Castellano ha presentado a través del diputado de Compromís Joan
Baldoví una pregunta al Ejecutivo acerca de qué está pasando con este documento
del Instituto Geológico y Minero de España, ya que consideran que las
exigencias que recomienda a las empresas interesadas en poner en práctica esta
técnica han silenciado la guía. Estas son algunas de las conclusiones claves de
ese estudio, que aquí puede verse completo:
1. Liberación de sustancias radioactivas
Las rocas que se rompen para extraer el gas contienen elementos que, al
quebrarse, pueden pasar al agua que retorna a la superficie o que se queda en
el subsuelo. "Entre los elementos inorgánicos se encuentra el uranio,
elemento radioactivo (...) que tiende a desintegrarse emitiendo radioactividad
y dando lugar a otro elemento radioactivo".
Entre todos los que se registran aparece el radón 222: "Un gas
inodoro, incoloro e insípido, muy soluble en el agua, por lo que puede
ascender disuelto en el agua de retorno, que puede pasar al aire por
descompresión". El radón se adhiere a aerosoles, polvo y partículas del
aire. Por esa razón cuando aspiramos el radón, se deposita en la piel que reviste
las vías respiratorias "donde las partículas alfa pueden dañar el ADN y
causar cáncer pulmonar".
Además, el informe explicita que en los yacimientos de gas y roca viven
bacterias que no precisan de aire para proliferar y cuyo metabolismo produce
ácido sulfídrico. Ese ácido tóxico también es capaz de
disolverse en el agua y alcanzar de esa manera la atmósfera. La explotación por fracking impone
la utilización de biocidas en el agua para matarlas.
2. Tóxicos en el agua que extrae el gas
El IGME reseña que se han realizado estudios tanto de la Agencia Alemana de
Medio Ambiente como del Congreso de los Estados Unidos para identificar las
sustancias que se añaden al líquido con el que se fracturan los yacimientos y
se libera el gas. En Alemania, la agencia cuantificó en 7,3 toneladas de
aditivos los que se usan en cada explotación. De los 88 añadidos, 6 se
clasifican como tóxicos, 6 nocivos para el medio ambiente, 25 peligrosos, 14
irritantes, 12 corrosivos y 27 no peligrosos. 8 no se identifican.
En EEUU, entre 2005 y 2009 "las operadoras americanas utilizaron 750
sustancias químicas diferentes. 12 eran cancerígenos y 24
contaminantes atmosféricos". El inventario público de aditivos usados en
cada pozo "es voluntario" para las compañías, avisa el texto.
3. Contaminación de los acuíferos
Todo el proceso de fracking gira en torno al agua que se
inyecta a altísima presión para fracturar las rocas y lograr que liberen el gas
que alberga. El IGME asegura que "existen evidencias científicas de que la
contaminación de acuíferos, especialmente por metano y sólidos disueltos, se
podrían transmitir a través de las fracturas producidas, a través de fisuras
[...] e incluso a través del casing (tuberías) de antiguos
pozos deteriorados".
Esto quiere decir que las grietas subterráneas creadas por los pozos o la
mala conservación de éstos sirven para que la contaminación llegue al agua del
subsuelo. Y luego añade que "se puede indicar que las mejores zonas para
explotar gas no convencional [...] son aquellas que en las que no existen
materiales permeables en su entorno tanto los considerados acuíferos como los
que no".
A pesar de estas dos conclusiones técnicas –peligro de envenenar
acuíferos y mayor idoneidad de zonas impermeables– una superposición
del mapa de Permisos de Exploración del Ministerio de Industria con el de
Unidades Hidrológicas permitió a Ecologistas en Acción constatar que en España "el 80% de los yacimientos en marcha están sobre
acuíferos".
Cantabria advierte al Constitucional del impacto del 'fracking' en el patrimonio subterráneo de Cantabria |
El documento del instituto pone el acento en que, al modificar las
condiciones del subsuelo, se "pueden producir conexiones con intercambio
de fluidos" entre las perforaciones y los acuíferos. Y no sólo se refiere
a la propia zona donde se estén rompiendo las rocas. Es decir, un pozo entraña
un riesgo de contaminación para también para un depósito de agua natural muy
distante, ya que estos fluidos "pueden llegar a acuíferos mucho más
alejados debido al contacto entre las fracturas creadas y previas",
detalla. "Estas afecciones no suelen tenerse en cuenta", concluye.
