Recopilado por Antonio Ortega de los estudios del investigador Jorge Chavarro, del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard. Publicado en El Universal Salud de México.
Día con día miles de personas abandonan diversos alimentos como las carnes
y los lácteos por opciones más saludables como la soya. En general, con las
mismas presentaciones de los alimentos posteriores, es decir, carnes y lácteos
pero hechos con soya. Estos cambios se realizan con la creencia de que al hacer
esto la salud mejorara, después de todo nos dicen que la soya es muy buena para
muchas cosas, en especial para reducir niveles de colesterol, ayudar al
climaterio femenino, evitar el consumo de grasas saturadas, obtener una fuente
proteica barata e inclusive como una forma preventiva contra el cáncer. Pero,
¿acaso es esto cierto?
La soya no es la gran panacea como todo mundo nos quiere hacer creer. En
realidad, la soya es un alimento sumamente nocivo para la salud en cualquiera
de sus presentaciones.
Algo de historia
En la antigüedad, los chinos usaban los granos de soya únicamente como
estiércol verde (abono) y no la consumían, era sagrada para ellos. La usaban
para enriquecer la tierra y con justa razón.
La planta de soya trabaja de forma armónica con las bacterias rhizobium las
cuales en conjunto forman nódulos en las raíces de las plantas para poder
capturar nitrógeno del aire y someterlo a la tierra. Según las escrituras
chinas de hace más de 2500 años, la soya únicamente debe de ser usada como
abono.
Todos los granos de soya contienen factores anti-nutricionales (conocidos
como anti-nutrientes) y toxinas. La madre naturaleza ha puesto estas sustancias
para evitar que las semillas (de cualquier fruto y alimento del campo) broten
prematuramente y para dañar a los insectos y otros predadores que puedan llegar
a comerse estas semillas. Es por ello que la soya es mejor usada como abono de
otros alimentos.
Anti-nutrientes y toxinas naturales en la soya
Entre estas sustancias se encuentran:
Alergénicos.- la soya es uno de los 8 alimentos más alergénicos que hay.
Goitrogenos.- sustancias que dañan la tiroides
Lectinas.- ocasionan que las células rojas se amontonen y que el sistema
inmunológico tenga reacciones.
Oligosacaridos.- azucares que provocan inflamación y flatulencias
Oxalatos.- previenen la absorción de calcio y han sido ligados a formar
piedras en los riñones
Fitatos.- impiden la absorción de minerales como el zinc, hierro y calcio.
Isoflavonoides.- son fitoestrogenos (estrógenos de las plantas) que actúan
como hormonas y afectan los sistemas reproductivo y nervioso.
Inhibidores de proteasa.- interfieren con las enzimas digestivas proteasa y
tripsina, esto puede llevar a problemas gástricos, una absorción proteica pobre
y trabajo excesivo del páncreas
Saponinas.- pueden dañar las paredes de los intestinos
Metales pesados.- manganeso, fluoruro, aluminio y cadmio son unos de los
metales pesados encontrados en la soya.
¿Por qué la recomendación?
Entonces, si la soya contiene todas estas sustancias nocivas para nuestra
salud, ¿Por qué es recomendada?
Dinero, todo se trata acerca del dinero. Las empresas dueñas de estos
granos han sobornado a políticos y funcionarios de servicios de salud para
proclamar propiedades milagrosas de este alimento. Una de las leyes de la
mercadotecnia es que, cuando un producto no es vendido por ser barato, se puede
vender como milagroso y a cualquier precio.
Monsanto, la compañía dueña de más del 60% de los granos de soya, usa
granos genéticamente modificados (GMO) y como sentido común, todo lo que atente
contra la madre naturaleza no es saludable. Más de 2/3 de los granos de soya de
EU son vendidos por Monsanto. Estudios generados en laboratorio sobre ratas,
vacas, pollos y codornices demostraron que al alimentar a estos animales con
granos de soya GMO, los animales sufrieron grandes cambios en diversos órganos
como hígado, riñones y testículos. Estos cambios fueron el crecimiento drástico
de dichos órganos, esto resulta ser detrimental para la salud.
Además, Monsanto soborna a la FDA para que le permita hacer prácticamente
lo que quiera, empezando por la aprobación en 1996 para que pudieran sacar al
mercado sus granos GMO.
Mientras que la FDA ha aprobado a la soya como un alimento beneficioso al
corazón, esta misma agencia también ha enlistado a la soya (en otro tipo de
base de datos) como una planta venenosa. Existen 256 referencias que revelan
que la soya puede causar agrandamiento de la glándula tiroides, problemas de
crecimiento, deficiencia de aminoácidos, mala absorción mineral, fallas en el
sistema endocrino y carcinogénesis (desarrollo de cáncer).
