Los tóxicos que ponen en peligro la inteligencia de las próximas generaciones .
Salud, 29 de Mayo de 2014)
Una de las claves para entender por qué
hay una "epidemia" de lo que denominamos hiperactividad o Trastorno
por déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) son los tóxicos cotidianos.
En realidad, de casi todas las enfermedades neurodegenerativas, como el
Alzheimer o el Parkinson y de otras muchas.
Un buen
trabajo de Iván Gil en El Confidencial, titulado "Pandemia
silenciosa": las 12 toxinas que acaban con tu cerebro, así lo
documenta. Las últimas líneas de investigación se están centrando en las
denominadas neurotoxinas: una serie de sustancias químicas, de origen animal,
vegetal o de naturaleza inorgánica, capaces de alterar el funcionamiento del
sistema nervioso.
Hay al menos
una decena de sustancias responsables de la generalización de los problemas
conductuales y cognitivos. Son insecticidas, disolventes y otras sustancias
presentes en multitud de productos de uso cotidiano. ¿Sus nombres? raros para
el común de los mortales pero conocidos de los especialistas desde hace ya
muchos años:
Metilmercurio,
bifenilos policlorados, etanol, plomo, arsénico, tolueno, manganeso, fluoruro,
clorpirifos, tetracloroetileno, difeniléteres polibromados y DDT (Dicloro
Difenil Tricloroetano)".
El
metilmercurio por ejemplo se encuentra en las vacunas como conservante. El
plomo en las gasolinas, luego en el aire que respiramos.
Los
clorpirifos los están echando estos días en la vegetación de vuestras piscinas
para que estén "limpias" de bichitos el próximo mes de junio que
comienza la temporada de baño.
El informe en
el que se basa la información de Gil es el titulado Neurobehavioural
effects of developmental toxicity y publicado en The
Lancet.
El periodista
explica la "polémica", más bien estrategia de confusión que llevan a
cabo las compañías químico tóxicas para distraer a la población y continuar
comercializando sus productos.
La idea de
que la dosis hace el veneno, según reza la regla básica de la toxicología por
la que la exposición en las cantidades legalmente permitidas es segura para la
salud, cae por su propio peso; ¿qué sucede entonces con los casos de personas
que padecen el Síndrome de
Sensibilidad Química Múltiple (SQM)?
A estas se
les desencadenan sus síntomas al contacto con dosis muy muy bajas de cualquier
producto tóxico. Además, la constitución genética de las personas y por tanto
su capacidad de desintoxicación del organismo es muy diferente, algo que no se
tiene en cuenta al comprobar la "seguridad" de los citados productos
(cuando se comprueba, claro).
El mayor
peligro está durante el embarazo, aseguran los científicos que han publicado el
informe.
Comiendo
productos orgánicos durante el embarazo puede reducirse la exposición del feto
hasta en un 80%" (...)
Los niños de
todo el mundo estarán expuestos a ellas mientras perjudican de manera silenciosa
su inteligencia y alteran sus funciones cognitivas. Una barrera para el éxito y
los logros de toda una sociedad".
Creo que esto
nos ayuda a reflexionar sobre la necesidad de encaminarnos con urgencia a una
sociedad ecológica. Además podemos entender mejor qué está ocurriendo con
nuestra infancia, a la que se diagnostican cosas como hiperactividad cuando en
muchos casos puede que lo que estén esos niños es intoxicados (de manera
paradójica se suelen luego recetar medicamentos como metilfenidato que no son
otra cosa que potentes tóxicos).
Si estamos
intoxicados puede comprobarse con cierta facilidad (aunque los test no son
baratos) y también con cierta eficacia pueden llevarse a cabo tratamientos de
desintoxicación. Pero lo más importante es prevenir.
Fuente: Sott.net