Mientras España está abriendo la regulación para extraer gas mediante frackingcon
cierta opacidad en las exigencias medioambientales, en EEUU, país de referencia
absoluta en este sector, diferentes estados dan pasos para contener esta
búsqueda masiva de hidrocarburos atrapados en el subsuelo. En cuanto a la
cuestión del agua, el estado de Massachusets está tramitando una ley para
prohibir el fracking durante diez años. La propuesta del
Comité de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Agricultura no deja lugar a
dudas: Ley para proteger nuestra agua potable de la fractura hidráulica. Aún en
proceso legislativo, establecería una moratoria desde enero de 2015 a diciembre
de 2024.
4. Una industria sedienta: gran gasto de agua
En la guía del IGME también se hace referencia a la cantidad de agua que se
necesita para sacar el gas. Aunque el consumo es muy variable, se puede llegar
a "36.000 o 40.000 metros cúbicos por perforación", lo
que pone de manifiesto "el considerable volumen necesario". Un campo
medio de fracking en explotación se extiende por 25 km2, a
razón de un pozo cada 2,5 Km2, lo que llevaría el consumo de agua a
"80.000 a 350.000 m3", analiza el documento.
Un estudio de la organización CERES ya explicaba que más de la mitad de los
39.000 pozos abiertos en 2011 en EEUU se abrieron en zonas de "alto o extremadamente alto estrés hídrico".
5. Las inyecciones de agua están detrás de terremotos
Tras el informe del mismo IGME que relacionó los terremotos
frente a la costa de Vinaròs (Castellón) con la inyección de gas en el almacen
marino Castor, la generación de seísmos es uno de los puntos más
preocupantes de la actividad del fracking. El instituto arranca sus
observaciones así: "Existen indicios y cada vez más especialistas están de
acuerdo en que las operacones de gas no convencional pueden generar
sismicidad". Y remacha que "existen además numeroso ejemplos en los
que se observa una clara correlación entre inyecciones y terremotos".
Tanto es así que, meses después de la revisión del IGME para el Ejecutivo,
unestudio de la Universidad de Cornell (EEUU), publicado en
junio de este año en la revista Sciencie,estableció que
"el fuerte incremento de sismicidad en el centro de Oklahoma es inducido por
la masiva inyección de agua residual" del fracking. El
"20% de los terremotos registrados en la zona pueden estar producido sólo
por cuatro pozos", dice el texto.
El Consejo de Estado dice que las comunidades autónomas "no pueden" prohibir" el 'fracking' de forma absoluta |
En lo que va de 2014, ese estado lleva 240 terremotos de 3.0 grados o más cuando
antes de 2008 –cuando arrancó la explotación gasística– tenía una media de uno
al año, explican los investigadores. Otro estado americano, Texas, ha iniciado
en mayo unas audiencias en su Congreso para establecer si los seísmos en su
área norte provienen de los pozos de fracking. La Southern Methodist University cuenta 300 seísmos en
una zona tupida de pozos y almacenes subterráneos.
Y a eso, el documento remitido al Ministerio de Medio Ambiente le añade que
los terremotos que produce el almacenamiento de agua después de ser utilizada
–al ejercer presión durante más tiempo– son "de una magnitud mayor".
6. Metano, ozono y benceno liberados al aire
La evolución de la ingeniería ha permitido a las empresas crear campos de
fractura hidráulica con, cada vez, más pozos. Esto ha producido altas
concentraciones de gases, partículas y vapores en la atmósfera. Ejemplos que
señala el IGME al MAGRAMA: el metano, el ozono y el benceno –este último cancerígeno–
del que se registran "altos niveles en los campos de gas", entre
otros.
El informe avisa de que la situación en EEUU la Agencia de Proteccion del
Medio Ambiente "ha emitido una legislación" específica para que las
empresas deban recoger y almacenar el metano para redistribuirlo por
gasoductos.
