El significado básico emocional de la grasa es protección.
La grasa nos protege de los cambios de temperatura, del frío. También es
una reserva del organismo para tiempos duros: los osos y muchos animales, sean
aves, mamíferos o peces, reservan grasas para resistir condiciones externas
amenazantes o falta de alimento –Padre duro-.
Hasta un pez, como el
salmón, hace reservorio de grasas -omega3- cuando prevé un periodo en el
que tiene que debe hacer frente a un medio donde la nutrición será escasa
siendo necesaria la actividad extrema, activa, sin alimento.
En la membrana
celular, constituida básicamente por ácidos grasos, la grasa la vuelve
impermeable al medio, la aísla, la “protege”. Permite una permeabilidad
“selectiva”.
Todos sabemos que el
aceite aísla el agua. Aceite y agua no se mezclan, es fácil de comprobar, por
eso, ahí donde debemos, por biología o por un estado emocional, protegernos de
determinadas emociones, tendemos a acumular grasa como solución biológica.
El agua son las emociones, los fluidos, lo que fluye, la vida, la liquidez,
el dinero…. cuando nos resistimos a esa fluidez o,
sentimos que no debemos exponernos a ella por cualquier motivo, y tratamos de
evitar la fluidez emocional entre el medio interno y el externo… ying-yang,
padre-madre, estamos pidiendo lípidos, grasas.
Las llamadas pistoleras son una protección sexual,
típica femenina. Algún antepasado fue víctima de abusos o violación sexual,
aunque, también lo pueden ser de la identidad al
mismo tiempo, si lo que protegen es el “trasero”… nos pueden robar el sillón, o
el lugar donde, simbólicamente, ponemos el “culo”.
En los hombres se suele localizar en
el vientre… cuando un hombre siente que debe “pelear”, porque está en un
ambiente hostil, competitivo, la grasa le protege de una probable agresión cuerpo a cuerpo, siempre, también simbólica, a él mismo o su clan, familia,
manada… ahí está el porqué de la grasa localizada en el abdomen masculino.
En las mujeres, la grasa abdominal tiene que ver con la protección de las crías, los hijos, -simbólicos o
reales-.
Una localización de grasa en las piernas tiene
que ver con una protección de nuestras emociones. La Tierra es la Madre y,
cuando sentimos -inconscientemente o no- quenos pueden hacer daño,
la grasa en esta parte del cuerpo es la solución biológica de respuesta.
La grasa nos separa de la fluidez. ¿Tenemos un programa en el que alguien
debió luchar por su identidad, por lo que es, piensa, o creencias? Nada es
casual, Su protección simbólica se ha convertido en nuestra experiencia
terrenal y en grasa corporal. Lo expresamos dentro, y fuera.
Es la solución biológica al trauma de nuestroantepasado, que sólo lo pudo
expresar dentro…
Fluir es soltar, cuando sentimos que debemos conservar, porque desconfiamos de la entrada, también
tendemos a acumular grasa. Intentar retener, en cualquier sentido, agua
arquetípica (emociones, dinero, vida, madre, ganas de vivir) acumula grasas.
A veces, nuestra intención es retenernos, cuando, inconscientemente no queremos dejarnos mover, para hacernos pesados.
El colesterol es una
grasa en la sangre, en nuestra energía vital o, en nuestra familia…porque nos
sentimos expuestos, solos, para defenderla.
El momento también es importante, a veces, comenzamos a engordar en la
misma edad que un antepasado vivió una experiencia
traumática en la que sintió una necesidad de protección extrema, o, los kilos
de más representen algo que le gustaría no haber “soltado”.
Salvo que sea por
motivos de hipotiroidismo, que tiene que ver con un conflicto con el tiempo
añadido, el acúmulo de grasa tiene que ver, de una u otra forma con lo
expuesto.
En la naturaleza no existe la obesidad, sí el acúmulo de grasa con una
finalidad. Nosotros somos animales biológicos, pero nuestra mente simbólica y
creativa hace que los conflictos internos se expresen como
externos. Tal vez para recordarnos “somos capaces de CREAR”.
Imagen. Códigos Janosh -protección- http://www.janosh.com/sp/work/artpage/68
BIOTMR
Biodescodificación y
Técnicas de Música Resonante.