TU NOMBRE, UNA LLAVE…
Al elegir el nombre para el bebé, debemos
hacerlo de manera consciente, considerando la vida futura de nuestros hijos, y
la seriedad que esto amerita.
Si bien ya llevo 20 años trabajando con el “Arte de la Palabra” según R. Steiner, fue hace siete años, que de manera “fortuita” descubrí el enorme potencial de diagnóstico y terapia que yacía escondido en el Nombre.
Fue en un taller en el Centro Solar de Madrid, en abril del 2006. Poco después, en junio, tenía un taller intensivo de tres días en Palma de Gran Canaria. Fui decidida a comprobar, si aquel descubrimiento, que me había caído como un regalo de los Dioses, funcionaba. En la “ronda de nombres” comprobé como efectivamente, según como cada persona decía su nombre, según qué sonidos o sílabas estaban débiles, según qué parte del nombre omitía y varios detalles más, podía hacer una “radiografía” de la persona y lo que resultaba aún más interesante, podía sugerirle un camino de trabajo.
Entre tanto escuché a varios cientos de personas, no puedo explicar “científicamente” como funciona, ¡pero funciona en el 100% de los casos! Es por esto, que he ido modificando mi enfoque de trabajo en los grupos y sesiones individuales y ya este año decidí hacer todo a través de “La fuerza curativa de los sonidos de tu Nombre”. Mi base sigue siendo el Arte de la Palabra, ya que ella me enseñó la cualidad y acción curativa de cada sonido, también sigo trabajando con los ejercicios, según las indicaciones de R. Steiner. ¿Dónde está entonces la diferencia? El trabajo en el nombre acorta los tiempos, en un grupo, solo de escuchar a cada uno decir su nombre puedo descubrir que necesita. Los casos donde se ve con más claridad el efecto del Nombre, es cuando la persona se autodenomina con un mote, sobrenombre o diminutivo. Daré algunos ejemplos para clarificar:
Isabel se hace llamar Bel, insiste en que ese es su nombre. Se la ve una chica muy suave y hay algo que no cuadra, esa no es realmente ella, falta autenticidad. Tiene rechazo a ISA. Desde lo sonoro, iSa es la parte yan, la S es un sonido consonántico de fuego, enérgico. Al hacerla trabajar este sonido reconoce, que cuando saca la energía, es agresiva. Vemos que tiene fuego dentro, energía, pero reprimida, porque la tiene asociada a lo agresivo. A través de su nombre completo aprende a integrar y aceptar esa parte suya. Con la ayuda de otros ejercicios donde aparecen muchos sonidos de fuego aprende a conectar con un hablar enérgico, entusiasta, con dirección y proyección, todo lo que le faltaba a su voz y su actitud interna.
Otra Isabel, se hace llamar Isa, en ésta observamos el caso contrario. A través de los sonidos B y L, se concilia con su parte yin, envolvente, calma.
Cada sonido es una energía y el nombre constituye la suma de energías que debemos integrar. A veces estamos en sintonía con él, otras muy alejados. Aunque digamos el nombre completo, un oído entrenado como el mío (y pronto el de todos los participantes) puede percibir, también en una Isabel que se nombra Isabel, cual energía tiene integrada y cual no.
Nuestro nombre siempre es correcto, siempre nos sienta bien, siempre nos fortalece. En los talleres comprobamos como nos fortalece la Voz. Sabiendo que la voz está a su vez conectada con todo nuestro ser, con nuestras emociones, cuerpo y mente, tiene que ser evidente que nos fortalece en nuestro conjunto.
Hoy día, todos los temas que propongo en los Talleres los trabajo con el nombre. El ejemplo anterior se refería al tema de “Los 4 Elementos” y la “Expresividad y dinámica” de la voz. Cuando el tema es “Conectar y liberar la voz”, otra vez el nombre es clave para sugerir un plan de trabajo individualizado, rápido y efectivo.
Claustre, siempre había sido llamada Tate y llegó al primer taller con una voz completamente rota y un grave diagnóstico de nódulos en las cuerdas vocales, como muchos otros participantes. Siempre digo, que a pesar de los nódulos las voces pueden sonar bien. Claustre, al decir su nombre, con toda la conciencia sonora que se le indicó, recupera por un instante su voz, oye su voz limpia y cristalina, ante la mirada atónita del resto de participantes y una inmensa conmoción interior. Un trabajo intenso los siguientes meses, trabajando con ejercicios que contenían los sonidos de su nombre, fue sanando su voz. Los sonidos de su nombre nos indicaban la ruta de viaje: Algo dentro, trabado, que sentimos en el sonido C, quiere ser liberado, necesita salir, fluir. La L, como un manantial que se hace hueco en la piedra, traspasa el impedimento. Luego la voz se abre sin miedo al mundo con la A, sigue su camino hacia la infinita U, sintiendo con la S un calor interior muy despierto, para plantarse con valor y decisión en Tre. Un nombre que decirlo es un acto de valor y superación de obstáculos.