Más mentiras
Alrededor del mundo, en especial en Estados Unidos, se han encargado de
seguir esparciendo mentira tras mentira acerca de la soya. Una de las más
grandes es que dicen que las personas asiáticas gozan de mucha mejor salud debido
a que su consumo de soya es excesivo. Dicen que este alimento es consumido
alrededor de 30 veces más en Japón que en EU, y que los japoneses tienen
menores índices de prevalencia al cáncer de mama, útero y próstata. Lo que no
mencionan es que los asiáticos y japoneses en general tienen un más alto índice
de otros tipos de cáncer como: cáncer de esófago, estómago, páncreas e hígado.
Además, es una gran mentira que los asiáticos consumen 30 veces más de soya
que en EU. Realmente el porcentaje de consumo de la soya en países asiáticos
como China, Corea, Vietnam, Tailandia, Indonesia, Mongolia e inclusive Japón es
de aproximadamente el 1.5% del valor calórico total. De este porcentaje, la
mayoría de esos alimentos son miso, tempeh y tofu, al contrario de la típica
dieta americana que basa su consumo en productos como hamburguesas, salchichas,
pay de queso, leche y otros productos hechos con soya.
El consumo promedio al año de soya en China, Indonesia, Corea, Japón y
Taiwán es de 3.4, 6.3, 10.9 y 13 kilogramos respectivamente. Eso quiere decir
que el consumo varía de solo 9.3 a 36 gramos de soya al día. Inclusive el Dr.
Mark Messina, el vocero oficial de la industria de la soya y organizador de 5
congresos del papel de la soya en la prevención y el tratamiento de
enfermedades crónicas dice que, los japoneses (unos de los mayores consumidores
más grandes de soya) consumen un promedio de solo 8.6 gramos de soya al día.
¿Una mejor opción de proteína?
Esta es una de las principales razones por las cuales la soya ha logrado
tener tanta aceptación. El hecho que digan que es una mejor fuente de proteína
que algunos alimentos animales no lo hace ser cierto. Esto se puede comprobar
con un parámetro llamado NPU (net protein utilization) por sus cifras en ingles
el cual significa porcentaje neto de utilidad de la proteína en el alimento. La
soya tiene un NPU de 61% y los alimentos con los cuales se les compara como son
el huevo, leche y suero de la leche tienen un NPU de 94, 82 y 100
respectivamente.
Otra forma de saber la calidad de la proteína es mediante el Valor
Biológico de cada alimento, es decir, de qué forma y cantidad se absorbe la
proteína en nuestro cuerpo. La soya solo cuenta con un valor de 74 mientras que
la caseína (proteína de la leche), la clara del huevo, el huevo entero y el
suero de la leche cuentan con valores de 77, 88, 100 y 104 respectivamente.
Lo que sí es cierto es que la soya representa una forma más económica de
proteína en comparación con los alimentos de origen animal, sin embargo en la
actualidad la soya ha subido tanto de precio que realmente ya no termina siendo
razonable su consumo en cuanto a este aspecto se refiere. Un litro de leche de
soya cuesta más que un litro de leche de vaca. Además, a la soya le hace falta
un aminoácido (metionina) que es esencial para poder formar una buena calidad
de proteína, por lo tanto todos los productos de soya deben de ser adicionados
con este aminoácido para mejorar su calidad lo cual lo hace más caro.
Procesado
El proceso que se lleva a cabo para producir alimentos de soya como el de
bebidas e imitaciones de carnes termina siendo terriblemente nocivo para
nuestra salud. La proteína hidrolizada de soya, el cual es el ingrediente
principal de todos los productos de soya como carnes de hamburguesa, lasaña,
salchichas y lácteos, contiene alrededor de 38 compuestos del petróleo que se
agregan durante el proceso de fabricación. Durante este proceso se incrementan
los niveles de toxinas y sustancias carcinógenas como las nitrosaminas. Además,
los hidrolizados de soya incrementan los requerimientos de vitamina E, K, D y
B12.
En los últimos años de los 70’s, una federación americana concluyo que el
único uso seguro para los hidrolizados de proteína de soya, es como un agente
sellador de cajas de cartón.
Los proceso de alcalinización por los cuales pasa la mayoría de los
productos de soya destruyen gran parte de los aminoácidos y también estos
mismos sufren grandes cambios convirtiéndose en sustancias cancerígenas. Este
proceso también hace perder muchos minerales.
Ratas de laboratorio que fueron alimentadas con proteína de soya después de
ser procesada con sustancias alcalinas (tal y como se hace para eliminar el
terrible olor y sabor) sufrieron de daño en los riñones incluyendo piedras y
lesiones y ganancia de peso.
El aceite de soya no cuida a tu corazón
Independientemente de los que diga Alejandro Maldonado, el aceite de soya
no es la mejor opción para el corazón. De hecho, ninguno de los aceites
vegetales como son el de maíz, girasol, cártamo, canola, aguacate, uva u oliva
son recomendados para cocinar. A todos ellos les afecta la temperatura, el oxígeno
y la luz (tema visto en el artículo: Las increíbles propiedades del aceite de
coco), y si se dan cuenta los aceites que se encuentran en el mercado vienen en
una botella trasparente la cual permite ingrese la luz y dañe el aceite. Además
todos estos aceites están cargados de ácidos grasos omega 6 y 9 los cuales en
grandes cantidades y sin una buena ingesta de omega 3, causan inflamación de
los tejidos y articulaciones.
