lunes, 27 de octubre de 2014

El “Wantagate”: la mayor corrupción de la Historia


Sin duda, es uno de los grandes enigmas de nuestro tiempo. La existencia de unos fabulosos fondos, cuyo testaferro es el antiguo agente de la Reserva Federal Americana y embajador por Somalia, Leo Wanta, divide a los investigadores..

En los años ochenta y durante la administración Reagan, Leo Wanta trabajaba como asesor y agente secreto en la Reserva Federal. La absoluta confianza que se ha ganado durante su carrera, hace que le encarguen administrar unos descomunales fondos, creados para sostener una hipotética guerra con la Unión Soviética o ayudar a destruirla y que, al terminar la guerra fría, deberían servir para beneficio de la población. La cifra inicial era de 25 trillones de dólares pero, con los intereses debidos en todos estos años, se habrían convertido hoy en 75 trillones de dólares.
Para evitar que esos fondos fueran liberados, Leo Wanta, que posteriormente fue embajador de Somalia, estuvo encarcelado en Suiza y los Estados Unidos, siendo envenenado repetidamente en sus estancias en la cárcel.
Ninguna de esas intimidaciones evitaron que, al salir de la cárcel, Leo Wanta siguiera reclamando su derecho legal como testaferro de esos inmensos fondos, a través de la AmeriTrust Groupe Inc. El código que así lo demuestra es el “título 18 USC Section 6 offshore bank accounts, authorised under President Reagan’s Executive Order 12333”.
En 2003, un juzgado federal de Alexandria, Virginia, confirmó el status de testaferro de Wanta y los derechos del pueblo Americano sobre esa inmensa cantidad de dinero.
Entre sus muchos opositores dentro de las altas esferas se encuentran la agente de la CIA, Hillary Roadham Clinton y el ex presidente de los Estados Unidos y ex director de la CIA, George Bush señor, quienes manejan cuentas derivadas de estos fondos. La primera, conocida por el sobrenombre de “Witch” (bruja) en la CIA estaba a cargo de la “Fundación para la defensa de la infancia” por orden ejecutiva 12333 del Presidente Reagan, la misma que la de los fondos Wanta. Los servicios secretos eran autorizados por el “título 16, sección 6 USG de corporaciones para operaciones de inteligencia” a manejar tales fondos, pudiendo negar cualquier relación con estos servicios, a efectos de salvaguardar su condición de agente secretos. Según Christopher Story, la fuente periodística más cercana a Leo Wanta, “es conocido que Hillary se acostumbró a utilizar estos fondos como su fortuna privada”.

Cuestión internacional
Esos fondos de seguridad “anticomunista” no pertenecían únicamente a los Estados Unidos. Bajo los protocolos redactados por la administración Reagan, a cada uno de los siguientes países se le deben otorgar cinco mil millones de dólares: Canadá, Francia, Alemania, Grecia, Italia, México y España. Y adicionalmente se le deben pagar treinta mil millones de dólares a la Federación Rusa. China es acreedora de treinta millones de millones de dólares que tienen su origen en otros acuerdos hechos con el Ministerio de Hacienda de EE.UU. que están ligados al Fondo de Leo Wanta. Al parecer, el origen sería la compra por parte de China de obligaciones del tesoro del banco de los Estados Unidos.
Los Fondos se manejan a través de instrumentos llamados CHIPS (New York Clearing House Interbank Payments System) (instrumentos de pagos entre bancos). Durante años de negociaciones y acciones judiciales, en varias ocasiones se han realizado acuerdos tanto con Leo Wanta como con los países involucrados, pero estos CHIPS están huecos, es decir, aparecen en los libros contables como existentes pero al momento de hacerlos líquidos no hay dinero que los respalde. La razón es que los bancos donde residen esos fondos los han desviado a otras cuentas por medio de testaferros falsos como Hillary Clinton o el propio George Bush. Este hecho ha provocado el enojo de los países involucrados. Durante todo este tiempo en el que no se ha permitido a Leo Wanta tener acceso a sus fondos, Clinton, Bush y sus cómplices han utilizado complejos sistemas financieros para “desaparecer” los fondos de Leo Wanta.
Las noticias del analista inglés Christopher Story relatan que estos dineros han sido tratados en las últimas cumbres del G-8, y su impago ha hecho que China haya dejado de utilizar el dólar en sus transaciones de petróleo, fundamentalmente, con su mayor proveedor, la república islámica de Irán.
Los puntuales informes de Story revelaron que en junio del año pasado esos fondos, supuestamente usados en operaciones de terrorismo de estado, deberían haber vuelto a la jurisdicción de Wanta, bajo supervisión del Tribunal de La Haya. Desde entonces, un sinfín de dilaciones y delaciones han tenido lugar, implicando a la Familia Rockefeller, la Familia Rothschild, la Reina Isabel de Inglaterra, la canciller alemana Angela Merkel, abogados, jueces y presidentes de diversos países, impidiendo la liberación de esos fondos, con los que se podrían solucionar gran parte de los problemas del Planeta.
Actualmente, numerosos bancos del mundo han congelado las cuentas secretas de esos 1.500 operativos en el mundo, de manera que los conspiradores ya no pueden operar con ellas como anteriormente, que comerciaban con estas cuentas libres de impuestos. El diputado inglés en la UE, Ashley Mote, ha sido el único que ha denunciado públicamente la existencia de esos fondos.