Todos los nombres nos muestran una ruta de viaje, nos ayudan a colocar correctamente la voz, a darle la expresividad que necesita, a darnos seguridad, consistencia.
El trabajo con los sonidos del nombre es apasionante y reconfortante, aunque también movilizador, siempre cae alguna lágrima, pero merece la pena…
Si quieres sentir la fuerza de tu nombre, si quieres mejorar tu voz o sentir más seguridad en ti mismo, da igual cual sea tu objetivo, todos estos elementos interactúan a la vez y están presentes en todos los talleres “para mejorar tu voz y capacidad comunicativa”.
Atrévete y experimenta. Empieza desde ya, nombrando a tus familiares y amigos por su nombre completo y pidiendo lo mismo para ti…
Por Tamara Chubarovsky
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Cuando se espera un bebé no sólo debe vivirse esa maravillosa etapa en el embarazo, sino además también hay que planear muchas cosas para futuro, entre éstas claro está se encuentra la elección del nombre.
Una costumbre entre los futuros padres es la de elegir un listado de los posibles nombres para el pequeño o pequeña, pero qué o cómo elegirlo ya que no sólo es cumplir un gusto, se trata de una decisión que acompañará a nuestros hijos durante toda su vida, influenciando incluso su personalidad.
A la hora de hacer esta elección, se aconseja hacer el balance con tiempo suficiente para elegir el nombre definitivos, que éste sea de fácil pronunciación, si se opta por colocar dos nombres, se recomienda buscar una conexión entre ambos, la combinación que hacen junto a los apellidos, evitando así juegos de palabras que pudieran ser motivo de burlas o sobrenombres.
Considerar la herencia es una buena idea, siempre y cuando ésta realmente se acople al género del bebé y cumpla con los puntos antes planteados, muchos padres optan por elegir el nombre según su significado con esto no sólo se consideran varias opciones sino además se le puede dar al bebé algo más con una elección de este tipo.
En resumen, al elegir el nombre debemos hacerlo de manera consciente, considerando la vida futura de nuestros hijos, y la seriedad que esto amerita evitando hacer juegos en palabras de otro idioma, nombres de artistas o productos comerciales
https://www.facebook.com/pages/Abre-los-ojos/354629647912961
Si bien ya llevo 20 años trabajando con el “Arte de la Palabra” según R. Steiner, fue hace siete años, que de manera “fortuita” descubrí el enorme potencial de diagnóstico y terapia que yacía escondido en el Nombre.
Fue en un taller en el Centro Solar de Madrid, en abril del 2006. Poco después, en junio, tenía un taller intensivo de tres días en Palma de Gran Canaria. Fui decidida a comprobar, si aquel descubrimiento, que me había caído como un regalo de los Dioses, funcionaba. En la “ronda de nombres” comprobé como efectivamente, según como cada persona decía su nombre, según qué sonidos o sílabas estaban débiles, según qué parte del nombre omitía y varios detalles más, podía hacer una “radiografía” de la persona y lo que resultaba aún más interesante, podía sugerirle un camino de trabajo.
Entre tanto escuché a varios cientos de personas, no puedo explicar “científicamente” como funciona, ¡pero funciona en el 100% de los casos! Es por esto, que he ido modificando mi enfoque de trabajo en los grupos y sesiones individuales y ya este año decidí hacer todo a través de “La fuerza curativa de los sonidos de tu Nombre”. Mi base sigue siendo el Arte de la Palabra, ya que ella me enseñó la cualidad y acción curativa de cada sonido, también sigo trabajando con los ejercicios, según las indicaciones de R. Steiner. ¿Dónde está entonces la diferencia? El trabajo en el nombre acorta los tiempos, en un grupo, solo de escuchar a cada uno decir su nombre puedo descubrir que necesita. Los casos donde se ve con más claridad el efecto del Nombre, es cuando la persona se autodenomina con un mote, sobrenombre o diminutivo. Daré algunos ejemplos para clarificar:
Isabel se hace llamar Bel, insiste en que ese es su nombre. Se la ve una chica muy suave y hay algo que no cuadra, esa no es realmente ella, falta autenticidad. Tiene rechazo a ISA. Desde lo sonoro, iSa es la parte yan, la S es un sonido consonántico de fuego, enérgico. Al hacerla trabajar este sonido reconoce, que cuando saca la energía, es agresiva. Vemos que tiene fuego dentro, energía, pero reprimida, porque la tiene asociada a lo agresivo. A través de su nombre completo aprende a integrar y aceptar esa parte suya. Con la ayuda de otros ejercicios donde aparecen muchos sonidos de fuego aprende a conectar con un hablar enérgico, entusiasta, con dirección y proyección, todo lo que le faltaba a su voz y su actitud interna.