7. Exigencias a las empresas promotoras
Tras la batería de análisis, el IGME remata sus conclusiones con una serie
de "recomendaciones" que serían exigibles a las compañías interesadas
en explotar los yacimientos en España. Por ejemplo, pide el
"establecimiento de una red de control hidrogeológica de
un radio de entre 5 y 10 kilómetros" para vigilar las posibles
filtraciones, presencia de lodos residuales o metano (entre otros) de los
acuíferos, surgencias, manantiales o pozos" mediante análisis periódicos.
Para controlar el aire se recomienda una malla de " estaciones
de medición de calidad del aire" para comprobar los niveles antes
de la explotación y durante la fase de fractura y extracción del gas.
"Los promotores
deben realizar investigacones locales específicas para caracterizar los
esfuerzos e identificar las fallas". Es decir, estudiar detalladamente el
subsuelo sobre el que quieren actuar para conocer su tendencia a los temblores.
Y especifica que "normalmente sólo se han cartografiado las grandes fallas
y en superficie" cuando lo que se considera exigible en el asunto del fracking es
un informe sobre "fallas en profundidad" que requiere "una
cartografía detallada". Incluso "deben tenerse en cuenta la presencia
de fallas potenciales que no puedan ser detectadas".
Fuente eldiario.es
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Cañete dio vía libre al fracking y a la búsqueda de
petróleo en España
El ahora responsable europeo del cambio
climático consideró medioambientalmente sostenible la fractura hidráulica y
dejó listas las prospecciones en Canarias
Arias Cañete es dueño del 2,5% de una
empresa dedicada al almacenamiento de combustible para barcos
10/09/2014 - 13:23h
Cañete incluyó el fracking entre las actividades
evaluables por Medio Ambiente
Miguel Arias Cañete ha solido presumir de que los asuntos agrícolas y
ganaderos "se los sabe". Así que la cartera que dirigió en España
antes de irse a Bruselas (el MAGRAMA) llevaba por delante los títulos de
Agricultura y Alimentación. Pero, de cola, el cargo afectaba al Medio Ambiente.
En ese sentido, Arias Cañete ha dejado sentir su perfil de empresario
de los hidrocarburos.
Si en algo se ha notado la mano del futuro comisario es en la relación
entre la producción de energía y sus efectos medioambientales. La acción de la
persona que la Comisión Europea coloca para dirigir de la política contra el
cambio climático está sellada por su actividad profesional: es dueño del 2,5%
–185.000 euros– de una empresa dedicada al almacenamiento y suministro de
combustible para buques (Ducar S.L.). Estuvo al frente de la compañía hasta
diciembre de 2012.
Con esas credenciales, el MAGRAMA del exministro elaboró una ley de
Evaluación Ambiental que incluyó la extracción de gas mediante
la fractura hidráulica(fracking) entre los procesos evaluables, es decir,
permitidos. Marcaba la estrategia del Gobierno de Mariano Rajoy en cuanto a
política energética y su relación con el medio ambiente. La misma Comisión
Europea hizo en cierto modo suyos esos postulados en enero de 2014 al dejar en
manos de los estados la autorización de esta actividad. La estrategia española
tenía vía libre desde Europa.
Luego ha sido el Ministerio de Industria el que ha ido dando permisos de
exploración de supuestos yacimientos gasísticos en el subsuelo español y el que
ha dado la batalla
legislativa para abortar los intentos de algunas comunidades
autónomas por prohibir el fracking en sus territorios. Pero la primera pieza
fundamental es que Cañete consideró la fractura hidráulica como un proceso
medioambientalmente permisible.
El petróleo tampoco le ha sido ajeno a Cañete. Aunque dejó de ser ministro
un poco antes de las elecciones europeas, en su departamento se estaba
cocinando otro paso que deja clara su manera de entender la energía y el
entorno. El 29 de mayo, cuatro días después de esos comicios, el Ministerio de
Medio Ambiente emitió una Declaración de
Impacto Ambiental favorable para las prospecciones petrolíferas
de Repsol frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura.
