La pandemia de la Gripe A de 2009,
que por suerte nunca llegó a ser tal, nos enseñó varias cosas y la crisis del ébola recuerda a algunas de ellas.
Parece que hay una estrategia exitosa para hacer determinados negocios con más
o menos loables excusas. La fórmula, con matices suele ser similar: una
enfermedad que amenaza a muchas personas; la expansión del miedo(en
casos natural) a dicha dolencia y por tanto la preocupación de ciudadanía y
gobiernos; y la oferta de tratamientos ad hoc.
Por
tercer día consecutivo, el Ébola es trending topic en Twitter,
está entre los diez temas más
comentados (hoy con tres entradas). Ello lo propicia que
los grandes medios de comunicación abran sus portadas, como El País ayer, con informaciones sobre esta crisis
sanitaria que ya se ha cobrado la vida de
unas 1.000 personas en África y que ha hecho saltar las
alarmas en occidente por los primeros casos en occidentales (de no ser así con
seguridad no ocuparía el espacio que está ocupando el asunto en los media).
La Organización Mundial de
la Salud (OMS) acaba de decretar el estado de emergencia de salud pública,
algo extraordinario. ¿Qué podemos esperar? La secuencia de hechos que nos
esperan puede ser que los gobiernos, toda vez que la principal entidad sanitaria global ha dado el
pistoletazo de salida como autoridad en la materia, se pongan a planificar cómo
reforzar sus sistemas sanitarios y desarrollar políticas para enfrentar una situación calificada de extraordinaria por la propia OMS.
Los
gobiernos están muy atentos a qué tratamientos hay y habrá para tratar a sus
posibles compatriotas. Si yo fuera director de un laboratorio farmacéutico
entendería que la campaña de marketing está en su punto
óptimo. Ahora es el momento de sacar al mercado mi producto porque
ahora sí que es posible que las administraciones públicas
lo compren en masa… aunque luego quizá, también por suerte, no haya
que utilizarlo (ojalá).
Sanitarios
estadounidenses infectados por el ébola en los que se ha probado el “suero
mágico”.
Varias
compañías farmacéuticas están desarrollando fármacos
para luchar contra el virus. Una de ellas ha probado una
terapia en dos sanitarios con resultados positivos.
Estas
terapias no podrían aplicarse a un gran número de pacientes. Es lo que comienza
a denominase el negocio del ébola.
Antes no porque era algo que sólo afectaba a africanos sin dinero.
Ahora sí porque los media lo han
magnificado y la OMS avala la teoría de que hay un problema extraordinario.
Por
un lado están los sueros. Según ha contado la cadena
televisiva estadounidense CNN, uno de estos
preparados farmacológicos se ha administrado a dos
sanitarios de aquel país infectados en África y ha resultado
efectivo. La empresa, Mapp Bio, lleva años
desarrollando una terapia contra el virus -conocida como ZMapp- en colaboración con el Instituto de Enfermedades Infecciosas del Departamento Médico de
la Armada estadounidense.
El
fármaco no es tal, es decir, no está aprobado como
medicamento. Legalidad aparte, se plantean muchas dudas: ¿por qué
ahora? ¿No se sabía antes que era efectivo y si fue así porque no se ha usado
en otras ocasiones? Dado que es experimental la OMS va a reunir a
expertos en ética médica la próxima semana para debatir sobre
ello.
Como
cuenta El Mundo:
Si se quisiera atajar la
crisis sanitaria en África con este tipo de fármacos, sería imposible, al menos
por ahora. “La cantidad de anticuerpos que
existen para poder tratar a la gente no es suficiente”, dice García Sastre, quien nos recuerda que esta estrategia
se usa con normalidad contra otro virus altamente mortal, el
virus de la rabia. En este caso se administra un “concentrado de
anticuerpos extraídos de personas que han sido vacunadas contra la rabia o
gente que ha tenido la rabia” pero la cantidad de personas con
anticuerpos contra el Ébola es insuficiente a día de hoy”.
Uno
de los aspectos más interesantes de esta medicación es que aunque se desarrolló
inicialmente en animales de laboratorio, se produce ahora usando la planta del tabaco como “factoría
biológica”. Esta fase de la producción corre a cargo de la empresa Kentucky Bioprocessing, una filial de la gigante tabacalera Reynolds American.
Ya veis: farmacéuticas, Departamento de
Defensa de USA y tabaqueras en “el negocio del ébola”.
Los stocks
de otra compañía biotecnológica con otra prometedora terapia contra el Ébola
han subido como la espuma. CNN Money ha informado de que las acciones de la
farmacéutica canadiense Tekmira Pharmaceuticals (TKMR),
que tiene un contrato de 140 millones de dólares para desarrollar TKM/Ebola con
el Departamento de Defensa estadounidense han crecido a pesar de que no se sabe
lo avanzado que está el desarrollo de este fármaco.
La
compañía anunció en marzo tener el permiso de la agencia de
medicamentos USA para acelerar la revisión de su medicamento. Ya
lo ha probado en humanos (cosa extraña pues para ello
hay que infectar a alguien y luego darle el antídoto pero si este no funciona
puede morir). Todo ello antes de que los medios de comunicación se pusieran con
el asunto y la OMS lo haya catalogado como hemos explicado.
En
suma, podríamos encontrarnos ante un escandalazo internacional muy parecido al
de la Gripe A pero en sentido contrario. Es decir, con la Gripe A se exageró
una enfermedad leve mediante estrategias de maketing del miedo para
la que ya había tratamientos (antivirales) y otros
podían hacerse con cierta rapidez (vacunas). Ahora
puede que lo que ocurra es que, por una parte, se
escondan remedios válidos y por otra, se ensayen otros que
pueden estar a punto para cuando el miedo haya hecho su
mella en la población y ésta los exija a cualquier precio y de
cualquier modo.