Otra Isabel, se hace llamar Isa, en ésta observamos el caso contrario. A través de los sonidos B y L, se concilia con su parte yin, envolvente, calma.
Cada sonido es una energía y el nombre constituye la suma de energías que debemos integrar. A veces estamos en sintonía con él, otras muy alejados. Aunque digamos el nombre completo, un oído entrenado como el mío (y pronto el de todos los participantes) puede percibir, también en una Isabel que se nombra Isabel, cual energía tiene integrada y cual no.
Nuestro nombre siempre es correcto, siempre nos sienta bien, siempre nos fortalece. En los talleres comprobamos como nos fortalece la Voz. Sabiendo que la voz está a su vez conectada con todo nuestro ser, con nuestras emociones, cuerpo y mente, tiene que ser evidente que nos fortalece en nuestro conjunto.
Hoy día, todos los temas que propongo en los Talleres los trabajo con el nombre. El ejemplo anterior se refería al tema de “Los 4 Elementos” y la “Expresividad y dinámica” de la voz. Cuando el tema es “Conectar y liberar la voz”, otra vez el nombre es clave para sugerir un plan de trabajo individualizado, rápido y efectivo.
Claustre, siempre había sido llamada Tate y llegó al primer taller con una voz completamente rota y un grave diagnóstico de nódulos en las cuerdas vocales, como muchos otros participantes. Siempre digo, que a pesar de los nódulos las voces pueden sonar bien. Claustre, al decir su nombre, con toda la conciencia sonora que se le indicó, recupera por un instante su voz, oye su voz limpia y cristalina, ante la mirada atónita del resto de participantes y una inmensa conmoción interior. Un trabajo intenso los siguientes meses, trabajando con ejercicios que contenían los sonidos de su nombre, fue sanando su voz. Los sonidos de su nombre nos indicaban la ruta de viaje: Algo dentro, trabado, que sentimos en el sonido C, quiere ser liberado, necesita salir, fluir. La L, como un manantial que se hace hueco en la piedra, traspasa el impedimento. Luego la voz se abre sin miedo al mundo con la A, sigue su camino hacia la infinita U, sintiendo con la S un calor interior muy despierto, para plantarse con valor y decisión en Tre. Un nombre que decirlo es un acto de valor y superación de obstáculos.
Todos los nombres nos muestran una ruta de viaje, nos ayudan a colocar correctamente la voz, a darle la expresividad que necesita, a darnos seguridad, consistencia.
El trabajo con los sonidos del nombre es apasionante y reconfortante, aunque también movilizador, siempre cae alguna lágrima, pero merece la pena…
Si quieres sentir la fuerza de tu nombre, si quieres mejorar tu voz o sentir más seguridad en ti mismo, da igual cual sea tu objetivo, todos estos elementos interactúan a la vez y están presentes en todos los talleres “para mejorar tu voz y capacidad comunicativa”.
Atrévete y experimenta. Empieza desde ya, nombrando a tus familiares y amigos por su nombre completo y pidiendo lo mismo para ti…
Por Tamara Chubarovsky
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Cuando se espera un bebé no sólo debe vivirse esa maravillosa etapa en el embarazo, sino además también hay que planear muchas cosas para futuro, entre éstas claro está se encuentra la elección del nombre.
Una costumbre entre los futuros padres es la de elegir un listado de los posibles nombres para el pequeño o pequeña, pero qué o cómo elegirlo ya que no sólo es cumplir un gusto, se trata de una decisión que acompañará a nuestros hijos durante toda su vida, influenciando incluso su personalidad.
A la hora de hacer esta elección, se aconseja hacer el balance con tiempo suficiente para elegir el nombre definitivos, que éste sea de fácil pronunciación, si se opta por colocar dos nombres, se recomienda buscar una conexión entre ambos, la combinación que hacen junto a los apellidos, evitando así juegos de palabras que pudieran ser motivo de burlas o sobrenombres.
Considerar la herencia es una buena idea, siempre y cuando ésta realmente se acople al género del bebé y cumpla con los puntos antes planteados, muchos padres optan por elegir el nombre según su significado con esto no sólo se consideran varias opciones sino además se le puede dar al bebé algo más con una elección de este tipo.
En resumen, al elegir el nombre debemos hacerlo de manera consciente, considerando la vida futura de nuestros hijos, y la seriedad que esto amerita evitando hacer juegos en palabras de otro idioma, nombres de artistas o productos comerciales
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