Las cinco
potencias emergentes económicas del mundo pretenden instalar el banco de
desarrollo, que podrá convertirse en un rival muy serio para las instituciones
financieras que actualmente asumen la dirección de las políticas financieras en
el mundo.
Está planeado
que el Banco de Desarrollo del BRICS empiece sus funciones a partir del año 2016 con un capital equivalente
a 100 mil millones de dólares y sea un sustituto para el Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional, con el fin de apoyar la economía
de los países miembros.
Los miembros de
BRICS, es decir Rusia, China, La India, Brasil y Sudáfrica; esperan que la
instalación de este banco pueda suministrar las fuentes financieras necesarias
para el desarrollo de los planes infraestructurales de estos países.
La instalación
del Banco del Desarrollo del BRICS, espera disminuir la dependencia de este
grupo de las instituciones financieras internacionales que actualmente están en
manos de las potencias occidentales, para así crear un avance estable y
equilibrado en los países miembros y corregir la dirección de la economía
mundial.
El aumento de la
influencia del BRICS y la disminución de su dependencia a las instituciones
financieras internacionales controladas por el Occidente, más que otros, será
agradable para Rusia, ya que tras la crisis de Ucrania se ha alejado más de sus
socios occidentales.
La creación de
este nuevo banco de desarrollo figura en el primer lugar de la agenda de la
cumbre que los BRICS celebrarán en Brasil el 15 y el 16 de julio.
El ministro ruso
de Finanzas, Anton Siluanov, anunció que durante la próxima cumbre “vamos a decidir la creación de un banco y
de un fondo de divisas”, quién agregó que cada país aportará 2.000 millones de dólares en los próximos
siete años.
El ministro
indicó que el banco, especializado en la financiación de infraestructuras,
estará abierto a otros países miembros de la ONU, pero que la parte de los
BRICS será superior al 55 por ciento.