Por qué no ingerir leche de vaca?.
La leche reduce el hierro en los niños pequeños. Es por esto que en el año 1993, la Academia Nacional de Pediatría de los Estados Unidos ha publicado un comunicado oficial expresando que en su opinión, ningún niño debería beber leche animal no humana antes de los 18 meses de edad. De igual manera, contribuye a la carencia de ácidos grasos esenciales y Vitamina E. Además, la leche animal estimula al cuerpo a producir mucosidad.
Es por esto que cuando se sufre de un resfriado, los doctores recomiendan no tomar leche, la cual está llena de bacterias. Por tanto, es un excelente medio para hacer que dichas bacterias crezcan en el cuerpo. Es por esto que los niños que no toman leche animal o productos lácteos de procedencia animal, no se enferman tan seguido: Sufren menos caries, así como infecciones de oído. La pasteurización utilizada por la industria de la leche generalmente dura 15 segundos. Sin embargo, para que las bacterias malas de la leche se inactiven, es necesario que el proceso dura por lo menos 15 minutos. La caseína es una proteína presente en la leche y es utilizada para manufacturar pegamento.
Produce en un gran número de niños que los tejidos blancos se hinchen, tejidos que se encuentran comúnmente en la garganta, cavidades nasales y senos paranasales. Cuando éstos se encuentran inflamados, se presentan ciertas dificultades para respirar. El beber y consumir productos lácteos está asociado con varias enfermedades tales como diabetes, esclerosis múltiple, infartos, síndrome de intestino irritable o cataratas. La leche contiene cantidades anormales de antibióticos ya que los granjeros se los inyectan a las vacas para evitar que éstas cesen la producción de leche por enfermedades en las ubres. Este tipo de enfermedades son comunes en las manadas productoras de lácteos. Las cantidades anormales de antibióticos contribuyen a que las bacterias se hagan resistentes a ellos, haciendo que combatirlas sea más difícil cuando se trata de enfermedades más serias.
Conviene saber también que la leche animal, así como productos derivados, contienen cantidades excesivas de hormonas además de niveles elevados de otros tóxicos: Se consideran hoy causa de la aparición de diversas enfermedades degenerativas. El 80% de las vacas están embarazadas mientras son utilizadas para producir leche, lo cual naturalmente eleva los niveles de estas hormonas. Para colmo, los granjeros inyectan a las vacas hormonas extra sintéticas para incrementar la producción de leche. Altísimos niveles de hormonas femeninas han sido vinculados con problemas de salud en el mundo entero, asociados también a la pubertad precoz.
La leche contiene grandes cantidades de grasa, la cual tapa las arterias incluso de las personas jóvenes. El azúcar presente en la leche o lactosa, es muy difícil de digerir ya que cuando una persona llega a la edad de dos años, los intestinos elaboran menos lactasa, una enzima necesaria para absorber y digerir la lactosa: Esta disminución en la producción de lactasa en los humanos sucede cuando ya no es necesaria la ingestión de leche materna para el crecimiento.
Cuando consumimos leche o productos lácteos animales, es muy probable que la lactosa se fermente en los intestinos causando problemas digestivos como hinchazón, gases y otras dificultades serias. Es más, la leche animal contiene una perfecta combinación de minerales designados para ayudar a madurar al sistema digestivo de sus crías. Este sistema digestivo les permitirá digerir correctamente los nutrientes del pasto y hierbas. Las vacas cuentan con un estómago configurado por cuatro cámaras y regurgitan, mastican y tragan sus alimentos varias veces antes de digerirlos: Su aparato digestivo es muy diferente al de los humanos. Por lo tanto, tienen diferentes necesidades. Cuando consumimos leche, estamos ingiriendo los minerales y químicos que las vacas necesitan en su sistema.
Como nuestras dietas son diferentes, estos químicos y minerales perturban nuestra digestión afectando la absorción de los nutrientes presentes en nuestras dietas. La leche ocupa un lugar alto en la lista de productos causantes de alergias y sensibilidad. Se ha demostrado que afecta al comportamiento, sueño, enuresis y concentración. Por sí sola o combinada con gluten, la leche animal se asocia con el autismo. Cuando se sospecha que alguien padece el Síndrome del Intestino Permeable, se le recomienda una dieta libre de todo lácteo, así como de gluten.
