viernes, 18 de julio de 2014

Los gatos y el calor


Nuestros amigos felinos tienen un abrigo de pelo (excepto que tengamos un sphynx) que parece muy poco adecuado a las temperaturas que disfrutamos en verano. Los gatos domésticos descienden de ancestros desérticos que hacen que puedan aguantar bastante bien el calor. No obstante, no está de más tomar unas cuantas precauciones.

Existen unas cuantas acciones básicas que hacen que el gato se encuentre a una temperatura normal sin acalorarse. Conviene recordar que en los días más calurosos o en las horas más críticas (desde las doce del mediodía hasta las cuatro de la tarde) se debe mantener al gato tranquilo, sin jugar con él de forma brusca. Tampoco dejes que salga a zonas soleadas durante esas horas, o que tome el sol en la ventana.



Si el gato tiene acceso al exterior, debe tener también zonas de sombra y bebederos de agua fresca.

De la misma forma, la comida y la bebida deberían estar alejadas de la luz. Cambia asiduamente el agua de los bebederos, para que el agua no este demasiado caliente. Algunas personas colocan cubitos de hielo en el bebedero, para mantener más fresca el agua durante más tiempo. Hay que tener en cuenta que no deben ponerse demasiados para que el agua no este demasiado fría, cosa que no gusta a algunos gatos. Además, algunos gatos sacan los cubitos del agua... para jugar con ellos!.

Cae de cajón también que NO debe dejarse a un gato encerrado solo en un coche, una habitación o un trasportín. En estas situaciones la temperatura podría subir rápidamente y ocasionar al gato un golpe de calor. Lo ideal es intentar viajar a las horas más frescas del día, al amanecer o al anochecer.

Si tienes que viajar con tu gato, no olvides darle de beber ocasionalmente.

Cuando dejes a tu gato solo en casa, procura que las persianas estén a mitad, para evitar una excesiva insolación. Si tienes aire acondicionado, puedes darle al mínimo o bien dar un golpe de frescor antes de salir de casa. Si tienes gatos en cuarentena, el mejor lugar de la casa para mantenerlos es el baño: la bañera y el lavabo (así como los azulejos) están hechos de material frío, cerámico, que aísla perfectamente del calor. De hecho, a muchos gatos les gusta dormir en esos lugares cuando tienen calor.



Una de las mejores maneras de mantener a tu gato un poco más fresco es ayudarle en la muda estacional. El pelo de los gatos les ayuda a aislarse del exterior, y tan solo transpiran a través de sus almohadillas. No es tanto la largura del pelo como el espesor, lo que impide al calor salir. Por ello, los gatos van soltando pelo en los meses más calurosos, y podemos ayudarles con abundantes cepillados. Además, esto evitará también la formación de los engorrosos nudos en los gatos de pelo largo. También podemos darles un baño o dos, para que saque mucho más pelo de una sola vez.

Algunas personas rapan a su gato durante los meses más calurosos. Hay que tener cuidado con esta práctica, por dos razones. La primera es que muchos gatos no toleran bien el ruido de la cortadora y pueden revolverse, haciéndose daño o incluso haciendo daño al peluquero. Algunos insistirán en sedarlos, cosa nada recomendable, no sería la primera vez que alguien pierde un gato de esta manera. La segunda razón es que los gatos tienen una piel fina, sensible a la luz solar, especialmente si tu gato es blanco o color claro. Por raro que parezca, el propio pelo les protege de la radiación. Por ello, conviene no raparles demasiado corto, y tan solo centrarse en cortar algo el pelo en las zonas más "calientes" como son el cuello, las axilas y la panza. 
Algunas personas también rocían a su gato con agua en pelaje. Este método es adecuado si el gato está teniendo un golpe de calor, pero no debe ser utilizado tampoco habitualmente. A los gatos no les gusta estar mojados, y humedecer a menudo el pelo puede propiciar la aparición de hongos o estropear el pelaje.



Si seguimos estas pautas, es difícil que el gato tenga problemas graves por el calor. Sin embargo, en alguna ocasión podría ocurrir un "golpe de calor". En un golpe de calor el gato sube su temperatura corporal peligrosamente: los síntomas incluyen agitación, estrés, piel muy caliente, pulso rápido, vómitos, jadeos, ojos vidriosos, babeo, temblores y tambaleo... como final fatal, se ocasiona el coma y la muerte. Se debe acudir rápidamente al veterinario, y mientras tanto intentar paliar la subida la temperatura, dando aire fresco al animal (ventilador, abanico, lo que sea), usando una toalla mojada envolver el cuello del animal (puedes colocar algunos cubitos encima de la toalla pero nunca directamente o podría provocar un shock), o bien rociar al animal con un spray de agua. Algunas personas usan una mezcla de agua/alcohol y lo rocían en la zona de las orejas, donde hay muchos vasos sanguíneos, lo cual ayuda a disipar el calor. Si el gato está consciente (NUNCA si esta inconsciente), hay que tratar de que beba.

Los animales más proclives a sufrir este problema son gatitos y gatos ancianos, gatos blancos, gatos obesos, así como gatos durante los viajes. Existen algunos productos en el mercado para proteger del sol (protectores solares para gatos), que podrían ser útiles para gatos demasiado amantes del sol. Un problema que tienen es que deben absorberse al echarlos, cosa que puede ser difícil con un animal que no para de lamerse. Estos productos son especialmente útiles para echarlos en las orejas y la nariz, las zonas que más se queman.

En resumen, normalmente los gatos saben cuidarse muy bien del calor, como animales desérticos que fueron. Pero se beneficiarán que cuidemos algunos pequeños detalles, para que estén más frescos, y estemos alerta por si suceden problemas.