La producción de
energía mediante la combustión de hidrocarburos como el petróleo es un factor
primordial en el calentamiento global que provoca el cambio climático sobre el
que debería actuar Arias Cañete desde Bruselas.
Fuente eldiario.es
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El fracking desenmascarado y su efecto real sobre el
PIB de EE.UU.
Eduardo Martínez Abascal, profesor de Dirección Financiera del IESE, muestra que son
falsos los estudios que afirman que el actual crecimiento del PIB
estadounidense se sostiene sobre la aportación del fraking a su economía.
Sostiene, en cambio, que "todo el
sector del petróleo y del gas (petróleo y gas 'clásico' más fracking)
representa sólo un 7% del crecimiento del PIB en Estados Unidos.
Y concluye, por tanto, que hay mucho
economista y mucho experto interesado que maneja cifras y opiniones en su
propio beneficio.
21/11/2014 - 14:34h
En artículos anteriores he comentado el crecimiento de la economía
Estados Unidos y el languidecer de la economía europea. La causa: en Estados
Unidos se han tomado medidas desde 2008 y en Europa apenas nada.
En cualquier caso, algunos expertos se mantienen escépticos, preguntándose
si Estados Unidos crece porque su economía mejora, o si en realidad lo hace por
la contribución del fracking a su producto interior bruto (PIB).
Richard W. Rahn, académico sénior en el Cato Institute y presidente del Institute for Global Economic Growth,
afirma con rotundidad en un artículo que sin el fracking no habría habido
ningún crecimiento económico en los EE.UU. en los últimos cinco años.
Me pregunto si su análisis será acertado. Resumo algunos de los argumentos
y cifras que maneja Rahn:
• Sin el fracking no habría habido crecimiento económico en los últimos 5
años.
• El fracking (la explotación de petroleo y gas no convencional) supone un 2,5%
del PIB de Estados Unidos y este porcentaje está creciendo rápidamente.
• Según el informe El nuevo futuro energético de America: La
revolucion del petropleo y gas no convencional y la economía americana (America’s
New Energy Future: The unconventional oil and gas revolution and the US
economy), el fracking aportó 284.000 millones de dólares al PIB de EE.UU. en
2012 (un 1,7%) y 462.000 millones en 2013 (un 2,8%).
Como estas afirmaciones me sorprenden, he buscado los datos para
comprobarlas. La Oficina de Análisis Económico de EEUU ( US Bureau of Economic Analysis)
ofrece los datos sobre la aportación de cada sector al PIB:
• El PIB de Estados Unidos en 2012 fue de 16.245.000 millones de dólares.
• El sector petróleo (petróleo y gas 'clásico' más fracking) aportó 269.000
millones de dólares al PIB (1,7%).
• Por tanto, es imposible de todo punto que el fracking haya aportado
284.000 millones. Sería tanto como decir que todo el petróleo y gas que se
produce en Estados Unidos es de fracking. Las cifras del fracking están más que
hinchadas.
• El resumen es que las cifras que manejan estos señores son erróneas.
Pero hay más:
• El crecimiento del PIB de Estados Unidos de 2009 a 2013 ha sido de
2.262.000 millones de dólares.
• Si todo el crecimiento de EE.UU. fuera debido al fracking, el fracking
debería haber aportado 2.262.000 millones de dólares. Según los autores, el
fracking aporta en 2012, 284.000 millones y menos en años anteriores: por tanto
es imposible que haya aportado 2.262.000 millones en 4 años.
• En resumen, las afirmaciones de estos señores son inconsistentes con las
cifras que ellos mismos manejan. El dato real es que de 2009 a 2013 el sector
petróleo y gas (en su totalidad) ha crecido unos 160.000 millones, mientras que
el PIB ha crecido 2.262.000 millones. Por tanto, todo el sector del petróleo y
del gas representa sólo un 7% del crecimiento del PIB en Estados Unidos.
Moraleja: hay mucho
economista y mucho experto interesado que maneja cifras y opiniones en su
propio beneficio, por muy rimbombantes que suenen los nombres de los institutos
a los que sirven.
Fuente eldiario.es