Para poder obtener el aceite de granos y semillas, las empresas usan
algunos solventes orgánicos como la acetona, benceno, cloroformo y el ciclo
hexano los cuales son muy peligrosos para la salud. Estos solventes irritan a
los pulmones y suprimen el sistema nervioso central. Su consumo ha sido ligado
a la enfermedad de Parkinson.
Los aceites de soya se echan a perder fácilmente porque contienen el agente
de su propia destrucción, la enzima lipoxigenasa, también conocida como
lipoxidasa. Las semillas de los granos de soya contienen la mayor fuente de
lipoxigenasa que hay.
Para remover el sabor rancio de los aceites, las compañías lo enmascaran
con el proceso de refinación, agrego de olor y una pequeña hidrogenación. Este
último proceso, la hidrogenación, ocasiona que las arterias se dañen y se tapen
lo cual puede resultar en un infarto.
Monsanto no solo se ha encargado de idolatrar a la soya, sino que también
se ha encargado de satanizar a alimentos saludables que han sido sustituidos
por la soya. Tal es el caso del aceite de coco. Este aceite era utilizado
anteriormente como el ideal para cocinar. De hecho si recordamos unos 25 años
atrás los problemas cardiovasculares no eran los mismos que los de hoy.
El mejor aceite que se puede usar para cocinar es al aceite de coco, el
cual no le afecta la temperatura, oxígeno y la luz. Tiene menos calorías y sus
tipos de grasa protegen al corazón.
Composición de la soya
La soya contiene muchas sustancias que son perjudiciales para la salud,
como los anti-nutrientes y toxinas mencionadas previamente, pero dentro de sus
macro nutrientes también existe un lado malo.
Los azucares (llamados oligosacaridos) que contienen los granos de soya,
entre ellos la rafinosa y stachyosa, requieren de una enzima llamada
alpha-galactosidasa para poder ser degradados propiamente. Desafortunadamente
el cuerpo humano y algunos otros mamíferos no venimos equipados con esa enzima,
por lo cual al consumir estos azucares se adquieren muchos problemas de
flatulencia e inflamación. Ningún proceso de cocción o de altas temperaturas
pueden eliminar estos azucares, son muy estables.
En cuanto a la grasa se refiere, la soya está compuesta de prácticamente
aceites mono y poli insaturados de los cuales proclaman la protección al
corazón, pero como mencionado anteriormente, la mayoría de los granos de soya
son vendidos por Monsanto y estos granos contienen grandes cantidades de
pesticidas y fertilizantes. Estos se acumulan en las células adiposas y
provocan un gran número de enfermedades.
Otras de las sustancias contenidas por la soya son los metales pesados,
entre ellos el manganeso, fluoruro, aluminio y cadmio.
Formulas infantiles, combinación desastrosa
A la soya le hace falta el aminoácido metionina, sin la adición de este
aminoácido los bebes no pueden crecer adecuadamente. Los infantes que toman
formula de soya toman aproximadamente de 75 a 80 veces más manganeso por día
que los niños alimentados con leche materna. Nutricionistas de EU advierten que
estas cantidades de manganeso causan daño cerebral y problemas de
comportamiento. La soya también contiene de forma natural el fluoruro, pero la
soya procesada contiene aún más.
Las formulas infantiles además de ser altas en fluoruro también son altas
en aluminio y cadmio. El cadmio contribuye a problemas del corazón, cáncer,
diabetes y enfermedades reproductivas.
La soya también contiene fitoestrogenos, que son estrógenos naturales de
las plantas. Los padres que alimentan a sus hijos con leche de soya (formula),
están dándoles sin querer el equivalente hormonal de 3 a 5 pastillas
anticonceptivas por día. Esto ocasiona grandes problemas a la larga como la
menstruación prematura.
Conclusión
Por el lado que lo quiera ver, la soya en cualquiera de sus presentaciones
es dañina. Esto incluye, bebidas, lácteos, carnes, aderezos, aceites, harinas,
salsa de soya, etc. La única forma de soya que no hace daño y que posee
características saludables resulta ser la soya orgánica, germinada o que haya
sido fermentada durante un mínimo de aproximadamente 4 días. Esto sólo se puede
observar en el miso, tempeh y nato. Pero debido a que estos tipos de alimentos
no se encuentran en el país y mucho menos de origen orgánico, realmente no hay
porque recomendar el uso de soya.
Elimine este alimento perjudicial de su dieta y opte por seguir otras
medidas realmente saludables.
Si el motivo principal por el cual usted decidió
consumirla es debido a que sufre de algún padecimiento, hay mejores formas y
más seguras de hacerlo.
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