Los niños discapacitados que sufren de problemas neurológicos tales como autismo, síndrome de down, problemas de aprendizaje y lesiones cerebrales son especialmente vulnerables a los lácteos. Ciertas proteínas presentes en la leche animal como la caseína y la del suero de leche, aparentemente irritan el sistema nervioso de los humanos, provocando que estos problemas neurológicos se agraven en los niños. Es por eso que si no se toma leche o lácteos, los programas de rehabilitación producen mejores resultados comparados con los que sí los toman.
Estudios han comprobado que el consumo de hormonas, colesterol y grasa encontrada en la leche animal hace que una persona sea más propensa a desarrollar acné o arrugas en la piel. Personas de descendencia asiática, africana, hispana o del sur de Europa son especialmente vulnerables a los problemas asociados con el consumo de leche: Esto explica el porqué la mayoría de los países del mundo no toman leche. La leche es una de las sustancias que contienen más dioxinas.
Contrario a lo que se creía, las dioxinas en la leche y en los quesos son diez veces más propensas a producir cáncer.
Durante el verano del año 1999, la industria de leche en Bruselas cerró por un mes debido a que la leche contenía cien veces más niveles recomendados de dioxina. La leche, no es sólo leche: Contiene sangre animal. Las máquinas ordeñadoras provocan heridas en los pezones de la vaca, las cuales sangran y esta sangre va a la leche. También contiene pus: Las reglas del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) estipulan que la leche es anormal y no se debe ingerir si contiene más de 200.000 células blancas muertas por milímetro.
La leche está asociada con el cáncer de próstata en los hombres. Los riesgos aumentan un 30% si se consume de dos a tres porciones al día. En cuanto a las mujeres que toman productos lácteos, aumentan sus riesgos de contraer cáncer de ovario hasta en un 66%. El consumo de este veneno se asocia con el Asma: Cuando los humanos consumen la proteína caseína, utilizada para crear el pegamento que adhiere las etiquetas en las botellas de cerveza, producen histamina, después moco. Si los bronquios se llenan de esta sustancia, se producen dificultades al respirar.
Los niños que toman mucha leche y consumen mucho queso carecen de Zinc, pero elevan su colesterol, el cual produce enfermedades del corazón. Las historias asociadas al calcio es un mito creado por la industria de la leche: Sus campañas de publicidad engañosa dicen que la leche de vaca contiene grandes cantidades de calcio, y a su vez, estratégicamente, también dicen que necesitamos calcio. No dicen que el consumir leche nos provea de este calcio: El calcio en la leche se combina con otros minerales formando una molécula muy grande para poder ser absorbida por el intestino humano. Es más, en áreas del mundo donde no se consume leche, las enfermedades asociadas con la falta de calcio son casi inexistentes.
Las osteoporosis y ateroesclerosis son muy raras en culturas donde el consumo de leche es limitado o nulo. De hecho, estudios recientes sugieren que la leche y el queso en realidad puedan ser los causantes de la osteoporosis, ya que las altas cantidades de proteínas en los lácteos provocan que el calcio se separe de los huesos. La regulación de la presencia de Vitamina D está muy mal gestionada porque recientemente se han hallado en 42 muestras el 12% con la cantidad prometida de Vitamina D. También se han estudiado diez muestras de fórmulas infantiles y siete de ellas contenían el doble de cantidad de Vitamina D anunciada, una incluso tenía cuatro veces más.
La Vitamina D es tóxica en cantidades de sobredosis. De hecho, tomar leche contribuye a la fractura de huesos y no es broma: En un estudio de 78.000 mujeres hecho durante un período de 12 años, la leche no redujo el riesgo de fracturas. Las mujeres que tomaban leche tres veces al día tuvieron más fracturas que las que rara vez lo hacían. Otro factor importante, es el colesterol: El riesgo de enfermedades cardíacas y de circulación. 8 onzas de leche equivalen a 14 piezas de tocino, ya que un vaso de leche equivale a 35 mg de colesterol mientras que 4 piezas de tocino serían 30 mg.